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La guerra en Ucrania pone a prueba la veracidad de los videos filmados por testigos
- 17/04/2022 00:00
- 17/04/2022 00:00
La guerra en Ucrania empezó apenas hace unas semanas, pero los videos de civiles que han sido testigos de atrocidades ya se cuentan por miles.
La ingente cantidad de material visual que está circulando por las redes sociales plantea un enorme desafío para los sitios especializados en verificar la información, que eventualmente podría ser utilizada en una demanda por crímenes de guerra.
“La cantidad de material que estamos tratando no la habíamos visto nunca” asegura Hadi al Khatib, fundador de Mnemonic, organización que asegura que ha reunido desde febrero 400.000 pruebas documentales.
Wendy Betts, del grupo eyeWitness to Atrocities (Testigos de Atrocidades), creó una aplicación especial para que las organizaciones no gubernamentales puedan recoger evidencias.
Esta activista también asegura que está inundada de imágenes.
“La última vez que comprobé habíamos reunido en las últimas seis semanas aproximadamente lo que acumularíamos en seis meses en todo el mundo”, aseguró a la AFP.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski lanzó la idea de apelar a expertos internacionales para un “mecanismo especial” que investigue las miles de acusaciones de crímenes de guerra.
Betts ya ha entregado material a fiscales ucranianos, mientras que Khatib ha solicitado ayuda a otros grupos para analizar el material en sus manos.
Ucrania podría representar una nueva página en la recolección de material audiovisual para un eventual proceso por crímenes de guerra.
A pesar de los avances tecnológicos, ese tipo de pruebas solo han sido admitidas en contadas ocasiones ante un tribunal.
Khatib empezó a curtirse en el complejo mundo de la verificación de grabaciones durante la guerra en Siria.
Su equipo aún está analizando cerca de 4 millones de documentos audiovisuales. Solo han conseguido procesar un 5%.
Su organización está trabajando con inteligencia artificial para crear programas que puedan reconocer el uso de bombas de racimo, algo considerado como un crimen de guerra.
Pero el proceso es lento. Y el resultado tiene que ser verificado por un ser humano.
“Aún no hemos perfeccionado la tecnología, pero nos estamos acercando”, indicó a la AFP.
La idea inicial de Khatib era utilizar el material para denunciar y para que sea utilizado como memoria histórica. Utilizar ese material ante un tribunal es algo muy diferente.
La parte que presenta esas pruebas tiene que demostrar que no fueron adulteradas.
Ese es el objetivo de una aplicación especial diseñada por eyeWitness, que almacena todos los metadatos de cada grabación.
“No podemos verificar nada que ya haya sido colgado en las redes sociales”, explica Betts, así que “las grabaciones tienen que ser filmadas con la cámara de la aplicación”.
Eso implica que las organizaciones y los activistas tienen que confiar totalmente en la aplicación, ya que su material quedará almacenado ahí.
EyeWitness ya lleva trabajando cinco años en el frente oriental de Ucrania. Y tanto Betts como Khatib destacan que los civiles están bien entrenados para contribuir al esfuerzo.
“El concepto de una investigación civil, o de la colaboración de ciudadanos en las pesquisas... empezó en Siria en 2011”, explica Bill Wiley, un activista canadiense que ha estado investigando crímenes de guerra durante 25 años.
Wiley fundó la Comisión para la Justicia y la Responsabilidad internacional (CIJA) con el objetivo de verificar la información almacenada en miles de teléfonos móviles y discos duros, testimonios de las atrocidades del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
“Desde un punto de vista estrictamente judicial, la tecnología moderna es una espada de doble filo, que a menudo corta de forma equivocada”, reflexiona.
Pero “cualquier prueba va a ser necesaria para completar este gigantesco rompecabezas”, explica.
“Tomará su tiempo, pero al final habrá órdenes de búsqueda y captura contra líderes rusos”, vaticina Wiley.