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Historia del puente sobre el Canal de Panamá
- 16/04/2022 00:00
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El ministro de Obras Públicas, Sr. Max Delvalle, en su discurso pronunciado el viernes 12 de octubre con motivo de la inauguración del Puente de las Américas, hizo referencia, de modo incompleto, a la historia de la construcción del Puente. Y dijo de modo incompleto porque omitió citas con relación al inicio de las peticiones panameñas para la adquisición de un medio de comunicación entre Panamá y el interior de la república.
El ministro de Obras Públicas expresó que las peticiones se iniciaron en el año de 1934, gracias a conversación sostenida entre el presidente de Panamá, Dr. Harmodio Arias, y el de los Estados Unidos, Sr. Franklin Delano Roosevelt, y que luego el doctor Arnulfo Arias incluyó en los 12 puntos de 1941 uno referente a la construcción del puente. Las alusiones son correctas, pero el puente tiene un itinerario anterior.
El 3 de enero de 1923, siendo presidente de la República el Dr. Belisario Porras, el ministro de Panamá en Washington, Dr. Ricardo J. Alfaro, envió a Charles E. Hughes, secretario de Estado de los Estados Unidos, un estupendo oficio en el cual puntualizaba una serie de objetivos de la nación panameña y que debían merecer la atención del Gobierno de los Estados Unidos con miras a elaborar un Convenio. Entre esos objetivos se indicaba, de modo muy claro, “la cuestión de la comunicación por tierra entre dichas ciudades (Panamá y Colón) y el resto del territorio nacional”.
El secretario de Estado Hughes dio respuesta al ministro Alfaro el 15 de octubre de 1923, y en el punto relacionado con la comunicación por tierra entre Panamá y el resto del territorio nacional, dijo textualmente: “Usted no entra en detalles en esta materia, pero me permito indicarle que hay en la actualidad una barca (Ferry) sobre el Canal, en Pedro Miguel, que permite acceso adecuado hacia la región occidental y hay caminos entre Balboa y Gamboa (que pasan por Pedro Miguel) y de Colón a Fort Randolph, hasta la mitad del camino que va a Cativá. No parece existir ahora necesidad económica de más caminos de los que en la actualidad existen, pero cuando surja esta necesidad y cuando el Gobierno de Panamá haya construido los caminos que le corresponde fuera de la Zona, las autoridades americanas acogerán de buen grado cualesquiera propuestas de las autoridades panameñas a fin de empalmar estos caminos reales con los puertos del Canal”.
En la continuidad de la petición, el día 4 de enero de 1924 el doctor Alfaro presentó un pliego de proposiciones como bases generales para un Convenio con los Estados Unidos, en reemplazo del llamado Convenio Taft. Entre las proposiciones aparecía la necesidad de un acuerdo sobre “la comunicación entre las ciudades de Panamá y Colón y el resto de la República”.
En marzo de 1924 se iniciaron las negociaciones de nuevo Tratado que culminaron con el llamado Tratado de 1926, que, como se sabe, no fue nunca considerado por la Asamblea Nacional de Panamá. Sin embargo, es del caso apuntar que los negociadores de dicho Tratado hicieron énfasis en el asunto de la comunicación con el interior.
En la etapa de las negociaciones hubo muchas discrepancias y éstas fueron comentadas por el diario La Prensa de Nueva York, edición del 16 de mayo de 1925, y en lo que nos interesa decía: “El tercer gran problema proviene del hecho de que el territorio de Panamá está dividido en dos secciones separadas por la Zona del Canal, que tiene 10 millas de ancho y está bajo la soberanía de los Estados Unidos. En consecuencia, es importante para Panamá, resguardar, por medio de un Tratado, sus varios derechos de tránsito y comunicación entre las dos secciones del país. Uno de los puntos en discusión es el derecho de levantar puentes en el Canal”. (Véase la revista La Ley, Tomo 1o, Pág. 298).
El comentario de La Prensa era correcto y prueba de ello es que, en el Tratado de 1926, firmado durante la administración del presidente Rodolfo Chiari, se contemplaba el asunto del puente.
En efecto, en el artículo III, ordinal 30. del Tratado, se estipulaba lo que sigue: “Los Estados Unidos convienen además que cuando la República de Panamá construya en territorio panameño un camino que llegue hasta la línea de la Zona del Canal, en punto conveniente, los Estados Unidos construirán y mantendrán en servicio un puente de acero a través del Canal, en las esclusas de Pedro Miguel...”.
Es decir, aquella propuesta de Hughes, del 15 de octubre de 1923, o sea hace hoy treinta y nueve años, tomaba concreción, muy específica, en el Tratado de 1926. Se condicionaba la construcción de un puente sobre el Canal a la previa construcción de las carreteras que nos comunicaran con el interior del país. Y se hablaba de un puente sobre las esclusas de Pedro Miguel porque, a la sazón, por esa ruta se transitaba al interior del país.
La importancia de la construcción del puente, prevista en el Tratado de 1926, la comentaba don Fabián Velarde (q.e.p.d.) en los siguientes términos: “Verdad es que los Estados Unidos han venido facilitando hasta ahora durante determinadas horas del día el cruce del canal para los carros que en el verano viajan entre el interior y la capital; pero no se pierda de vista que ello se ha venido efectuando como una concesión de los Estados Unidos y que, consecuentes con su teoría de que son soberanos en la Zona pueden suspenderla en cualquier momento, lo que haría disminuir en una proporción considerable los beneficios que el país espera con las carreteras construidas. Con el nuevo Tratado ya no será una concesión sino un derecho por parte de Panamá, adquirido a perpetuidad, en virtud del cual deberá encontrar un servicio permanente y gratuito que le asegure un intercambio constante entre las poblaciones del interior y la capital”.
La continuidad de la lucha por este objetivo, iniciada por Porras y Alfaro, la vemos en esfuerzos posteriores. De ello dio cuenta el ministro de Obras Públicas, y tuvieron el siguiente desarrollo: 1. En 1934 el Presidente Harmodio Arias le solicita verbalmente al Presidente Roosevelt la construcción del puente sobre el canal; 2. El 18 de febrero de 1941, el embajador de Panamá en Washington, Dr. Carlos N. Brin, siguiendo instrucciones del presidente Arnulfo Arias, presentó un pliego de 12 aspiraciones panameñas, entre las cuales se encuentra la del Puente, contenida en el punto 4 en los términos siguientes: “Que el Gobierno de los Estados Unidos construya un túnel bajo el canal o un puente sobre el mismo, abierto constantemente al tráfico irrestricto de los vehículos de Panamá. Esta medida desde el punto de vista militar sería de gran provecho para la defensa del Canal y además es de urgente necesidad para el tráfico entre la capital y el interior de la República”.
En las Memorias de Relaciones Exteriores de 1943, existen numerosos documentos que acreditan los esfuerzos del canciller Raúl de Roux. y del ministro Carlos N. Brin para lograr un acuerdo con los Estados Unidos sobre los 12 puntos, objetivos esencialmente logrados durante la administración Arias.
3. En Mayo de 1942 fue firmado el Convenio de los 12 puntos con el nombre de Convenio de Compensaciones, y en lo relacionado al puente dijo el Gobierno de los Estados Unidos: “El Gobierno de los Estados Unidos está bien enterado de la importancia que tiene para el Gobierno y el pueblo de Panamá la constante y rápida comunicación a través del Canal de Panamá en Balboa, y está dispuesto a convenir en la construcción de un túnel por debajo, o un puente sobre el canal en ese punto, cuando haya terminado la presente emergencia...
Según parece, sobre el asunto del puente, la administración que presidió el Sr. Ricardo Adolfo de la Guardia participó para determinar su ubicación: por Balboa.
4. En 1955, en vista de que aún no se había construido el puente, los comisionados del Convenio conocido como Remón-Eisenhower lograron que los Estados Unidos se comprometieran a obtener tanto la autorización para construir el puente como los fondos necesarios.
Esta es, por tanto, la historia del puente, salvo omisión involuntaria. Valga una reflexión final: queda sentado que, en nuestras relaciones con los Estados Unidos, la posición de Panamá es un punto en movimiento. Lo reivindicativo es el punto, el movimiento está representado por el conjunto de voluntades que en una o en otra forma han tenido la oportunidad de demostrar su amor a Panamá. En el caso del puente, o sea de la comunicación terrestre entre la ciudad de Panamá y el interior, la Historia, objetiva e irrefutable, da un sitio preferente al espíritu previsor del doctor Belisario Porras. Él y su Ministro Alfaro crearon la conciencia de esa necesidad. Los Gobiernos posteriores adquirieron el acuerdo final. Que esta conquista del puente n os sirva de ejemplo para continuar, juntos, la mejor lucha en bien de nuestros derechos.