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- 27/11/2019 00:00
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El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la define como la probable amenaza más grave que enfrenta la humanidad. Las secuelas de la crisis climática como fenómenos atmosféricos más severos, temporadas de lluvias más cortas e intensas, sequías prolongadas, insuficiencia de agua dulce no son novedad. Sin embargo, todos somos afectados por estas transformaciones naturales.
La comarca indígena de Guna Yala, en la costa atlántica de Panamá, sufre de primera mano las terribles consecuencias del calentamiento global. Lejos de quedarse de brazos cruzados, una iniciativa juvenil emprendió acciones para instruir a la población sobre lo que representa, sus efectos y medidas que contribuyen a contrarrestar el impacto negativo.
Se trata de Anyar (“Por nuestros Territorios”) proyecto que nació a través de la Academia de Liderazgo para Jóvenes sobre Cambio Climático impulsada por el Ministerio de Ambiente con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“Somos jóvenes líderes profesionales impulsando jóvenes. Dominamos el guna, nuestro idioma. Y vamos a las comunidades hablando un poco sobre lo que es el cambo climático a través de charlas, foros, cine y cortos”, explica Laura Huertas, presidenta de Anyar.
Con un territorio que abarca un archipiélago de 38 islas pobladas, 400 islotes, dos comunidades situadas en el continente y ocho en la franja costera, el pueblo guna está experimentando los efectos del calentamiento global en forma de ascenso del nivel del mar y mayor frecuencia de tormentas y huracanes.
“Somos 49 comunidades divididas en tres sectores. Cierto es que los pueblos indígenas somos guardianes de los bosques, pero también es cierto que estamos pasando por esta problemática del cambio climático, por lo que la comunidad joven debe informarse”, dice Huertas.
Los informes presentados por Panamá ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático revelan que las islas están experimentando una amenaza “inminente y potencialmente por agravarse”. “La subida del mar podría cifrarse en aproximadamente 3 centímetros en los últimos cincuenta años, atendiendo a la información del mareógrafo ubicado en las costas de Colón, ciudad emplazada en la costa caribeña de Panamá”, (PNUD).
“Nuestras casas se inundan y luego el mar regresa a su lugar. Ahorita se está viendo la posibilidad de pasarnos a tierra firme. Nosotros hemos vivido mucho tiempo en islas, aunque ante éramos de tierra firme. Nuestras autoridades están conscientes de que estamos en riesgo”, asevera Huertas.
La líder guna, asistente legal, estudiante de derecho y ciencias políticas, explica que la metodología de trabajo de Anyar consiste en tres pasos. “Primero la parte teórica. Está en su fase final. Ellos ya conocían de las secuelas del calentamiento global, nosotros hemos llegado para darle nombre y explicación a esas acciones que ellos ya han visto. A inicio del 2020 comenzaremos con la segunda parte, que es la práctica, donde cada pueblo desarrollará un proyecto en base a su realidad, para culminar entregándoles herramientas para la sostenibilidad”. Las iniciativas de los pueblos pueden estar encaminadas al reciclaje, reutilizar y diversas prácticas de pesca, dependiendo de las afectaciones del cambio climático en la zona.
La emergencia climática de Guna Yala no se limita a la subida del nivel del mar. Steve Paton, director del Programa de Monitoreo Físico del Instituto Smithsonian, señala al PNUD consecuencias como el aumento de las temperaturas en al aire y el mar, la acidificación de los océanos y los cambios en los patrones de las precipitaciones, que implican mayor frecuencia de tormentas al tiempo que se extiende la temporada seca.
Paton afirma que Panamá y particularmente el archipiélago de Guna Yala ya están sufriendo las consecuencias de la emergencia climática global.
En declaraciones recogidas por El País, el especialista señala que el nivel del Mar Caribe ha crecido entre 20 y 25 centímetros desde los años cincuenta del siglo pasado. La velocidad de subida se incrementa a medida que se aceleran los efectos del calentamiento global. Hasta los años 80 el mar crecía a un ritmo de 2.5 milímetros por año; desde 2012 sube a razón de 6.4 milímetros.