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- 21/11/2023 00:00
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Contaminación de fuentes de aguas superficiales y subterráneas, contaminación del suelo y el agua por residuos, deforestación. Todos estos son problemas que enfrenta la cuenca binacional del río Sixaola.
Esta cuenca es compartida por Costa Rica y Panamá en Changuinola, provincia de Bocas del Toro. Las problemáticas son expuestas en el estudio 'Análisis transfronterizo de la cuenca binacional del río Sixaola', el cual forma parte de las acciones del proyecto Conectando Comunidades y Ecosistemas. La autoría del documento es del Grupo Núcleo.
El informe detalla que un tercer problema de alta prioridad planteado se relaciona con la contaminación, pero por otras fuentes que afectan la calidad de las aguas superficiales y subterráneas de la cuenca del río Sixaola.
“Se refiere a los efluentes no tratados y otros líquidos que se filtran a los cuerpos hídricos, de los cuales la información disponible se enfoca principalmente en materia de aguas residuales domésticas y sin un nivel territorial demasiado específico. Aunque existen algunos datos sobre la situación de canalización y tratamiento de aguas residuales domésticas, no es así para lixiviados, residuos petroleros y otros, que permitan observar el estado de situación y evolución en el tiempo”, alerta.
En cuanto a la infraestructura en esta zona, se registran 1.083 clientes con alcantarillado sanitario, por medio de un único sistema, tres estaciones de bombeo de aguas residuales y una planta de tratamiento de aguas residuales, junto con una cuadrilla de reparación. La red de recolección cubre 15 km en la provincia de Bocas del Toro. Actualmente el Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Idaan) construye el sistema de alcantarillado sanitario de Changuinola, del cual se ha alcanzado un nivel de avance del 15%.
Esta situación provoca contaminación en fuentes de agua superficiales y subterráneas, generando impactos ambientales y socioeconómicos, entre los que se encuentran:
disminución de la calidad del agua de quebradas y ríos,
pérdida de la integridad biótica de los ríos,
afectación a las aguas disponibles para consumo,
proliferación de enfermedades por consumir agua contaminada y
proliferación de vectores de enfermedades como la malaria, zika, dengue, chikungunya y plagas.
La contaminación por actividad humana también marca un cuarto problema ambiental de prioridad alta identificado en el Análisis Transfronterizo. “En este caso se trata del impacto de los residuos sólidos de diverso tipo, no solamente domésticos o comerciales, sino también generados por la producción agrícola e industrial. Se trata nuevamente de un tema que no dispone de indicadores sistemáticos para una visión territorial y con seguimiento en el tiempo”.
En Changuinola solo un 26% de las viviendas utilizan la quema, y casi el 60% cuenta con servicio de recolección. Un aspecto positivo que se destaca en el estudio es que a través de un proceso de capacitación y sensibilización a actores locales de Bocas del Toro, la Asociación de Organizaciones del Corredor Biológico Talamanca Caribe pondera que existe un gran potencial para el establecimiento de un sistema de recuperación de residuos sólidos valorizables, si se logran conjuntar sus recursos humanos entre la sociedad civil.
Los especialistas advierten de que los problemas de residuos sólidos también pueden agravarse donde no hay acceso por carretera, haciendo muy difícil y costoso proporcionar servicios de recolección. Varias comunidades importantes en la cuenca del Sixaola, en particular Amubri dentro de territorio Indígena Bribri, no están conectadas a la red de carreteras por estar al otro lado de ríos que no tienen puentes.
“En muchas partes de la cuenca se encuentran botaderos informales de residuos y desperdicios, con un importante efecto en contaminación química, física y orgánica. Estos vertederos son peligrosos y se encuentran en la mayor parte de la cuenca, pero con una distribución determinada más por la densidad de la población que por la lejanía de las comunidades”.
La actividad bananera y platanera también es fuente importante de contaminación con residuos sólidos. Con respecto a las bolsas plásticas impregnadas de pesticidas que se utilizan para cubrir los racimos de esas frutas, remarca el informe.
“Además, los plásticos utilizados para la maduración de racimos de banano y plátano impregnados de pesticidas son desechados sin un manejo adecuado y por lo tanto contaminan los cuerpos de agua, llegando a los arrecifes de coral con impactos duraderos en la vida marina”.
En Costa Rica, las empresas bananeras han eliminado el uso de la mayoría de los rellenos sanitarios para disponer de los tallos y la fruta inutilizable, pero persisten vertederos en Panamá. A pesar de todos estos esfuerzos por reducir la contaminación, los desechos de banano y los agroquímicos asociados siguen siendo un problema generalizado en el sector de Baja Sixaola y las otras zonas bananeras.
Otro problema de prioridad alta en este ejercicio es la deforestación, vinculada especialmente a las zonas media y baja de la cuenca y a las zonas de protección hídrica. “Se trata de un tema ambiental de preocupación histórica, uno de los impactos de la actividad humana más analizados mundialmente, y de profundas consecuencias en todos los niveles: ecosistemas, biodiversidad, salud, cambio climático, calidad de suelos, protección de fuentes, calidad ambiental en general”.
Aunque hicieron énfasis en la “riqueza de la cobertura boscosa” de Panamá, destaca el análisis que enfrenta varios retos, entre los principales:
falta de opciones productivas sostenibles,
los asentamientos humanos que resultan de migraciones espontáneas,
la falta de coherencia en las políticas para atender la pobreza y disminuir desigualdades,
debilidad de las instituciones,
rezago tecnológico,
la ineficiente tecnología de procesamiento, que ocasiona que una gran parte de la madera aprovechable de las especies comerciales no sea utilizada,
desconocimiento de nuevos modelos productivos sostenibles y amigables con la biodiversidad, y otras amenazas.