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- 29/09/2024 00:00
- 28/09/2024 15:09
La nomofobia es un trastorno de ansiedad parecido a la ludopatía, guardando las proporciones. Tiene sus inicios con la no-mobile-phone–fobia o miedo a quedarse sin teléfono celular. Según https://medlineplus.gov/spanish/anxiety.html, la ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Estos trastornos son afecciones en las que la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la escuela y las relaciones entre personas.
El miedo de estar sin cobertura o el agotamiento de la batería pueden tener efectos físicos en una persona que padece este trastorno, que puede dividirse en nomofobia moderada o grave; esta ansiedad se refleja mayormente entre la población joven. Hay profesiones en que, por sus características y necesidades, es de primordial importancia comunicarse con las demás personas vía teléfono celular, pero por esto no se debe caer en una dependencia a sentir la presencia del móvil, o de lo contrario lo invade la preocupación.
Esta dependencia para mantenerse permanentemente en contacto con el teléfono móvil ha cobrado adeptos a medida que ha evolucionado el propio aparato en sí, ya que esto no ocurría cuando estos teléfonos se limitaban a recibir y hacer llamadas de voz, y eran, por su tamaño, relativamente incómodos.
Al pasar del tiempo esta tecnología avanzó a una velocidad impresionante, logrando manejar funciones como: los mensajes de texto, comunicaciones por bluetooth, los populares videos juegos, se le incluyeron las cámaras digitales, se le dio acceso a internet, diversas aplicaciones digitales y las llamadas redes sociales, dándoles el nombre de teléfonos inteligentes o smartphones en inglés. Todos estos elementos han convertido al teléfono móvil o celular en una computadora portátil a menor escala y sus usos son ilimitados.
Año tras año, los avances en estos dispositivos hacen que la persona llegue a perder la noción del tiempo en el uso del teléfono y más si se trata de las redes sociales que han sido estudiadas en otros foros. El popular scroll que es el acto de desplazar vertical u horizontalmente el contenido de una aplicación o página web, llega a robarle a las personas hasta 5 horas diarias de vida, tiempo razonable para meditar sobre esta dependencia.
Según el portal Expansión.com en su artículo, “Cómo debes usar el móvil si es tu herramienta de trabajo”, se señala que la movilidad y flexibilidad laboral serían determinantes en los próximos años y que aquellas compañías en las que la movilidad forma parte del negocio son las mejores preparadas para trabajar desde cualquier dispositivo. Siendo esto así, se diría que estar conectado a un teléfono celular es, desde el punto de vista laboral, una inmensa ventaja hasta cierto punto, procurando no caer en una dependencia tecnológica como lo es la no-mobile-phone–fobia.
Cada día que pasa consideramos el uso del celular algo muy común en nuestra sociedad, y a una persona que no utilice un celular se le considera atrasada. En tanto, el portal lopezibor.com señala que “las aplicaciones, redes sociales y otros servicios ofrecen gratificación instantánea a través de notificaciones likes comentarios y respuestas inmediatas. El deseo de recibir likes y atención por parte de los demás puede generar un comportamiento adictivo”. En los ejemplos mencionados anteriormente hay diferencias muy marcadas: uno es por el factor laboral y el otro por un factor sociológico.
Hay una multiplicidad de factores que inciden en la dependencia a un celular, entre ellas: los colores, la rapidez, las diferentes aplicaciones, los sonidos, estar dentro de una red social, la información inmediata y el interactuar con otras personas, que se convierte en una necesidad para quien no tenga controles sobre el uso de este dispositivo.
Implicaciones de salud
Como si la no-mobile-phone–fobia fuera poco, a esta práctica asidua se le suman los efectos de la fatiga visual que desencadenan malestar, visión borrosa, visión doble ocasional, dolor de cabeza, dolor de oído, dolor de ojos, y a nivel corporal se relaciona con la tendinitis, dolor en el cuello y túnel carpiano provocados por la mala postura a la hora de mirar la pantalla del celular.
Las preferencias hacia determinados temas, ya sea música, tendencias, estilos de vida o algunos otros que son generados por las diferentes búsquedas temáticas en el celular, logran brindarle al “algoritmo” de las diferentes aplicaciones y redes la facilidad de enviarte el contenido justo a tu medida y gusto, produciendo satisfacción a grado sumo y las ganas de seguir consumiendo contenidos dentro del dispositivo celular. Los conocidos reels de Instagram o cortos de Youtube tan adictivos debido a su construcción que casi obligan a las personas a ver uno tras otro sin parar, y mucho peor, perdiendo la noción del tiempo en esta actividad.
Es aquella teoría que hace mención de los deberes especiales de comportamiento que derivan del hecho de pertenecer a un grupo determinado o círculo social. Son prácticas de conducta compartidas y aceptadas por un grupo social, en donde la juventud entra por la vía de la moda y las tendencias y la utilización de un dispositivo celular se convierte en una de las reglas a cumplir.
En esta era digital, la utilización de redes sociales y pertenecer a grupos de las mismas redes es cada día más común, y poder interactuar en ellas se ha convertido para algunos es una obligación disimulada. Estar pendiente de la alerta de notificación del teléfono celular forma parte del tema comentado en estas líneas, la no-mobile-phone–fobia, que afecta a personas sin distingo de edad.
Se puede añadir también que el uso prolongado de los teléfonos celulares puede producir alteraciones del sueño y del ritmo circadiano. Este último consiste en el ciclo natural de cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas, y se ve afectado fuertemente por la luz y la oscuridad que es controlada por una pequeña área en el medio del encéfalo que tiene como función primordial controlar cómo pensamos, cómo aprendemos, cómo nos movemos y sentimos.
El autor es magíster en Periodismo Digital