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Desplazamiento forzado y escasez de recursos, los principales problemas ambientales por resolver
- 14/11/2023 00:00
- 14/11/2023 00:00
En el año 2050, 2,8 mil millones de personas vivirán en países que enfrentan severas amenazas ecológicas, 10.000 millones más que en la actualidad. Y son la inseguridad alimentaria, la falta de agua y el rápido crecimiento de la población junto a los demás efectos del cambio climático las principales causas del desplazamiento masivo de personas y conflictos en el futuro.
Estos dos son unos de los principales datos que comparte el 'Informe sobre amenazas ecológicas (ETR, por sus siglas en inglés) 2023', del Institute for Economics & Peace (IEP), publicado a principios de este mes.
El reporte analiza las amenazas ecológicas en el mundo y evalúa a los países y áreas subnacionales con mayor riesgo de conflictos, disturbios civiles y desplazamientos causados por la degradación ecológica y eventos relacionados con el clima. En 2023 el informe cubrió 221 países y territorios independientes divididos en 3.594 áreas subnacionales.
El ETR concluye que si no se toman acciones concretas ante la crisis medioambiental, los niveles de degradación ecológica que existen hoy, irán empeorando e intensificarán los conflictos existentes, convirtiéndose así en un catalizador de más disputas sociales. De acuerdo con este informe, la crisis medioambiental y los problemas que deriven de ella podrían resultar en un aumento de la migración forzada en el peor de los casos.
Además, el reporte encontró que el número de países que sufren graves amenazas ecológicas y baja resiliencia social ha aumentado de 3 a 30 en 2023. Estos son conocidos como hotspots, ya que albergan a 1.100 millones de personas, un aumento de 332 millones a diferencia del año pasado.
Algunos de los nuevos países que han surgido como hotspots son Níger, Etiopía y Myanmar, al entrar en un ciclo perjudicial de amenazas ecológicas y escala de conflictos debido a la menor resiliencia social. Los tres países han experimentado la hambruna y la violencia entre su población en el último año.
De acuerdo al IEP, la degradación ecológica y los conflictos son cíclicos; sin embargo, la degradación de los recursos naturales aumenta las posibilidades de que estos sucedan. La degradación ecológica tiene un gran impacto en regiones que enfrentan deficiencias por la gobernanza, el estado de derecho, los altos niveles de pobreza y las variaciones climáticas en cortos plazos.
En cuanto a los desplazados, actualmente el número asciende a más de 108 millones de personas desplazadas, lo que representa un 24% más que en 2020. Las estadísticas de este reporte demuestran que el 30% de los actuales desplazamientos es a más de 500 km de su país de origen, un porcentaje significativo, pues la mayoría de entradas ilegales se producen de países que están ecológicamente amenazados o están asolados por el conflicto.
Desde 2016, los precios mundiales de los alimentos han aumentado en un 33%, lo que supone una mayor presión para las poblaciones más vulnerables y aumenta las posibilidades de caer en la inseguridad alimentaria, según este informe. En la actualidad, casi 4.000 millones de personas viven en zonas de inseguridad alimentaria alta o grave y 2.000 millones viven sin acceso al agua potable en sus países.
Para 2040 se espera que la región del medio oriente y África del norte (Mena, por sus siglas en inglés) así como Rusia y Eurasia reflejen un estrés hídrico e importantes desafíos en cuanto al agua por las escasas precipitaciones y su topología. Es lo que pronostica el IEP.
De acuerdo con el ETR, la inseguridad alimentaria y la precariedad de recursos hídricos van de la mano. De hecho, el informe estima que habrá un aumento del 25% en la inseguridad alimentaria y un 25% de aumento en el riesgo hídrico, que aumentan las probabilidades de conflicto entre un 18% y 36%, siendo las zonas con historia de violencia e instituciones débiles ante estos problemas, las más vulnerables.
Según los datos de este informe se espera que estas tendencias empeoren, es muy probable que el calentamiento global supere el 1,5°C, lo que exacerbará la degradación ecológica y los factores subyacentes de los conflictos económicos y sociales de la actualidad.
Además, el aumento del calentamiento global y el cambio climático amplifica riesgos como las sequías, las inundaciones, los ciclos y las tormentas, entre otros fenómenos naturales y atmosféricos. Según el Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas en 2022 se designó el 35% de presupuesto a la lucha contra los desastres naturales, casi el doble de hace una década; sin embargo, las tasas de mortalidad por estos serán siete veces más altas en países con bajos niveles de resiliencia.
Las crecientes presiones demográficas intensifican los riesgos ecológicos, ejerciendo presión sobre los recursos públicos y la resiliencia de la sociedad, especialmente en regiones que ya son vulnerables.