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- 09/09/2020 00:00
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Los principales ecosistemas marino-costeros se mencionan en la Ley No. 8 de 2015 que redefinen al Ministerio del Ambiente (2015), como aquellos constituidos por los arrecifes y los manglares. Así como también los estuarios o esteros y las praderas de hierbas marinas con vegetación submarina. Incluyen los litorales con una franja costera de 200 metros de ancho de la línea de la marea alta o pleamar, con una longitud total de costa de 2,988.3 km, de los cuales 1,700.6 km corresponden al Pacífico y 1,287.7 km al Caribe.
En Panamá hay unos 250 km de costa con arrecifes de franja en el litoral Caribe, 172,177 hectáreas de manglares y 18,051 hectáreas de albinas en el litoral Pacífico, entre los ecosistemas marino-costeros más representativos.
Hace poco se informó que hay un total de 774,24 km2 de arrecifes (754 km2 en el Caribe), 170,000 hectáreas de manglares (164,780 ha en el Pacífico), ocho lagunas costeras y cinco sitios con dunas, así como de unas 36 áreas de humedales con estuarios, marismas o pantanos costeros con cativales y orizales, y con la presencia de pastos marinos. Vale destacar que se conoce en Panamá de la existencia de 42 sitios con humedales con una superficie de espejo de agua de 105,10 km2, incluyendo nueve lagunas costeras, tres aparecen como “lago salado” y cinco ciénagas (Garcés, 2018).
En el más reciente inventario de humedales realizado por el Centro Regional para la Capacitación e Investigación sobre Humedales para el Hemisferio Occidental (Creho) (2010) se contabilizaron 1,648,0139.885 km2 de sistemas marino-costeros ubicados en 13 sitios.
Hemos visto que los principales ecosistemas de Panamá reconocidos como marino-costeros serían los arrecifes o arrecifes coralinos, los manglares y albinas, así como las praderas de hierbas marinas. Habría que añadir también los litorales, estuarios, lagunas costeras, dunas y marismas.
En nuestro país los litorales se encuentran bien representados e incluyen el litoral arenoso o playas, el rocoso o rocas y fangoso o fango, lama o lodo; existen los estuarios o esteros, las marismas o ciénagas-pantanos, pero no contamos con lagunas costeras nombradas, solo existen como “lago salado” u otra denominación (Garcés, 2018).
Los humedales considerados como marino-costeros componen un conjunto de ecosistemas muy variados tanto en estructura como función. Según la Convención Ramsar (2006), los humedales costeros incluyen lagunas costeras, playas de arena y guijarros, costas rocosas, arrecifes de coral, praderas de algas y praderas de pastos marinos, y los estuarios incluyen deltas, estuarios, esteros, pantanos, marismas de marea y manglares, entre otros cuya profundidad no exceda los seis metros.
En 2018 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) trató el tema de los humedales intermareales y otros hábitats ecológicos relacionados que incluyen bajos intermareales, praderas de pastos marinos, manglares, arrecifes de bivalvos y otros hábitats costeros como salinas, estanques piscícolas, entre otros.
La UICN (2020) lanzó una nueva clasificación mundial de biomas y ecosistemas basados en grupos funcionales según su composición en diferentes niveles de complejidad. Los biomas costeros incluyen los litorales, pero los subdividen en rocosos, fangosos, arenosos, y cantos rodados y guijarros, el resto los ubica en otros grupos funcionales.
Por todo lo antes expuesto, consideramos que es de vital importancia inventariar todos los distintos ecosistemas marino-costeros con que contamos en nuestro país para optimizar su apropiada conservación y utilización.