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Marcos Castillo: 'Nos hemos dejado llevar por el frenesí de la inmediatez'
- 01/12/2022 00:00
- 01/12/2022 00:00
Hay preguntas que muchos se hacen en estos momentos en relación con la labor periodística, debido a la presencia de la era tecnológica: ¿desaparecerán los medios tradicionales? ¿Se dejarán vencer por las redes sociales?
Eso lo veremos, afirma Marcos Castillo, un periodista con más de 25 años de experiencia.
Producir una noticia cuesta y requiere de un trabajador especializado: el periodista. Un bloguero aficionado no es un periodista; un tuitero, tampoco; un usuario de Facebook e Instagram, menos aún.
Siempre que un medio tradicional se reinvente y genere una interacción positiva con las plataformas digitales, tendrá una vida garantizada y menos riesgo de desaparecer.
En ese sentido, Castillo advierte que es urgente que los medios se actualicen y reinventen, aunque reconoce que muchos ya están en ese camino.
“Es importante leer el comportamiento de la sociedad para estar sintonizados con su sentir y pensar, y con esa base hacer la renovación o reinvención”, expresa con firmeza el periodista.
Por otra parte, Castillo habla con preocupación sobre la proliferación de las noticias falsas. Al respecto afirma que son como una plaga que nos asola; nos hemos dejado llevar por el frenesí de la inmediatez; no se toma el tiempo para constatar la veracidad de una información. Enviamos y reenviamos cualquier cosa leída en las redes o grupos de mensajería instantánea... Se trata de un fenómeno muy peligroso, porque sin ningún criterio ni ningún valor dan como hechos ciertos algunas mentiras que se lanzan para desprestigiar o sacar provecho de una situación.
Ha evolucionado e involucionado. La tecnología ha facilitado las formas de comunicar y comunicarnos, ahora la inmediatez es la prioridad, pasándose por alto la necesaria verificación de los hechos. Se trata de una ola que arrastra a la sociedad y de eso no se ha escapado el periodismo.
Las redes sociales han evidenciado las falencias de un periodismo engreído que se creía dueño absoluto de la información; medios y periodistas se montaron en la ola de las redes y quedaron atrapados. Pese a ello, no creo que las redes vayan a sustituirlos siempre que se mantenga la rigurosidad en el manejo de las noticias, la verificación de la información, el balance y la búsqueda de la verdad.
El periodismo está como en un “purgatorio” del que puede salir fortalecido, reformado, que veamos al entrevistado como el protagonista, y se deje a un lado el periodismo selfi.
Los medios tradicionales se manejan según los intereses de sus dueños o accionistas, y tradicionalmente responden a los intereses del poder económico; en tanto que los medios digitales, en su mayoría, no son controlados por estos grupos, ya que no requieren de la inversión económica que sí necesita un medio tradicional y entonces se puede actuar con mayor independencia, o sea, que en los digitales no hay los intereses creados que atan a los medios tradicionales.
En Panamá, las políticas editoriales se enfocan en los intereses económicos y políticos de sus dueños, ofrecen publicaciones y noticias parcializadas, la gente lo capta, deja de consumirlos y prefiere informarse en las redes, donde no hay censura ni prevalecen los intereses creados.
Siempre ha existido la censura en los medios en Panamá; pero, claro, se hace de manera muy solapada, por ejemplo, señalan personas a las que “no se debe entrevistar”, hoy eso es más obvio, pues hay gente a la que se entrevista con mucha frecuencia y otra a la que casi nunca ves en entrevistas o debates, otra a la que se les pone en el hielo por un tiempo. Los programas de opinión repiten las mismas figuras.
Pronto el mundo no será como lo conocemos hoy, ahora se leen menos libros o periódicos impresos; las nuevas generaciones se sienten más identificadas con la tecnología; se está creando conciencia sobre el tema ecológico y se tiende a evitar lo que cause daño ambiental o atente contra la naturaleza; el uso del papel entra en ese grupo, por lo que ahora se prefiere material reciclado, pero quizá más adelante se evitará a toda costa cualquier práctica que produzca un impacto ambiental.
Las noticias falsas son como una plaga que nos asola, nos hemos dejado llevar por el frenesí de la inmediatez, no se toma el tiempo para constatar la veracidad de una información, enviamos y reenviamos cualquier cosa leída en las redes o grupos de mensajería instantánea. Es indignante ver que se asume como verdad cualquier mentira, montaje o bulo. Vivimos en una sociedad malévola, circense y manipulable. Nos toca combatirlas, hacer docencia, lo que no podemos es dejar que una noticia falsa se propale impunemente.
Me he reinventado. Actualmente estoy enfocado en las asesorías en estrategias de comunicación, media training y comunicación política.
Sí, recientemente participé en la ciudad de Washington en una capacitación dictada en la Escuela Superior de Gestión Pública de la George Washington University, donde tuve como profesores a figuras de la talla de Valerie Biden, hermana del presidente de Estados Unidos y quien ha sido su estratega desde que era senador; también a gurús de campañas políticas como Antoni Gutiérrez Rubí, que dirigió la campaña del presidente de Colombia, Gustavo Petro; así como a Sebastián Kraljevich, que llevó al triunfo al presidente de Chile, Gabriel Boric; a Tatiana Clouthier, estratega de redes sociales y medios digitales del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y otros especialistas estadounidenses en temas como tecnología y ciberseguridad. Es una nueva faceta que me parece muy interesante y quiero estar preparado para participar en la campaña electoral de 2024.