La magia del saber

En un mundo tan tecnológico donde nos ha quedado muy claro que los dispositivos móviles lejos de acercarnos nos han alejado más y que, conversar con otro ser humano es una actividad en peligro de extinción, el privilegio de intercambiar pensamientos, es un lujo que muchos deberíamos darnos, pues ahí nace la magia del saber.

En otras épocas, conversar con otra persona daba la oportunidad de crear y creer en gente extraordinaria, conocer magos de las letras, poetas de la música, pintores de momentos o descubrir expresiones e ideologías que hicieron y cambiaron historias.

Para muestra un botón... Era 1824 cuando en Viena y el mundo logran escuchar el himno de la Alegría (9o. Sinfonía) de Beethoven. Recordemos que el gran maestro, compuso esta magistral pieza siendo sordo y, aun así, escuchó su entorno para nutrir su creatividad, conversó con los sonidos del viento, pues para él, era el aliento divino hablando con alma de hombre y, la música, era el lenguaje de Dios. Beethoven sólo escuchó su voz y leyó sus labios. No distrajo sus sentidos cuando se dispuso a dialogar con su entorno.

Vincent Van Gogh, mi pintor favorito, tenía una frase “Si nos perfeccionamos en una sola cosa y la comprendemos bien, adquirimos por añadidura la comprensión y el conocimiento de muchas otras cosas” para lograr esto, el observaba y conversaba con gente, con su entorno, con él.

Pablo VI expresó un pensamiento que hoy es la más pura verdad: “El verdadero peligro está en el hombre, que dispone de instrumentos cada vez más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las más altas conquistas”.

Aléjese de todo aquello que pueda encasillarlo en la rutina. En los restaurantes veo familias que están al borde del acantilado con el smartphone en las manos y, parece que, prefieren soltar a sus seres más amados antes que el celular.

Le propongo algo, deje a un lado el smartphone y la tableta, permítase observar y escuchar su entorno. La vida es corta y hay miles de oportunidades que pasan en frente de nosotros sin verlas por estar metidos en una pantalla sin razón, sentimiento o inteligencia.

En el afán de querer liberarnos del enemigo exterior (problemas, trabajo, deudas, salud, violencia, estrés, tranques, jefes) podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior: indiferencia, individualismo, soledad... ¿Quiere alimentar su ser? ¡Alimente su saber!

Lea, observe, escuche música de calidad, escriba, relaciónese con otros, viaje, ame, pruebe, invente, equivóquese en el intento, comparta un café con un amigo, escúchelo, deje el yoismo a un lado. Aléjese de las excusas mediocres que no le dejan caminar al saber.

Neruda decía que “quien no viaja, no lee o quién evita la pasión y su remolino de emociones muere lentamente”.

Le recomiendo que se prohíba no sonreír ante los problemas, a no luchar por lo que quiere, a abandonar un sueño por miedo y a no convertir en realidad su pasión. Retome lo que le hace ser humano, comparta con otro, enamorase de la vida, antes de que ella se aleje de usted.

Mario Benedetti tiene un poema precioso llamado No te salves, permítame compartirte sólo la primera estrofa: “No te quedes inmóvil al borde del camino. No congeles el júbilo, no quieras con desgana, no te salves ahora ni nunca, no te salves. No te llenes de calma, no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo. No dejes caer los párpados pesados como juicios, no te quedes sin labios, no te duermas sin sueño, no te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo”. Y le voy a resumir el final: “Pero si pese a todo, no puedes evitarlo, entonces, no te quedes conmigo”.

La única forma de alimentar su saber, es descubriendo la magia de su entorno, de su ser. Para ello, si debe renunciar a 5 minutos de tecnología, ¡hágalo!

En 5 minutos alguien ríe o llora con usted, nacen o mueren los sueños, creen en usted o se alejan de su vida porque se quedó en el peldaño inferior. En 5 minutos se puede iniciar una magnifica novela o leer otra.

Solo se necesitan segundos para perder oportunidades, incluso la vida misma, entonces ¿Por qué desperdiciar un abrazo, un oído atento, un silencio solidario que escucha a un compañero o familiar?, ¿qué se lo impide?

¿Qué le impide que, con ese mismo celular donde traga contenido que no invita a nada lo use para aprender una nueva palabra en la RAE o sacie su conocimiento con temas prácticos, interesantes y hasta económicamente atractivos para su emprendimiento? ¡Nadie más que usted lo impide!

Quien no quiere crecer no puede culpar a su entorno de no hacerlo, quien no quiere cambiar no puede achacar la falta de oportunidades a sus seres queridos, quien no quiere modificar su vida no podrá tener una vida más efectiva y asertiva.

Quien no quiere abrir un libro, estudiar, aprender, conocer o preguntar ¡no puede culpar a nadie más, ni al sistema o profesores de su ignorancia!

El saber y querer es lo único que existe en el mundo para triunfar, ¿Qué la plata es un factor que ralentiza a veces el desarrollo de nuestros los sueños? ¡Si! Es posible, pero, si busca alternativas se encuentran soluciones porque, seamos franco, el universo conspira a nuestro favor si entendemos que la magia del saber, es la magia de saber ser.