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- 18/12/2014 01:01
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El lago Cocibolca, con su extraordinaria riqueza, es el talón de Aquiles del canal interoceánico que proyecta construir el gobierno de Nicaragua y al que se oponen, ‘en rebelión pacífica’, ecologistas y ciudadanos comunes que temen una catástrofe ambiental.
La compañía china HKND, concesionada por el gobierno para construir la faraónica obra, anunciaron que iniciará los trabajos este 22 de diciembre. Pero los defensores del lago también aceleran sus esfuerzos y prometen una oposición frontal. Pobladores de Rivas y otras ciudades que serán afectadas por el canal intentan reunir un millón de firmas para respaldar pedidos de apoyo a organismos de derechos humanos internacionales y al Papa Francisco. El Centro Humboldt solicitará a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos una audiencia para exponer la forma en que el proyecto afecta los derechos de los pobladores.
’Estamos impulsando una rebelión pacífica, al estilo Gandhi’, asegura Octavio Ortega, miembro de la Fundación de Desarrollo Municipal de Rivas, una ONG que trabaja en la defensa del medio ambiente.’Nos dicen que necesitamos el canal para salir de la pobreza (pero) ese es un gran engaño. El lago es nuestra mayor riqueza y lo quieren destruir... Ni siquiera hay un estudio de viabilidad económica y de impacto ambiental’, asegura Ortega a la AFP . El proyecto consiste en unir los océanos Atlántico y Pacífico a través del lago Cocibolca, principal reserva de agua dulce de Centroamérica.