El regreso a clases presenciales

Actualizado
  • 26/02/2022 00:00
Creado
  • 26/02/2022 00:00
Si hay algo que como estudiante aprendí de la pandemia, es que tengo que ser agradecida y apreciar mi educación
La Academia Interamericana de Panamá, tuvo la suerte de poder regresar a la normalidad en 2021.

Las escuelas públicas buscan volver a la normalidad este año 2022 con el movimiento “Todo Panamá”.

Después de dos años de pandemia y de escuela en línea, esta transición puede ser difícil.

Mi escuela, Academia Interamericana de Panamá, tuvo la suerte de poder regresar a la normalidad en 2021, así que compartiré mi experiencia.

La transición fue gradual. Al inicio, nos separaron en grupos, un grupo iba lunes y miércoles y el otro martes y jueves, los viernes se turnaban. Los escritorios estaban muy distanciados y solo nos permitían quitarnos la mascarilla para comer. En los recreos, los diferentes grupos no tenían permitido mezclarse para prevenir contagios.

Cuando había alguien positivo en uno de los grupos, sólo el grupo de la persona positiva se quedaba en casa, de este modo la educación de los demás no era afectada.

Cuando se anunció que regresaríamos al colegio, los estudiantes tenían la opción de quedarse en casa o volver al colegio, pero la mayoría decidió volver. Creo que es porque aunque no todos lo admitimos, todos extrañamos un aspecto u otro de la escuela. Ya sea ver a nuestros amigos, o aprender algo nuevo todos los días, se puede decir que las ganas de ir al colegio son parte de nuestra naturaleza. Por muchos años, todos nos acostumbramos al colegio y nos permitimos odiarlo, y no nos dimos cuenta de cuánto nos gustaba hasta que lo perdimos por tanto tiempo. Como dice el dicho, “Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”.

Recuerdo que mi profesor favorito decidió permanecer enseñándonos en línea. Es cierto que muchas veces ocurrían imprevistos que afectaban la clase, como fallas al Internet, pero pienso que manejamos muy bien la materia y todos aprendimos mucho.

Aunque preferimos dar clases presenciales, no nos molestaba hablar con el profesor a través de una pantalla con tal de poder escucharlo. Por el otro lado, al menos nosotros, los estudiantes, estábamos juntos. Sabíamos que él, al igual que muchas otras personas, no estaba listo para regresar a la normalidad y supimos aceptar eso porque veíamos la gravedad de la pandemia.

Poco a poco las cosas iban cambiando. Más personas volvían a la escuela y los grupos se eliminaron. Recuerdo mi emoción al ver la escuela habitada después de tanto tiempo. Mi emoción con el regreso a clases presenciales me llevó a ver la escuela con una nueva perspectiva, algo en lo que nunca antes había pensado: “La escuela es divertida”.

Con mi nueva perspectiva mis calificaciones empezaron a mejorar. Si hay algo que como estudiante aprendí de la pandemia, es que tengo que ser agradecida y apreciar mi educación. Hoy en día digo orgullosa que amo aprender, amo ver a mis amigos y amo la escuela, puede que no ame despertarme a las 7am, pero es un precio pequeño a pagar por todos los otros beneficios.

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