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- 19/06/2023 00:00
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Después de una conversación con Oscar 'Okuda' San Miguel queda todo muy claro: el artista es uno con su arte.
Desde su presencia hasta su vestimenta, su amaneramiento, e incluso sus expresiones son coloridas, irreverentes y tan imposibles de ignorar como las piezas del pintor. Y es que, los cuadros y las esculturas del español llenan de vida las paredes blancas de la galería en donde se realiza la primera exposición del artista en suelo panameño.
El lenguaje iconográfico que presenta 'Okuda' en sus obras, compuestas de líneas, figuras geométricas, colores y referencias a la escena urbana del arte, sirve para contar historias de reflexión sobre el sistema actual, la sociedad y el status quo, el mensaje principal en la mayoría de sus obras.
En Costumbrismo Futurista, que estará hasta agosto en NG Art Gallery, el artista no se aleja de su usual estilo e incluso adapta clásicos de las artes visuales como las Tres Gracias de Sandro Botticelli, en 'Las tres desgracias' y La danza de Apolo con las musas de Baldassarre Peruzzi, en 'The Dance of the Rainbow Muses', que según el artista le permiten jugar y divertirse con su trabajo mientras crea algo completamente nuevo para esta exhibición.
Con esta exhibición el artista revisita escenas que forman parte de lo cotidiano o son costumbres culturales que forman parte de la vida en sociedad y les agrega simbología con la cual plantea los nuevos paradigmas e inquietudes a las que se enfrentan los seres humanos a diario dentro de la sociedad debido al “progreso”, todo esto utilizando su característico surrealismo pop.
“Siento que mi papel en la vida es esto que estoy haciendo [con mi arte] y eso es maravilloso sentirlo. Creo que estoy empezando algo muy grande, pero aún no he llegado a nada”, le dice el español a La Estrella de Panamá, al intentar describirse a sí mismo.
Sin embargo, la realidad es otra. 'Okuda' no es solo un artista versátil, sino que con obras icónicas como 'El Oso', 'Movember' e 'Iglesia Skate', probablemente el punto de inflexión más importante de su carrera y un hito del arte contemporáneo, ha sabido cimentarse como un referente para quienes disfrutan de la espontaneidad y originalidad que ofrece el arte urbano como quienes aprecian lo clásico y la contemporaneidad artística por igual.
Aunque sus inicios como artista ocurren en las calles del norte de España, 'Okuda' aprendió a moverse en la ambivalencia de la calle y las galerías de arte desde etapas muy tempranas de su carrera.
Su formación académica en Bellas Artes le permitió experimentar y empezar a desarrollar una técnica, así como llevar más allá los conocimientos que ya había adquirido mediante el arte urbano, al punto de difuminar la línea entre ambos ámbitos.
De hecho, para él no existe una transición clara entre la calle y el museo, pues su medio de creación e intervención principal siguen siendo los espacios públicos. Durante su trayectoria 'Okuda' ha trabajado en esculturas que se exhiben en público en países como China y Estados Unidos, sin descuidar el trabajo que hace para galerías
“Creo que lo más bonito de todo y de lo que más orgulloso me siento, es cómo se han nutrido ambas [facetas]. Cuido tanto lo académico como la locura de la calle, esos dos aprendizajes han ido totalmente en armonía y por eso soy quien soy”, reflexiona el artista de origen español.
Porque se trata de un proceso único, “una evolución muy personal” y según Okuda no se trata de ser un artista de la calle o del museo, pues necesita ambos para ser feliz.
Para él, lo principal es escucharse a uno mismo como creador y artista, para encontrar esa identidad única que se encuentra probando diferentes técnicas, utilizando diferentes fuentes de inspiración y seguir explorando, como lo hace en su exposición en Panamá.
Además de las piezas que recrea de los clásicos, algunas de las obras exhibidas son en colaboración con su madre, con quien empezó a trabajar “de repente”, después de 65 años de que su mamá no se dedicara a labores que tuvieran que ver con lo creativo. '
'Tras la manzana de Magritte' y otros de los bordados en la exposición, son piezas clave de la exposición que tienen un gran valor sentimental para Okuda al unirlo aún más con su madre.
“Yo llevo desde los 17 fuera de casa porque me fui a Madrid a vivir, entonces en cierto modo cuando tienes de 20 a 30 estás más distanciado porque tienes muchas cosas que hacer, mucho mundo que vivir, muchas fiestas, y mucho que pintar también. Yo estaba mucho más pintando trenes y en la calle [a esa edad en comparación] que ahora, sin embargo, con la distancia, con la madurez y con el hecho de trabajar juntos ha hecho que estemos súper unidos”, comenta.
Y es que 'Okuda' no viene de una familia exactamente de artistas. Su familia siempre ha sido trabajadora y los recuerdos que se le vienen a la mente cuando habla de ellos son en el restaurante que administraban con todo lo que conllevaba: la constante ocupación.
“El hecho de crecer en un restaurante hace que estés en la calle todo el día y te hagas muy independiente, [mis padres] no podían estar encima de mí tanto como les gustaría, pero creo que simplemente pensaban que si yo era feliz, estaba bien. A pesar de que había muchas multas por pintar ilegalmente, ellos siempre fueron un apoyo para mí”, señala 'Okuda'.
A pesar de que a veces extraña la comida de su madre, como el propio artista menciona, la distancia y su desenvolvimiento individual son parte de lo que lo convierten en quien es el día de hoy, como persona y como artista. No cabe duda de que aunque esté lejos del restaurante de su familia 'Okuda' seguirá convirtiendo las paredes del mundo en una galería de arte.