México se embarca en su primer proyecto espacial con la misión Colmena

Cinco microrrobots procedentes de México despegaron desde cabo Cañaveral, Florida con dirección a la luna en la nave Peregrine con el fin de explorar los obstáculos de estos artefactos tecnológicos en ambientes espaciales.

La misión Colmena, nombre que recibe este proyecto, es la primera misión espacial mexicana. En esta participaron 250 estudiantes del Instituto de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) junto al dr. Gustavo Medina Tanco, astrofísico, creador y actual jefe del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX).

“Con este proyecto la Unam se ha vuelto pionera en el desarrollo de microrrobótica espacial, la cual es un área tecnológica que tendrá gran auge en los próximos años, cuando se impulse la minería espacial. El despegue fue uno de los tantos retos que enfrentará la misión, los próximos serán la puesta en órbita y el alunizaje”, escribió en una publicación el Instituto de Ciencias de esta universidad en su cuenta oficial en la plataforma X.

La Agencia Espacial Mexicana (AEM) también tuvo participación en la misión Colmena, pues se encargó de la aprobación de los cinco microrrobots que viajan en la nave Peregrine.

Colmena cuenta con dos diferentes objetivos: el desarrollo de capacidad tecnológica y aeroespacial por parte de ingenieros mexicanos y la formación de alianzas estratégicas dentro del proyecto Artemis de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) para la exploración de la luna y asteroides que se encuentran en “investigación, prospección de recursos naturales o actividad de extracción minera, además de la construcción de estructuras y paneles”.

Además de este primer lanzamiento, el proyecto tiene contemplado otras dos misiones antes del año 2030, una teniendo nuevamente a la luna como destino y la otra para estudiar asteroides.

Los minirrobots de la misión Colmena también forman parte del proyecto Peregrine, en el que diferentes agencias espaciales incluyendo a la NASA y las Agencias Espaciales Europeas (ESA, por sus siglas en inglés) buscan establecer un tiempo oficial en el cuerpo celeste para facilitar el proceso de navegación de sondas y comunicación entre estaciones habitadas en el espacio.

Actualmente el proyecto Peregrine se encuentra en su segunda fase, que consiste en la trayectoria de la nave espacial por los anillos de Van Allen, en un viaje de 46 días. Se espera que el alunizaje de la misma sea el 23 de febrero e inmediatamente los cinco microrrobots deberán encenderse y comenzar a desplegarse por la superficie lunar.

Después comenzará la misión tecnológica, siendo esta la quinta fase de una duración de tres horas, en la que tendrán que explorar las condiciones de la luna tanto para encontrar el tiempo oficial de este satélite así como probar las capacidades de cada microrrobot.

En la sexta fase de la misión se planea que empiece la medición de plasma polvoroso y transmisión de información al Technology Demonstration Missions (TDM) de la NASA. Esta fase tendrá una duración de 14 días y concluye con el apagado de los microrrobots.

Finalmente, la séptima y última fase será el amanecer lunar, que se considera un suceso extendido donde la Colmena se reactiva con la encendida de los robots para iniciar operaciones nuevamente.