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- 03/02/2024 00:00
- 02/02/2024 19:15
Durante la pandemia, la psicóloga panameña Jheris Sellhorn, comenzó a buscar una forma de contribuir emocionalmente al país para que los ciudadanos pudieran sobrellevar la situación que se estaba atravesando. Revisando en internet, encontró la Fundación Educación Emocional creada en Argentina.
Se puso en contacto con ellos para ofrecerse como voluntaria y terminó siendo una de las embajadoras de educación emocional en Panamá. “Me contaron sobre la Ley de Educación Emocional, de todo lo que hacen como Fundación y que eso mismo lo podíamos hacer acá”, relata Sellhorn a este medio.
El objetivo principal de la ahora llamada Embajada de Educación Emocional es buscar la aprobación de una Ley que implemente la educación emocional en todos los niveles del sistema educativo de Panamá. “Cuando escuché sobre esto no tenía idea de a quién contactar ni qué hacer. Conocí a una persona que sabe de temas de leyes, él indagó y se enteró de que la ley ya estaba en la Asamblea. Así inicié con la Embajada, agrupé a mis amigas y empezamos a hacer un trabajo de formación con la Fundación; especialmente, la parte emocional y de planificación”, explica.
“Lo que buscamos está relacionado con las escuelas. La idea es que desde allí podamos implementar una materia más, así como en geografía y ciencias podamos educar sobre las emociones. Queremos que se les pueda enseñar a los niños desde muy pequeños a que puedan gestionar de manera sana sus emociones”.
La Embajada ha estado divulgando la educación emocional a través de giras en medios de comunicación, charlas gratuitas en empresas sobre cómo conectar con las emociones y cómo las personas las proyectan. Para este año esperan ir a los colegios. También lograr reunirse con los diputados que llevan el anteproyecto de Ley, “para ver cómo podemos lograr que se apruebe antes de que se haga el cambio de Gobierno”.
De aprobarse la Ley, Panamá se convertiría en el primer país de Latinoamérica “en tener una legislación de educación emocional a nivel de país. En Argentina todavía es solo por provincias. La idea es evolucionar, no solo en la parte económica y llenar a la ciudad de edificios; es crecer también en la parte humana. Poder formar a cada individuo desde sus bases”.
La norma fue propuesta en julio del año 2020 por la Comisión de Educación, Cultura y Deportes de la Asamblea Nacional. Se encuentra en segundo debate desde septiembre de 2022.
Sellhorn cuenta que en el colegio para el que trabajó hasta hace poco, desde que los niños tenían dos años de edad las maestras les enseñaban sobre las emociones. “Hacían un círculo en las mañanas con las caritas de emociones para enseñarlos a identificarlas, así ellos aprendían a reconocer si estaban tristes, molestos, felices”.
Añade que tenían una “aplicación sistémica”; es decir, involucraban a todas las personas que formaban parte del entorno de los niños. “Desde el personal de limpieza, vigilancia, el director, los docentes. Por ejemplo, si la señora que limpiaba encontraba a un niño tirando basura en el pasillo, en vez de regañarle, conversaba con él, le preguntaba por qué había hecho eso. Ellos estaban capacitados para hacer intervenciones en el diario [vivir] de ellos”.
La educación emocional no solo se forma en el colegio, también incluye a las familias. Esta formación la realizan a través de una escuela para padres y la reciben, además, los tutores o personas que estén a cargo de los niños. “Es un trabajo sistémico en el que necesitamos incluirlos a todos”.
Implementar el aprendizaje y la práctica en el aula de estrategias cognitivas, valores, habilidades sociales y técnicas de autocontrol que permitan al estudiante vivir satisfactoriamente consigo mismo y con los demás. Es uno de los objetivos del Anteproyecto de Ley 024, que establece la enseñanza obligatoria de la educación emocional en todos los niveles del sistema educativo en la República de Panamá.
En su artículo 1, la normativa establece la enseñanza obligatoria de la Educación Emocional en el sistema educativo como estrategia para promover las técnicas de aprendizaje e interacción en las relaciones interpersonales e intrapersonales, a través de métodos alternativos de comunicación, áreas de formación, investigación, desarrollo, sistematización y medición de los procesos.
En la exposición de motivos se enfatiza en la importancia de crear un espacio para que los estudiantes desarrollen la inteligencia emocional “y adelantarnos a los problemas: no esperar a que un niño tenga una depresión, consuma drogas, se suicide o caiga en la delincuencia para intervenir”, dice el texto firmado por la diputada Génesis Arjona.
Daniel Goleman en su libro Emotional Intelligence desarrolló las bases o principios de la inteligencia emocional. Destaca que “es importante identificar las propias emociones. Las emociones fuera de control pueden dar lugar a una situación negativa”.
También el manejo de las emociones: tomar conciencia de los sentimientos y manejarlos, reconduciéndolos si es necesario.
La automotivación: orientación de las emociones hacia el logro. Reconocimiento de las emociones de los otros: se consigue gracias a la empatía o la capacidad de comprender los sentimientos y emociones de los demás.
Y, el establecimiento de relaciones: la competencia social y las habilidades que conlleva.
El International Montesori Institute enumera siete beneficios de la inteligencia emocional:
1. Conocerse a sí mismos: conocer sus habilidades, sus puntos fuertes y aceptar también sus limitaciones. Esta es la base para que creen una buena imagen de sí mismos y refuercen los cimientos de una buena autoestima.
2. Gestionar sus emociones: trabajar este tipo de inteligencia con niños les ayuda a distinguir, identificar y gestionar sus emociones.
3. Tomar decisiones responsables y éticas: poco a poco, los niños van tomando responsabilidades y ganando una autonomía que los lleva a tener que tomar decisiones. Una buena educación emocional contribuirá a que éstas sean responsables y éticas.
4. Construir y mantener relaciones con los demás: el objetivo es interactuar con otros niños y adultos de manera asertiva; es decir, que sepan defender sus ideas sin molestar a los otros. Se fomenta la comunicación efectiva y las habilidades sociales para establecer buenas relaciones.
5. Trabajar en equipo: fomento del trabajo en equipo, pero sin necesidad de que sea de forma competitiva. Se trata de colaborar para conseguir un objetivo común en el que todos los niños ganan.
6. Ser empáticos: aumentar su capacidad de empatizar, de ponerse en el lugar del otro. Cuanto más dominemos la empatía, mejor nos comunicaremos con los demás e influiremos positivamente en ellos.
7. Ser capaces de resolver conflictos: capacidad de distinguir qué conflictos pueden resolver y la forma más eficiente de hacerlo.