La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 13/08/2015 02:00
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Hay una sigilosa pero evidente discriminación en el origen de la palabra zurdo. ‘Ciotóg', por ejemplo, que describe este fenotipo en irlandés, significa ‘extraño'.
Desde épocas antiguas el diestro era aquel que destacaba en algo, el derecho era sinónimo de justicia, de leyes. Y no es noticia que tan solo el siglo pasado se le obligaba a los alumnos zurdos a escribir con la derecha. Que se acostumbren, que sean ambidiestros —cuya etimología significa, por cierto, dos veces derecho.
En la cotidianidad es extraño y quizá irrespetuoso saludar con la mano izquierda, se habla incluso de despertarse con el pie izquierdo cuando se tiene un mal día y, cómo no, el clásico: tener dos pies izquierdos cuando no se da la talla en la pista de baile.
Las cifras no mienten. Entre el 8 y el 13% de la población en nuestro planeta es zurda. Es decir, alrededor de 700 millones de personas viven en un mundo diseñado para la mayoría, los diestros.
Marilyn Monroe sostenía la botella de Coca-Cola con su izquierda en los comerciales. Las obras y planos de Leonardo Da Vinci fueron dibujados con pulso zurdo. De este mismo lado es la extremidad virtuosa de Lionel Messi. Y fue zurda la mano con la que Maradona le metió el gol de la euforia a Inglaterra. Miguel Ángel no pintó la Capilla Sixtina con otra mano que no fuese la izquierda. Paul McCartney toca hasta hoy su bajo violín de lado cambiado. Así lo hizo también Jimmy Hendrix con su Fender blanca, Kurt Cobain en un intento por por cambiar el curso del rock, Gustavo Cerati hasta su último concierto en Caracas, y aunque Noel Gallagher toca con la derecha, escribió ‘Wonderwall' y todos las temas de Oasis con la izquierda. Es zurdo hasta el hombre más poderoso del mundo, el que firma los documentos oficiales de impacto global y quizá se mancha la mano con la tinta, Barack Obama.
Hoy se conmemora el día de todos aquellos que les tocó sentarse en un pupitre diseñado para escribir con la otra mano, aquellos que dominan más el hemisferio derecho de su cerebro, relacionado con la inteligencia espacial y la creatividad.