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- 09/08/2017 02:04
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Su estructura excede a la de la familia nuclear. Las familias extensas o extendidas incluyen a padres, hijos, tíos, abuelos, tíos abuelos, bisabuelos (generaciones ascendentes), y es regularmente en este tipo de familia que se ve una convivencia entre personas de diversas generaciones, lo que también se denomina como familias multigeneracionales.
‘Un hogar multigenracional presenta ventajas, pero también situaciones de estrés que pueden convertirse en situaciones no favorables para sus miembros'
SOFÍA BALLESTERO,
SOCIÓLOGA
‘Un hogar multigeneracional presenta ventajas, pero también situaciones de estrés que pueden convertirse en momentos no favorables para sus miembros', señala Sofía Ballestero, socióloga y psicóloga. Añade que estos hogares pueden estar formados por ‘una familia extendida o bien nuclear; cuando uno de los padres o la pareja engendró muy joven y 15 o más años después decide aumentar el número de hijos'.
En las familias multigeneracionales ‘no faltarán consejos' por parte de personas con mayor marco de referencia, ‘colaboración y ‘educación, pues los más jóvenes aprenderán más rápido'; estas son algunas de las ventajas de un hogar multigeneracional, apunta Ballestero.
Sin embargo, al igual que en toda familia, surgen diferencias, en esta ocasión marcados por la desingualdad de edades.
‘Cuando tenemos padres mayores, con más de 45 años de edad, e hijos pequeños, la dinámica familiar es diferente. Estos adultos regularmente no tienen las mismas energías que años atrás para salir a jugar, correr y suplir esas demandas de un niño, es decir les cuesta mucho más', indica la socióloga. Añade que cuando el hijo es un adolescente y el padre mayor de 60, ‘también se complica la comprensión de muchos actos del adolescente'.
La especialista señala que cuando conviven abuelos, bisabuelos, tíos e hijos la situación puede ser ‘más compleja', pues ‘se mezcla la labor de cuidar a ancianos y niños, la privacidad es afectada al igual que la economía, en algunos casos. En resumen, la convivencia es un poco más difícil'.
Pongamos un ejemplo sencillo, dice Ballestero. ‘Imaginemos un hogar donde hay adultos mayores, adultos, adolescentes y niños. Un adulto mayor regularmente no está en condiciones de escuchar música a alto volumen, algo que le agrada a los adolescentes, y mucho menos los gritos regulares de niños jugando y corriendo por toda la casa, o el partido de fútbol del padre de los niños'.
A pesar de los inconvenientes que pueden surgir en una familia multigeneracional, una sana convivencia es posible.
MEDIDAS PARA UNA SANA CONVIVENCIA
La especialista apunta que es necesario ‘que cada miembro de la familia ponga de su parte'.
Ballestero cita algunas medidas que se deben tomar en el hogar.
Primero se debe definir las personas con autoridad en el hogar. Tomar decisiones en conjunto, pero siempre respetando esa autoridad.
Definir reglas claras para cada miembro. Ubicar un lugar en casa, para el juego, para escuchar música. Establecer como norma reuniones periódicas familiares, donde cada uno puede exponer lo que no le agrada o desea que se mejore.
Enseñarle a los más pequeños que los adultos mayores requieren de cuidados especiales. Los adultos de la casa deben dar el ejemplo del trato que debe recibir la abuela o bisabuela.
Y sobre todo pasar tiempos de calidad en familia.