El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
Nobel de la Paz para la iraní Narges Mohammadi, ícono de la lucha por la libertad de las mujeres
- 07/10/2023 00:00
- 07/10/2023 00:00
El premio Nobel de la Paz fue otorgado este viernes a la iraní Narges Mohammadi, encarcelada actualmente en Teherán por su combate por los derechos de las mujeres en la República Islámica, donde las autoridades tacharon esta decisión de “sesgada y política”.
El premio a Mohammadi llega al calor de un amplio movimiento de protesta en Irán tras la muerte bajo custodia policial, hace un año, de Mahsa Amini, detenida por supuestamente vulnerar el estricto código de vestimenta que rige en el país, donde las mujeres deben llevar velo.
Mohammadi, de 51 años, ha dedicado su vida a defender los derechos humanos en Irán, oponiéndose al velo obligatorio o a la pena de muerte y siendo repetidamente encarcelada por ello desde hace 22 años, cuando fue detenida por primera vez.
Berit Reiss-Andersen, presidente del comité Nobel noruego en Oslo, explicó que Mohammadi fue galardonada "por su combate contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha por promover los derechos humanos y la libertad para todos”.
Mohammadi, detenida por última vez en 2021, no los ha visto desde hace ocho años y se ignora si fue informada del galardón, indicó Rahmani.
La activista y periodista, reclusa en la cárcel de Evin, en Teherán, es además vicepresidente del Centro de Defensores de los Derechos Humanos, fundado por la también premio Nobel de la Paz (en 2003) iraní Shirin Ebadi.
Reiss-Andersen, del comité Nobel, subrayó que la “valiente lucha” de Muhammadi tuvo “un tremendo coste personal”, con trece detenciones, cinco condenas y una sentencia “a un total de 31 años de prisión y 154 latigazos”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, celebró un “tributo a todas las mujeres que luchan por sus derechos arriesgando su libertad, salud e incluso sus vidas”.
Este Nobel es “un recordatorio importante de que los derechos de mujeres y niñas están enfrentando una fuerte resistencia, incluso a través de la persecución de defensoras de derechos humanos, en Irán y otros lugares”, agregó.
Un vocero de la cancillería iraní denunció en cambio una decisión “sesgada y política” y subrayó que Mohammadi “fue declarada culpable de reiteradas violaciones de la ley y que cometió actos delictivos”.
Agregó que la atribución del galardón forma parte de “las presiones ejercidas por entornos occidentales contra Irán”.
La ONU, el comité Nobel y el presidente estadounidense, Joe Biden, instaron a Irán a liberar a la premiada y Reporteros Sin Fronteras (RSF) recordó que es objeto de “un hostigamiento judicial y policial para silenciarla”.
El premio es un reconocimiento de que “el mundo todavía escucha la voz de Narges Mohammadi pidiendo libertad e igualdad”, expresó Biden en un comunicado.
En una entrevista en septiembre con AFP, en la que respondió por escrito desde la cárcel, la activista estimó que las recientes protestas aceleraban “el proceso de democracia, libertad e igualdad en Irán” y que el cambio en el país era “irreversible”.
El 16 de septiembre, Mohammadi y otras tres prisioneras quemaron sus velos en el patio de la cárcel, conmemorando el aniversario de la muerte de Amini, según su cuenta de Instagram, gestionada por su familia.
Un total de 551 manifestantes, entre ellos 68 menores y 49 mujeres, han muerto desde el inicio de las protestas a manos de las fuerzas de seguridad, según la oenegé Iran Human Rights (IHR), y otros miles han sido detenidos.
El levantamiento continúa, aunque bajo otras formas. Muchas mujeres salen ahora sin velo, en particular en Teherán y otras grandes ciudades, a pesar de los riesgos, algo impensable hace un año.
El año pasado, con la guerra de Ucrania como telón de fondo, el premio recayó en un trío de defensores de derechos humanos: la disuelta oenegé rusa Memorial, el Centro ucraniano para las Libertades Civiles y el militante bielorruso preso Ales Bialiatski.
El premio está dotado con una medalla de oro, un diploma y la suma de 11 millones de coronas suecas (alrededor de un millón de dólares).
El hijo de la activista iraní dijo estar “muy orgulloso” de su madre, a la que no ha visto desde hace ocho años.
“Estoy muy, muy orgulloso de mi madre, muy contento”, declaró Ali, de 17 años, agregando que este premio es “una recompensa para el pueblo iraní”, durante una rueda de prensa en París, donde vive con su padre y su hermana gemela.
Su padre y esposo de Mohammadi, Taghi Rahmani, insistió en que la concesión del Nobel es “aún más importante dado que la República Islámica arremete contra los activistas de los derechos humanos e intenta silenciarlos”.
“También es muy importante que este premio se oriente hacia el interior de Irán, que llegue simbólicamente a los presos políticos, que son el alma de la resistencia”, agregó.
Rahmani dijo que no se comunicó con su esposa, detenida en la prisión de Evin en Teherán, e ignora si fue informada de su Nobel.
“Obtener tal premio es una alegría, pero también una responsabilidad”, explicó. “Narges sabe que esto la pondrá en aprietos, pero asume ese riesgo”.