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- 05/09/2022 13:57
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El glaciar Thwaites, en la Antártida occidental, se “mantiene hoy realmente con las uñas” y podría registrar grandes cambios en pequeñas escalas de tiempo, una vez que retroceda más allá de una cresta poco profunda de su lecho, según un equipo de científicos.
Nature Geoscience publica hoy un estudio en el que se ha analizado el fondo marino con imágenes de gran resolución, que ayudaron a los investigadores a desvelar el pasado de este glaciar en el mar de Amundsen e intentar comprender su comportamiento futuro.
El estudio indica que el gran glaciar tuvo en el pasado momentos de retrocesos que fueron “incluso más rápidos” que en la actualidad, lo que “aumenta la preocupación por su futuro”, según un comunicado de la Universidad del Sur de Florida (EE.UU.), una de las participantes en la investigación.
El Thwaites se encuentra en una fase de rápida retirada, lo que ha provocado preocupación generalizada sobre la cantidad exacta o la rapidez con que puede ceder su hielo al océano, pues su pérdida total y la de las cuencas heladas que lo rodean podría elevar el nivel del mar de uno a tres metros.
La investigación añade “motivos de preocupación” tras cartografiar una zona crítica del fondo marino frente al glaciar que permite saber la rapidez con que se retiró y movió en el pasado.
"Nuestros resultados sugieren que se han producido pulsos de retroceso muy rápido en el glaciar Thwaites en los dos últimos siglos, y posiblemente tan recientemente como a mediados del siglo XX", dijo el líder del estudio Alastair Graham, de la citada universidad.
Las imágenes proporcionan además una “visión vital” de los procesos que se producen en la unión crítica entre el glaciar y el océano en la actualidad.
"El Thwaites se mantiene hoy realmente con las uñas y deberíamos esperar ver grandes cambios en pequeñas escalas de tiempo en el futuro -incluso de un año a otro- una vez que el glaciar retroceda más allá de una cresta poco profunda en su lecho", según Robert Larter, del British Antarctic Survey, también autor del estudio.
Aunque quedan muchos interrogantes, sí hay una cosa segura, según Graham, y es que antes los científicos pensaban que las capas de hielo de la Antártida “eran perezosas y de respuesta lenta, pero eso simplemente no es cierto”, pues solo “una pequeña patada a Thwaites podría provocar una gran respuesta".