Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 13/01/2024 00:00
- 12/01/2024 17:20
Primero, para entender este método de enseñanza, estar abierto a él y comprender en qué se aplica, hay que comprender que la capacitación misma no es un gasto sino una inversión a largo plazo, y lo planteo así porque hay algunos empresarios que no solo no creen en los planes de capacitación y los ven como gastos que le abren hueco a sus presupuestos, sino que, además, los critican.
Ahora bien, ¿qué es la ‘gamificación’? Es una técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos (games) al ámbito educativo-profesional con el fin de conseguir mejores resultados, ya sea para absorber conocimientos de forma interactiva, mejorar ciertas habilidades, o bien para recompensar acciones concretas, entre otros muchos objetivos, y aquí, recalco la palabra objetivos, porque sin ellos sí sería una pérdida de tiempo. En resumen, la ‘gamificación’ no es jugar por jugar. Así como tampoco el taller de cuerdas es ‘un día de camping’.
Este tipo de aprendizaje gana terreno en las metodologías de formación debido a su carácter lúdico, que facilita la interiorización de conocimientos de una forma más divertida, generando una experiencia positiva en los colaboradores. De hecho, detrás de cada juego exitoso hay toda una ciencia que estudia cómo y por qué algunos tipos de estímulos nos resultan mucho más placenteros e interesantes que otros, aunque las actividades que involucran no sean divertidas en sí mismas.
El modelo de juego realmente funciona porque consigue motivar a quienes lo practican, a desarrollar un mayor compromiso e incentiva el ánimo de superación.
No es ninguna casualidad que empresas de la talla de Google, Cisco, IBM, Amazon, Apple, Pixar, Toyota o Nike, por mencionar solo algunas, recurren cada vez más a estrategias de gamificación empresarial en todas las áreas posibles. De hecho, existe el término playfulness que va más allá porque con él, hay empresas que dedican el día entero a jugar, a divertirse y a relajarse en su propio trabajo, claro, ¡pagado! porque lo ven como inversión.
Entre sus beneficios principales podemos encontrar que:
Mejora la productividad de los colaboradores: Si bien la motivación intrínseca es una de las habilidades blandas más importantes, no es que tengamos que depender al 100% de ella. Las dinámicas de juego relacionadas con las actividades en el trabajo pueden promover la sana competencia e inyectar una excelente dosis de motivación a cualquier equipo.
Una encuesta reveló que el 87% de los empleados considera que la ‘gamificación’ en las empresas lo ayuda a ser más productivo, especialmente cuando viene aparejada con recompensas como tarjetas de regalo, días libres, bonos y reconocimientos públicos.
Optimiza la selección de talentos: Los entornos ‘gamificados’ de evaluación y selección de candidatos laborales no solo permiten que todo el proceso de reclutamiento sea más ameno para ambas partes, sino que también, permite recabar información clave sobre las capacidades de los aspirantes de resolver problemas y tomar decisiones.
Si, la ‘gamificación’ es un proceso que debe ser asimilado para que tenga éxito, ya que uno de los problemas más frecuentes que surgen en las capacitaciones empresariales relacionadas con nuevos procesos o herramientas como la ‘gamificación’, es la falta de motivación que surge como resultado de la aversión o miedo al cambio, o sencillamente la ausencia de interés.
Finalmente, la ‘gamificación’ en las empresas también puede aplicarse a temas que no tienen que ver directamente con la productividad o venta, sino con la filosofía institucional y el clima organizacional.
Con un toque emocional y humano más una narrativa acorde con los valores de la empresa, es posible crear dinámicas de juegos que ayuden a los colaboradores a fortalecer y mejorar sus hábitos de salud, a sentirse reconocidos como individuos valiosos de su comunidad o a convertirse en portavoces de las estrategias de responsabilidad social y sustentabilidad de la compañía.
También hay que dejar claro que no es cualquier tipo de juego que vale, ya que primero hay que conocer la razón del problema, el porqué de los objetivos, y los modelos que ya se han empleado y no tuvieron los resultados adecuados, para así elegir un juego que resuelva, explique, ejemplifique o cumpla con las necesidades y problemas planteados en una reunión previa.
En algunas empresas esta metodología ha llegado a tener tanto éxito, que incluso han invertido en diseñar el famoso “cuarto de juego” o “sala de ideas” donde lo colaboradores pueden ir a cualquier hora del día a relajarse, pensar en otro entorno y dejar fluir la creatividad para encontrar soluciones innovadoras.
De hecho, las publicitarias fueron las pioneras en este método antes que, incluso, se le llamara ‘gamificación’, así como fueron las pioneras en desarrollar la redacción creativa que hoy se le llama storytelling.
¿Con qué juegos empiezo?, se preguntará usted, amigo lector. Pues con uno que involucre equipos o que inviten a pensar; ejemplo de ellos: abalone, katamino, otrio, los juegos de la línea IQ como twist, link, fit, puzzler, circuit, los juegos de la línea kanoodle, pingüinos en el hielo, emotio, este en particular invita a reconocer las emociones y a lidiar con ellas.
¿Quiere tener un ambiente efectivo, asertivo, comunicativo y que rompa barreras en su empresa? Comience por jugar porque, como decía el principito: “El creativo es el adulto que dejó sobrevivir a su niño interior”, y cierro con la frase de Einstein: “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”.