Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 28/08/2021 00:00
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Imagina nuestra autoestima siendo protegida por un sistema de seguridad de alta tecnología donde cualquier mínimo intento de robo enviará un mensaje a nuestro teléfono.
La meta es nunca recibir notificaciones.
Para esto debemos entender, comprender y reconocer las posibles entradas por las que los “asesinos de la autoestima” pudieran ingresar para bloquear los accesos.
Hay una diferencia entre ser atacados por un profesional, a dejar la puerta abierta.
Estos son cinco asesinos naturales de la autoestima.
Decir “sí” cuando quieres decir “no”: Hay una diferencia entre vivir para servir y vivir para agradar. La primera requiere alta autoestima, la segunda es el resultado de no tenerla. Debes ser firme cuando algo no te parece, no estás de acuerdo o no quieres hacerlo.
Criticarte cuando fracases: No todo te saldrá bien. Esta es una lección fundamental. La mayoría de cosas que intentes te harán perder tiempo, dinero y energía. Pero perder es parte del proceso para ganar. Debes regresar al juego para darte otra oportunidad.
No expresar tu opinión: Esto es una línea delgada. Hay quienes nunca dicen lo que piensan, como hay otros que quieren imponer sus opiniones sobre los demás. Ambos extremos reflejan escasa seguridad personal. Debes comunicar tus ideas sin menospreciar, desacreditar o hacer quedar mal a terceros. Ese es el reto.
Nunca tomarse un día libre: Amar lo que haces no es excusa para no detenerte. Todo vehículo necesita gasolina. Aun cuando nuestra mente quiera continuar, nuestro cuerpo necesita recargar baterías a través del descanso. Nunca parar es la excusa de quien vive para agradar a alguien más.
Descuidar tu cuerpo por dinero: Renunciar a tu salud porque el trabajo no te permite entrenar o comer bien, es el inicio de muchas malas decisiones.
La mayoría de lecciones que la vida nos quiere enseñar están empaquetadas en el trato hacia nosotros mismos.
Respetarnos nos enseña a respetar, cuidarnos nos enseña a cuidar, protegernos nos enseña a proteger.
Nuestra vida será el resultado de nuestra autoestima. Por esto debemos mantenerla con vida.
Si me hubieras conocido desde el liceo, “inteligente” no sería una palabra que usarías para describirme.
Lograr graduarme sin repetir ningún año fue mi mayor logro como adolescente. Con el pasar de los años fui entendiendo que mis notas no eran un reflejo de mi capacidad, al punto en que unos años más tarde culminé mi carrera en la Universidad de Música como el primero de la clase.
Pero en nuestra vida diaria quienes nos rodean crearán con tan solo vernos un análisis general de quiénes somos. La percepción, en el ojo que nos mira, se convierte en la realidad.
A la persona promedio le encanta juzgar un libro por su portada; sin haber leído una sola palabra, ya decidió si le va a gustar o no. Hay quienes cambian de parecer y le dan una oportunidad a la lectura, pero esto no es el denominador común.
Ni mis padres ni mi novia ni mi perro esperaban mucho de mí. Si este hubiera podido hablar, hubiera dicho en perfecto lenguaje canino: “Juan, me estás haciendo pasar pena”.
Por esto hay personas que se dedican a enseñar sobre lenguaje corporal, estilo y actitud. Entienden que la primera impresión es la única impresión que importa.
Con el pasar de los años aprendí a jugar el juego de la percepción. Si quería que las personas me dieran una oportunidad, tendría que llevarlos a abrir el libro.
Estos son 10 hábitos que te harán ver como alguien más interesante/inteligente, sin tener que decir ni una sola palabra.
Usa ropa de tu talla actual: Una amiga me regañó hace poco por esto. Engordé unos 5 kilos, la ropa que antes me quedaba bien, pasó a quedarme ajustada. Ahora, mi franela favorita dirigía el enfoque hacia mi barriga y no hacia mi persona. Ropa que nos quede muy ajustada o muy holgada nos hace ver descuidados.
Ponte en forma: Una persona que cuide su cuerpo atrae, impacta y genera respeto instantáneo. Perder esos 5 kilos extra es sin lugar a dudas la mejor inversión que podemos hacer para convertirnos en imanes de oportunidades.
Mira a las personas a los ojos: No tienes que mirar fijamente por 60 segundos sin pestañear (Eso es de acosadores ¿eres uno?), solo déjale sentir a la persona que está siendo escuchada. 5-10 segundos a los ojos y 2-3 segundos arriba a la izquierda para pensar en lo que se te está diciendo es una medida de tiempo que puedes probar.
Sé puntual: ¿Cuándo fue la última vez que pensaste: “Esta persona es muy inteligente”, de alguien que llega tarde a todos lados? Desorganizado, mentiroso, impuntual, son las palabras que usamos para referirnos a este grupo. No formes parte de él.
Revisa tu aliento: Visita a tu odontólogo, cepilla tus dientes, enjuágate a menudo y ten tu atomizador cerca de ti en todo momento. Tu aliento, literalmente, se siente antes que tus palabras.
Usa perfume: Personas que huelen bien son mejores recibidas en la sociedad. No hay excusa para oler mal, solo en el gimnasio mientras quemas esos 5 kilos de más.
Di “por favor” y “gracias”: La educación jamás pasará de moda. Las personas inteligentes se conectan con otros seres humanos a través de sus modales.
Corrige tu postura: En otras palabras, párate derecho. Una persona con buena postura, refleja seguridad, actitud y liderazgo. Valores claros en personas que son percibidas como inteligentes.
Suelta el teléfono: Mientras conversas con alguien, pon tu dispositivo electrónico a un lado. Es una señal de autocontrol. Una persona inteligente no es dominada por un aparato.
Sonríe: Una buena actitud se demuestra con una sonrisa. ¿A quién no le gusta estar cerca de alguien que sonríe? Por otro lado, sonreír te lleva a despreocuparte, ver la vida desde otra perspectiva y a encontrar soluciones donde otros solo ven problemas.
Aprender a controlar la primera impresión es una habilidad que debemos desarrollar con intención. Hemos perdido muchas oportunidades por ser descuidados con la imagen que le estamos presentando al mundo. Si, sé que quieres ser tú mismo y que no te importa la opinión de terceros, pero esto no da permiso para descuidar lo obvio.
Si quieres ser leído, debes inspirar a las personas a abrir el libro.