Cristiano Ronaldo, el genio odiado

  • 09/08/2015 02:00
En toda historia, la audiencia tiende a polarizar dos bandos. El bueno, el malo. CR7 es una de esas caras de la moneda

Cristiano Ronaldo se para y se va de una entrevista con Andrés Oppenheimer cuando éste le pregunta, por tercera vez consecutiva, sobre el escándalo de la FIFA. Ronaldo se ha disfrazado de mendigo y ha hecho piruetas en una plaza madrileña para, al final, regalarle un balón autografiado a un niño. CR7 acaba de sacar una nueva línea de ropa interior y las redes colapsaron en un intento por comparar sus abdominales con los de Lionel Messi. Cristiano es noticia dentro y fuera de la cancha, dice lo que piensa, se presta para videos virales y sonríe a la cámara. Talento no le falta con el balón, pero es, si acaso, el futbolista más odiado de nuestro tiempos.

Odia perder. Sus detractores odian verlo ganar. Ronaldo siempre fue un obseso por el triunfo, según han dejado claro en varias publicaciones su entrenadores. Pero junto a este afán por el podio, está la egolatría de un jugador que se ve a sí mismo como el mejor en el campo, en los camerinos y también en los anuncios publicitarios.

No sorprendería, por lo tanto, que Wayne Rooney bromeara diciendo que habían mandado a poner un espejo más grande en el camerino del Manchester United, cuando al portugués lo fichaban los ‘reds devils'.

No es noticia que hay predisposición cuando se acerca a un micrófono, la sección de comentarios de redes y portales web están aglutinadas de peleas entre sus fanáticos —que no son pocos— y quienes le aborrecen. Lo curioso es que lo odian porque lo comparan. Lo paradójico es que, mientras a Messi se le reclama que hable, que sea mediático, un entertainer, a Cristiano se le señala por hacer todo lo contrario.

DOMINIO DEL ESFÉRICO

Madrid y Barça. Ronaldo y Messi. La eterna batalla. Blancos y azulgranas. Los buenos y los malos. El papel en la película parece tomárselo tan en serio, que Ronaldo se dio el permiso de empujar a Pep Guardiola cuando éste le alcanzaba el balón para un saque lateral. La hinchada endemoniada, y luego el tumulto en el campo de juego. Algunos del equipo blanco se lamentan. Incomprensión en el cuadro local.

Lo cierto es que al sol de hoy es uno de los mejores futbolistas del mundo, llegando a ser considerado el mejor y el más completo para un gran número de expertos y prensa especializada.

Podría pasar a la historia de una forma fría, respaldada por un puñado de récords y estadísticas; pero la razón por la que ya es parte de la historia contemporánea del fútbol, parece ser más bien la estética que se ha esmerado —al punto de la obsesión— por desarrollar. No es el toque fino de Zlatan Ibrahimovic, no es el chanfle en el disparo del ‘Pibe' Valderrama, no es el caprichoso joga bonito de Ronaldinho, ni mucho menos la firmeza de Zidane, la curva con la que latigueaba Beckham la pelota parada o —peor aún— el quiebre con el que ‘Leo' amaga y destruye carreras.

Ronaldo llevó su estilo de juego en el once contra once a una dimensión que se alimenta de estrellas que han marcado la pauta, pero agregándole una dosis sintética, perfeccionista, y hasta algo narcicista. Trota erguido, engancha, parece correr dibujando un plan de juego como quien mira al resto del equipo contrario por encima del hombro. Cambia de look y lo vuelven a odiar. Cristiano Ronaldo creó su propia caricatura, dividió al público y pasará a la historia, probablemente, como el genio villano del ‘deporte más hermoso del planeta', el balón pie. ‘El opio del pueblo', escribía constantemente Eduardo Galeano.

==========

¿Prototipo de ‘rockstar' contemporáneo?

Con Beckham arreglándose la dentadura, cambiándose el peinado y adentrándose en el mundo de la moda junto a su esposa, la ex Spice Girl, Victoria, se marcaba un precedente. Los futbolistas se convertían en el epítome del ‘live fast, die young'. Empezaban en una cantera, volteaban y les ofrecían contratos millonarios en clubes profesionales de alto rango. Bordeaban los 30 años y se retiraban. Ovaciones multitudinarias en cada juego, cada cantada de himno y cada vez que el balón cruzaba el arco, hundiéndose en las redes. Pero parecía como si para poder sobrevivir en este universo del espectáculo deportivo —al que poco a poco se iban sumando los nuevos ricos soviéticos y uno que otro jeque— había que crear una personalidad, o un personaje, un prototipo de jugador que marque tendencia. Y es algo que hoy de alguna u otra manera se ha logrado. El jugador es modelo, en varias facetas, para miles de jóvenes.

Lentes Chrome Heart, $605; bolsa Gucci, $290; reloj Jacob & Co, $11,627; correa Dolce & Gabanna, $493; jeans Dsquared, $356 dólares. CR7 sale de un entrenamiento vestido con lo que gana al año alguien con un salario promedio. El portugués también se arreglaría la dentadura, se depilaría las cejas y se haría cortes de cabello a la moda. Se convertía entonces en la reinvención del nombre en una camiseta de fútbol con la que todos creíamos conocer la esencia verdadera del deporte rey. El Ronaldo de Brasil se desvanecía y crecía la imagen de una especie de cyborg del balón pie, inmerso en el ángulo más superficial de nuestra realidad. ‘De música, de mujeres, de moda, de zapatos, de maletas, de joyas, de peinados', respondía entre risas cuando le preguntaban si en los camerinos de Madrid no se hablaba sobre el actual escándalo de la FIFA.

==========

CRISTIANO Y LAS CIFRAS

2002  Con tan solo 17 años, debuta jugando para el Sporting C. de Portugal, en un partido clasificatoria de la Liga de Campeones UEFA.

7  Es el dorsal que utiliza, tanto en en su club como con la selección, y con el que se ha dado a conocer en la prensa deportiva.

314 Goles anotados desde 2009 con el Real Madrid. Máximo goleador del club solo por debajo de Raúl González Blanco (323).

18,6  Millones de dólares es el salario que percibe anualmente el delantero portugués, por el que el Madrid pagó $98 millones.

Lo Nuevo