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Indira Kempis: 'Somos todas mujeres y la lucha de una, es la lucha de todas'
- 04/04/2023 00:00
- 04/04/2023 00:00
Indira Kempis Martínez es una mezcla entre dulzura y ambición. Una mujer que conoce los obstáculos de la población femenina a lo largo del tiempo, pero porta una sonrisa con la esperanza de que esto algún día cambiará para algo positivo.
De su voz emana sensibilidad, pero sus palabras proyectan convicción y un poder enorme que refleja toda la sabiduría y conocimiento que alberga en ella. Sus ideales viajan a una línea que espera llegar a la igualdad de género y lograr un mundo mejor para la población femenina en todos sus ámbitos.
Desde muy joven ha trabajado en pro del derecho a la ciudad, enfocándose en urbanismo social, seguridad ciudadana, transporte público y rescate de espacios públicos. Defensora de los derechos humanos y por sobre todo defender a aquellas minorías que viven todo tipo de violencia y discriminación, la senadora mexicana lucha y sueña por un mundo mejor el cual, promete, es muy cercano.
En una conversación con La Estrella de Panamá comenta desde su despacho, sobre sus ideales, su definición como mujer, su visión de la participación del género femenino en la política, y más.
Creativa, innovadora, fuerte, resistente, propositiva. Con esas palabras me defino yo.
Ser capaz de mantener la perseverancia y la resistencia sabiendo que aunque te caigas muchas veces, te puedes volver a levantar. Es decir, no se acabará el mundo si no nos sale algo bien, no se terminan las oportunidades, no hay un fin.
Cada vez que existe un cambio y te puedes adaptar, siempre tienes que volver a levantarte sin importar que tengas que luchar por un rato o llorar o lamentarte unos segundos. Lo importante es volver a levantarse y seguir peleando para alcanzar todo lo que nos proponemos, sin importar los obstáculos que vengan de por medio. Para mí, esto es ser una mujer fuerte. No es aquella a quien no le ocurren cosas, sino aquella que persevera y tiene paciencia ante cualquier embate que tenga en su vida personal o profesional.
Cada vez somos más quienes participamos en este sector, gracias a las luchas que dieron las mujeres que nos antecedieron. Sin ellas, no tendríamos estos derechos y garantías en nuestro país. A pesar de que no fue hasta 1955 que se nos permitió votar a las mujeres mexicanas, y años después cuando pudimos ser elegidas, siento que no es lejano el día en que las mujeres tengan una mirada equitativa en los espacios del poder público y nos sintamos a la par con el género masculino.
Esto sienta las bases del futuro que viene. Las nuevas generaciones lo que nos están enseñando es que a pesar de estas leyes, siguen luchando por tener una mejor representación en el poder y la política. Por una parte ha habido una lucha histórica que cada vez tiene más victorias; aunque parecen pequeñas, son una huella del futuro próspero que se acerca.
Por otra parte, hay una nueva realidad ya que somos recientes en esta nueva página de los libros de historia en América Latina. Hay cada vez más barreras por parte de un mundo que ha sido de hombres, machos y privilegiados. No a todo el mundo le gusta esta parte que venimos a contar, que es una nueva historia donde las mujeres tenemos voz, voto, y estamos poco a poco ocupando cargos que anteriormente eran solo de hombres. Estoy segura de que son las nuevas generaciones la garantía de que vamos a sobrevivir a esto y que el futuro es nuestro.
Derribando todas las barreras que se nos han impuesto. Es necesario hablar de la violencia que vivimos, al igual que los rezagos que se dan a partir de este sistema. Precisamente por no tener una perspectiva de género, no se han sentado las bases para que no existan esos techos de cristal o esas limitantes a partir de diferentes escenarios.
Hoy, si una mujer quiere ser presidente de un país, tendría que pasar por diferentes limitantes, es decir, no es tan sencillo como parece. Gran parte de lograr ese empoderamiento que tanto queremos es saber que los espacios en los que nos desenvolvemos o deseamos desenvolver, son espacios seguros para nosotras donde habrá herramientas necesarias para salir adelante y sobre todo para entender que no se nos da nada gratis. Insisto en esto: hemos luchado por nuestros derechos, entonces no estamos aquí nada más para ejercerlos, pero todas esas barreras las tenemos que ir eliminando para que las mujeres nos sintamos capaces y seguras.
Si no hay una perspectiva y una consciencia de género, siempre vamos a pensar que no es para nosotras, cuando en realidad siempre hemos estado preparadas para estar en este mundo y ser parte de él como cualquier hombre a nuestro alrededor.
Incluyendo. El liderazgo femenino debe ser inclusivo y obligatorio. Sobre todo cuando vivimos en países con tanta desigualdad. Cuando decimos que ninguna se debe quedar atrás, nos referimos a que nuestra mirada debe ser horizontal, donde no existan estos prejuicios por color de piel, orientación sexual, carreras universitarias, y más. Por que al final del día somos todas mujeres y la lucha de una, es la lucha de todas.
Esto me hace pensar en una frase de Michelle Bachelet que dice: “Si una mujer entra a la política, cambia la mujer, si muchas mujeres entran a la política, cambia la política”. Esto quiere decir que nuestra mirada tiene que ser inclusiva para cambiar la política y para que todas tengamos parte con el fin de velar por las demás.
Dos cosas: La primera es que las mujeres no venimos buscando compasión, lastima, o que se nos dé gratis lo que queremos. Hemos luchado por adquirir todo lo que queremos, y lo que hemos logrado hasta este momento en cuanto a nuestros derechos y hemos sido aliadas unas de otras para lograr esto. El mundo equitativo se ha hecho a partir de esa búsqueda. Cuando tenemos esa mirada, entendemos para qué estamos aquí. Esto debemos seguirlo con el fin de alcanzar todos nuestros derechos.
La segunda: Los hombres deben entender que no somos una amenaza y que esto que hacemos no es una declaratoria de guerra. De hecho, el machismo también les afecta a ellos porque los hace convertirse en hombres represores y violentos cuando no pueden aceptar su parte femenina. Para lograr esa equidad y esa justicia social, nosotras necesitamos creer que podemos hacer el cambio y lograr ese derecho. Una mirada a la consciencia de género logrará un mundo igualitario y sensible ante las demandas de la gente.
Siempre dicen que no hay que mencionar a las mamás, pero pienso que en América Latina poco hablamos de esas figuras maternas y les cargamos en esta visión machista ya que nos culpamos porque nosotras somos quienes criamos a nuestros hijos. Pienso que América Latina se ha formado a partir de una visión de la maternidad que protege, defiende, y persiste para lograr un cambio.
Miremos a todas las mujeres que han logrado cambios en el mundo y en nuestras vidas. Nuestros referentes personales han logrado sobrevivir y saber manejarse en un mundo caótico y lleno de problemas. Son ellas quienes buscan cómo sacarnos una sonrisa en medio de la adversidad. Nuestras madres y abuelas son aquellas que quizás en algún momento de la historia tuvieron que callar muchas cosas, pero siempre ha sido su mirada la que nos ha abierto el mundo.
El mundo es femenino porque nuestro origen como seres humanos lo es. Conectarnos con eso, para mí, es una de las mayores enseñanzas que he tenido. Las mujeres de mi familia me enseñaron que nada es imposible y que cualquier sueño se cumple si trabajas para ello sin pensar que alguien te va a salvar.