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- 27/11/2022 00:00
- 27/11/2022 00:00
En pleno Siglo XXI, era de las tecnologías digitales de la información y la comunicación, la humanidad no ha logrado poner fin a una de las más degradantes violaciones a los derechos humanos, cual es la violencia contra las mujeres y las niñas en el mundo. Violencia considerada una de las más persistentes, extendidas y devastadoras, que ha sido perpetuada durante décadas. Es cierto que es omnipresente, pero no inevitable, a menos que sigamos en silencio y no actuemos a corto plazo para su prevención y erradicación.
En las últimas décadas ha habido movilización mundial para su prevención y en el ámbito de los gobiernos se ha dado una sensibilización, logrando avances a través de políticas públicas, leyes, estrategias de prevención y servicios esenciales. No obstante, aún no se consigue el objetivo de ponerle fin, tal como lo demuestra el hecho de que una de cada tres mujeres se vea afectada por algún tipo de violencia de género, que cada 11 minutos, una mujer o niña es víctima de femicidio por parte de un pariente y que cada 15 segundos una mujer es agredida en el mundo.
Como producto de la pandemia de covid-19, que atacó globalmente desde 2020, la situación se ha agravado. El 45% de las mujeres declaró que ellas o una mujer que conocían habían sufrido alguna forma de violencia de género; siete de cada 10 mujeres creen que el abuso verbal o físico por parte de la pareja se ha vuelto más común; y 6 de cada 10 personas estiman que el acoso sexual en los espacios públicos ha empeorado.
A pesar de que hay una mayor conciencia social sobre la gravedad de la violencia de género, aún existe la tendencia de un gran sector masculino de calificarla como un asunto de las mujeres y por tanto, es parte del problema, porque les da a los hombres la excusa para no actuar contra la violencia hacia las mujeres y niñas.
Cada 25 de noviembre se conmemora el día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer, con el objetivo de visibilizar a nivel mundial este grave flagelo y promover, por parte de las naciones, políticas públicas efectivas para su erradicación, así como brindar apoyo y generar conciencia social acerca de la estigmatización y los severos efectos físicos y psicológicos que sufren las víctimas, con las consecuencias negativas para su salud sexual y salud reproductiva.
Este año el lema: “¡UNETE! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas” tiene la finalidad de promover el activismo social, apoyando a las defensoras de los derechos de las mujeres y a los movimientos feministas del mundo, que se han visto afectadas en los últimos tiempos por el incremento de los ataques a las activistas y organizaciones de mujeres que luchan por un planeta libre de violencia.
No actuar ante la violencia de género nos hace cómplices silenciosos, por tanto no es una opción. Existen muchas formas de colaborar con el activismo social en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y niñas, que representa un obstáculo para el logro de la igualdad, desarrollo, paz y el respeto pleno de sus derechos humanos.
Por tanto, se puede hacer activismo a nivel personal, promoviendo espacios de debates e información sobre la violencia de género; a través de las redes digitales; participando en seminarios, movilizaciones para exigir la aplicación de leyes y que la justicia sea accesible para las mujeres y niñas; que los servicios de salud estén garantizados; involucrar y participar en los medios de comunicación, para hacer conciencia social sobre el tema; organizar y movilizar a hombres y niños de todas las edades y estratos sociales, para que se manifiesten en contra de la violencia hacia las mujeres y niñas, a fin de promover la igualdad y solidaridad entre los géneros; y realizar donaciones a organizaciones que trabajan con las víctimas, entre otras actividades.
Un futuro sin violencia hacia las mujeres y las niñas es posible con prevención, educación, servicios esenciales y efectivos en los sectores policial, judicial, salud, social y presupuestos efectivos, para garantizar plenamente los derechos de las mujeres a todos los niveles.
Como una vez señaló Ban Ki Moon, ex Secretario de Naciones Unidas, “Rompe el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres no te quedes de brazos cruzados. Actúa”. Porque poner fin a la violencia de género es asunto de todas y todos.
La autora es abogada y defensora de los Derechos Humanos.