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Panamá lucha por la supervivencia de las tortugas marinas
- 10/08/2022 00:00
- 10/08/2022 00:00
Durante su ciclo de vida, una tortuga marina puede utilizar las aguas y costas de diversas naciones, así como el mar internacional. El amplio ámbito de acción y las grandes distancias recorridas por las tortugas marinas son rasgos únicos de estos reptiles. Por esto, las iniciativas de protección, conservación y manejo de estas dentro de un país son cruciales, de ahí la importancia de la cooperación internacional para la conservación exitosa de las tortugas marinas, según lo explica un informe de la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT), la cual entró en vigor en el año 2001, como un espacio de diálogo y acción en el continente americano para lograr una gestión concertada sobre estas especies.
En Panamá, por ejemplo, los quelonios son especies que están protegidas mediante la Ley 8 del 4 de enero de 2008 'Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas', sin embargo, siguen en peligro de extinción pese a que tienen el potencial para contribuir con el desarrollo de las comunidades costeras.
Recientemente, representantes de diferentes instituciones que participaron en el Proyecto de Conservación de la Naturaleza (Conap), que se efectúa en el archipiélago de las Perlas, presentaron sus antecedentes, resultados y acciones futuras, a fin de obtener información sobre las especies de tortugas marinas presentes en el archipiélago de las Perlas y los ecosistemas costeros, marinos y terrestres relevantes.
Marino Ábrego, biólogo y jefe del Departamento de Manejo de Recursos Costeros y Marinos de la Dirección de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), quien formó parte de la investigación, propuso la creación de un área protegida en un sector del archipiélago con la finalidad de mantener en buenas condiciones los arrecifes y salvaguardar la presencia de varias especies de tortugas marinas y sus ciclos de vida.
El funcionario informó, además, que se han hecho unas 63 capturas de ejemplares que han sido registrados con PIT (Transmisores Pasivos Integrados) y con marcas tags Inconel, que se han colocado sobre la segunda escama de la aleta anterior izquierda. “Adicional se han colocado 10 transmisores satelitales que permiten dar seguimiento a los ejemplares, para conocer sus movimientos y recorridos (migración) dentro o fuera de la zona de estudio”, detalló Ábrego.
A su vez, remarcó que este procedimiento es muy importante, ya que “podemos tener información sobre la conectividad a través de los recorridos que realizan estas importantes especies”, destacó el biólogo.
Según Ábrego, existe una iniciativa de ley, el proyecto 614 que busca proteger y conservar las tortugas marinas y sus hábitats en la República de Panamá. Este proyecto se encuentra esperando segundo debate y es una importante iniciativa apoyada por la sociedad civil, otras organizaciones y el Ministerio de Ambiente.
“Cuando se establezca el área protegida, ella debe tener un plan de manejo que permita dar respuesta a todos los actores y a la biodiversidad del área”, acotó el experto.
Para Ábrego, con la información que se está generando se podrá ayudar a actualizar también el plan de manejo de la zona especial de Manejo Marino Costera de Perlas, creada mediante la Ley N° 18 de 31 de mayo de 2007. Por eso resaltó la importancia de los datos que se ha logrado recopilar para la gestión que realiza la institución.
Por su parte, la capitana Genoveva Forero, del Servicio Nacional Aeronaval (Senan), destacó en un comunicado que también se ha podido levantar una línea base de siete sitios de arrecifes de coral con importante información de diferentes especies presentes en este ecosistema.
La capitana Forero del Senan planteó la necesidad de fortalecer la capacitación, tanto de los agentes de ese servicio, como de las comunidades, para que se involucren activamente en las fases de trabajo de este proyecto. “Se ha alcanzado una gran experiencia en los recorridos y la relación con la población que habita estas islas”, dijo la oficial.
Por su parte, la exploradora y bióloga Callie Veelenturf resaltó en el mismo comunicado la importancia del trabajo que se ha desarrollado con las tortugas, sobre todo las especies carey y verde, a las que se revisa para determinar si han tenido alguna lesión, se les atiende, y luego se les colocan los radiotransmisores.
”Estamos intentando documentar la presencia y estatus de la conservación de las tortugas marinas en el archipiélago de las Perlas, y evaluando las amenazas que ellas enfrentan. Con esta información se pretende crear nuevas áreas protegidas dentro de la zona especial de manejo”, agregó la experta.
Este trabajo se empezó desde 2019 con el apoyo de National Geographic y durante este tiempo se han identificado más de 250 rastros de tortugas que han anidado en playas del archipiélago y en la nueva zona de forraje frente a la isla de Saboga, donde se han identificado 63 individuos de las especies Etemochelys imbricata/carey y Chelonia mydas/verde.
Además de Saboga, también se han localizado tortugas marinas en las islas de Pedro González y Punta Coco en la isla del Rey. La exploradora Veelenturf dirige la fundación Proyecto Laúd que fue establecida para proteger la especie laúd en el Pacífico este, y agregó que hay muchos reportes de anidación en esta zona que son bastante únicos; así “que nuestro trabajo es tratar de identificar estas zonas de uso para esta especie, y en el camino hemos encontrado otras especies presentes en esta zona”.
En 2021, la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) inauguró la 'Ecorruta de la Tortuga', una caseta de información turística en el poblado de Mariato, en la provincia de Veraguas, un destino que destaca por su desarrollo sostenible con diversas actividades, de las cuales resalta el avistamiento y conservación de tortugas marinas.
Iván Eskildsen, administrador de la ATP, resaltó que esta es una actividad atractiva para toda la familia que genera una inyección de dinero a la economía local y fomenta la conservación de especies amenazadas de tortugas. “En el caso de Mariato, la Ecorruta de la Tortuga se ha organizado como un grupo de experiencias turísticas comunitarias enfocadas en beneficiar lo más posible a los locales”.
Eskildsen señaló que el avistamiento de tortugas es una de las experiencias icónicas de Panamá que la ATP destaca como parte de una visión transformadora del turismo del país, para competir internacionalmente con los mejores destinos, diferenciando a nuestro país por su extraordinaria biodiversidad y etnodiversidad.
La Ecorruta de la Tortuga cubre todo el corregimiento de Quebro, en Mariato, uno de los destinos más biodiversos y quizá poco conocidos de la zona costera del Pacífico del istmo panameño. El proyecto es una iniciativa de turismo comunitario en la que participan las comunidades de Mata Oscura, Rusia de Quebro, Higuenoso, Morrillo y Loma de Quebro, todas activamente involucradas en la conservación e investigación de tortugas marinas y de protección a los manglares.
Aunado al avistamiento de tortugas desovando y la posibilidad de visitar el proyecto de conservación de nidos, la Ecorruta de la Tortuga ofrece otros atractivos, entre los que destacan: recorridos por fincas agroturísticas, senderismo en manglares, bailes folclóricos, clases de cocina tradicional y deportes acuáticos como kayak y snorkel. También está tomando mucho auge en la comunidad de Torio, en Mariato, lanzarse desde una pendiente muy pronunciada con un parapente (paracaídas) con descenso en la playa Torio.
“La intención es que cada vez más se replique este proyecto en otros sectores. En estas comunidades, cuya economía no estaba basada en el turismo, ahora ha empezado a convertirse en una actividad importante que genera ingresos en la comunidad local que poco a poco está recuperándose de los efectos de la pandemia”, aseguró el biólogo marino y presidente de la Fundación Agua y Tierra, Jacinto Rodríguez.
El conservacionista explicó que en este proyecto de turismo comunitario está involucrado también el tema de investigación y conservación.
El patrullaje nocturno en los 4,7 km en playa Mata Oscura, el registro de datos de las hembras que están anidando, el rescate de nidos, la vigilancia por dos meses en un vivero en los terrenos de la fundación, que las protege de los depredadores o saqueadores, y el estudio científico de los nacimientos está ayudando al ciclo reproductivo de las especies de tortugas que llegan a las playas panameñas. Desde 2011 la fundación ha protegido y liberado a 120.000 neonatos.