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- 14/02/2019 01:00
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Cerveza es sinónimo de frescura, relajación y diversión, pero también de trabajo, crecimiento de la industria y negocio. Si no, que lo diga ‘Richo', Ricardo Fernández, uno de los organizadores del Microbrew Fest, evento que este año alcanza su séptima edición, o José Carlos Blanco, del grupo Buenas Pintas, uno de los creadores del concurso El Barrilito de Oro y quien suma esfuerzos para establecer en Panamá el segundo laboratorio de control de calidad para cervezas artesanales, liderado por Floris Delee, belga especializado en la producción de cervezas artesanales.
Este año 2019 el Microbrew Fest, cita de los amantes de la cerveza artesanal, cuenta con una cargada agenda de eventos, incluyendo una clase maestra con Floris Delee, un hub de negocios y El Barrilito de Oro, que este año se presenta como un concurso internacional.
‘Mientras más gente interesada hay en la actividad, más cervecerías se crean y más gente va al festival. Siempre se presentan cervezas diferentes y recetas premiadas', dice Fernández.
No cabe duda de que el panorama ha cambiado completamente. El festival, que nació con la idea y la necesidad de tomar la mejor cerveza posible, y generar conversaciones en torno a esta bebida, convocó en su primer año a unas 1,500 personas y en su pasada edición congregó a unas 10,000 personas en dos días de evento.
‘Antes no se hablaba de cerveza. Pero luego empezó la conversación y se ha generado una comunidad', destaca Richo. El acto social de compartir unas cervezas abrió paso a un mundo casi desconocido para muchos. ‘Antes en el país no habían tantas opciones, pero sí había gente que viajaba, traía cerveza artesanal, la compartía con sus amigos. Había pequeñas islas de gente haciendo cosas independientes, no había esa coordinación ni ese sentimiento de grupo que hay ahora', detalla Blanco.
Y es que ya se puede hablar de una industria de la cerveza artesanal. ‘Ya se empieza a profesionalizar, ya tiene todos los aspectos que requiere. Tienes un festival establecido, este año se está creando una competencia internacional de cerveza, hay cervecerías nacionales exportando al extranjero, hay una Asociación Panameña de Cerveceros Artesanales en formación… no se ha llegado todavía a la madurez, pero ya ha dejado de ser un hobby , estamos pasando a un nivel de profesionalización. El volumen [de producción] es más grande, las actividades que estamos haciendo cubren mucho más rango y eso requiere tratar estos temas con seriedad', afirma Blanco.
El interés del panameño por la cerveza artesanal no es exclusivo. Desde la década de 1980, las cervezas artesanales han ido despuntando en grandes mercados como el de Estados Unidos, donde poco a poco las pequeñas cervecerías han ido cobrando espacio. De hecho, comenta Fernández, ‘hay cervecerías grandes comprando cervecerías artesanales, ya esto no se trata de un hobby , hay un interés de una industria muy importante, viendo que hay algo que la complementa', insiste.
Y no hay que perder de vista que aunque nuestro país es pequeño, es ‘muy cosmopolita, siempre ha habido tránsito de mercancías y siempre hemos tenido acceso a las novedades, ideas, gente. Panamá siempre ha sido un gran puerto', asegura Fernández. Por ello, en comparación con países vecinos, aunque el estilo de cerveza local era el mismo, teníamos varias marcas. Siempre se han importado cervezas, así es que cuando llega el tema de cerveza artesanal, la gente estaba ya mucho más abierta a recibirla', agrega.
‘Este año participarán unas veinte cervecerías en el Microbrew Fest'.
Otra situación muy importante a considerar es que Panamá es un país cervecero. ‘En consumo per cápita, Panamá está en el top 3 del continente americano. Más que Brasil, más que México, más que Estados Unidos. De hecho, está en el top ten mundial, claro, después de Irlanda, Alemania, República Checa. Panamá tiene clima caliente y mucha humedad, la cerveza contiene bajo contenido de alcohol, es un producto apreciado y socialmente aceptado. Esos factores han influido en que la cerveza artesanal haya explotado mucho más rápido que en otros países', analiza Blanco.
Por ello, en poco tiempo el interés por conocer más y producir cervezas artesanales ha incrementado no solo la cantidad de asistentes al festival, sino de productores. En 2013, en la primera edición del Microbrew Fest participaron cuatro cervecerías locales. Este año, participarán poco más de veinte cervecerías artesanales panameñas.
‘En la Asociación Cervecera Artesanal de Panamá, — en formación—, estamos hablando de unos 30 a 35 asociados entre cervecerías, brew pubs , tiendas especializadas, proveedores de suministros y festivales', informa Blanco.
Año con año, los nuevos participantes se van profesionalizando y su norte es un producto de excelente calidad. ‘Esa es la nueva conversación que tiene la cerveza artesanal; globalmente, si no tienes calidad, mueres, ya la gente tiene conocimiento de lo que está tomando, hay buen nivel', asevera Richo.
Y eso lo tienen presente quienes se están dedicando a esta actividad en un mercado tan reducido como el panameño. ‘Se mantendrán en la medida en que la gente siga teniendo interés. Un par seguirán creciendo, van a venir unas más, pero las más asentadas, unas cuatro o cinco, ya tienen trayectoria, envasado, ya están mirando a la exportación. Con el mercado panameño tienes un techo, pero la cerveza de Panamá es reconocida internacionalmente. El siguiente paso, claramente, es la exportación, que puede ser a mercados de Centroamérica y Sudamérica', dice Blanco. La cerveza panameña está llegando a Estados Unidos, España y República Dominicana.
Para que esto suceda, la formación es primordial. Este año, el festival contará con una clase magistral del experto belga Floris Delee, de Kathinka Lab, sobre la importancia del tiempo de vida en la estantería.
El interés también se evidencia en la participación del concurso El Barrilito de Oro, en el que este año se medirán más de 360 muestras de 15 países. Alrededor de 100 de estas recetas son panameñas.
Completa la escena la II Reunión del Bloque Cervecero Latinoamericano, de la cual Panamá será anfitrión el día de hoy. Quince delegaciones de Latinoamérica se reúnen para compartir experiencias y establecer estrategias en común para colaborar y hacer crecer la industria.
No es necesario ofrecer más argumentos. Los entrevistados han dejado muy claro que el movimiento de la cerveza artesanal no se trata solo de ir a beber. No es un hobby , no son unos locos haciendo cerveza. Es una industria que está generando empleos y que está en franco crecimiento.