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- 13/06/2021 00:00
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Si crees que tu modo de interpretar el mundo es único, personal e irrepetible, te invito a reflexionar sobre cómo pensamos. Si bien es un tema muy vasto, hoy nos enfocaremos en “los atajos de la mente”. Nuestro cerebro los diseña y no podemos hacer mucho para evitarlo. Se construyen “sesgos cognitivos” que condicionan más de lo que crees, sacan de aprietos ocasionalmente, pero también pueden llevarte a juicios infundados, conclusiones ilógicas.
Los sesgos cognitivos se forman a partir de nuestras emociones, ambiente, experiencias, educación, valores y cultura e interfieren en nuestro modo de observar e interpretar el mundo, las personas, los eventos, las conductas, etc.
Siendo el coaching un proceso reflexivo y creativo de alianza con los clientes en que se promueve la autoconciencia y la estimulación del pensamiento, este es un concepto que importa conocer y traer al proceso a beneficio del coachee.
Este concepto de “sesgo cognitivo” lo introdujeron en 1972 Amos Tversky y Daniel Kahenman. Gran parte de nuestra decisiones y juicios los realizamos en base a nuestro sentimiento de agrado-desagrado y no requieren grandes deliberaciones. Nuestro cerebro no podría procesar ni almacenar toda la información sensorial que recibe, es por ello por lo cual necesita recurrir a lo aprendido, filtrar y seleccionar automáticamente aquello que le implique el menor gasto de energía posible, aunque sea en forma incompleta.
Evolutivamente el hombre para sobrevivir necesitó de decisiones rápidas; por ejemplo, si estamos en la selva y vemos algo que podría parecer una culebra, no nos detenemos a analizar si lo es o no, nuestro cerebro reacciona rápidamente al estímulo recibido y damos un salto hacia atrás. En este caso, nuestro cerebro utilizó algo de información visual, interpretó sin análisis que era una amenaza y reaccionó (atajo útil para la supervivencia). Pero también usamos estos atajos (sesgos) para evitar la incertidumbre, lograr pertenencia, cubrir vacíos, evitar conflictos, permanecer en espacio o posi ciones que nos sentimos seguros.
Investigaciones en el ámbito de las Neurociencias, Psicología, Economía, Política etc., han identificado más de 100 sesgos cognitivos que usamos para hacer juicios en los que basamos nuestros comportamientos. Te invito a que observes qué tan presente están en tus pensamientos, juicios y decisiones diarias.
- Sesgo de confirmación: cuando buscamos elementos que confirmen nuestras creencias, descartamos ideas alternativas, buscamos información que sea acorde a nuestro juicio, el resto se descalifica o lo vemos con escepticismo. Por ejemplo: si crees que las vacunas son peligrosas, prestarás atención solo a la información que confirma tu juicio, y no leerás o escucharás la información contraria a tu creencia.
- Sesgo a Posteriori: tendencia a percibir que los eventos pasados podrían haber sido predecibles. Puede generar culpa o autorreproche excesivo. Ej. “Tendría que haberme dado cuenta de lo que estaba sucediendo”
- Sesgo de falso consenso: creemos que nuestras opiniones son compartidas por la mayoría, eleva la autoconfianza y sobreestimación. Ej.: Todos en mi trabajo piensan como yo”.
- Sesgo de Observación Selectiva: Tienes la impresión de encontrar más similitudes con tu experiencia presente. ej. Has adoptado un perro en pandemia y ahora ves canes por todos lados.
- Sesgos de Autojustificación: Queremos remarcar una parte positiva a una decisión desafortunada en el pasado sin autocrítica. Ej. “Ese carro me dejó endeudada por 4 años, pero me merecía el último modelo”.
- Sesgo del Mundo Justo: justificamos que la víctima de un hecho merecía lo que le sucedió, como parte de un justicia divina o destino. Ej. “Se lo buscó, qué tenía que hacer allí a esa hora”.
En los procesos de Coaching abordamos las realidades que hemos creado con nuestra forma de decidir e interpretar el mundo propio y ajeno. El Coach ayuda a su cliente a cuestionar sus juicios, afirmaciones y creencias en un ambiente seguro y a revisar si las historias que nos contamos pueden estar sesgadas. Coach y Coachee trabajan para que surja una mente de aprendiz, experimentador, cuestionador y tolerante al cambio, desarrollando la atención y presencia, cultivando la observación crítica, regulando las emociones y poniendo en la mesa los sesgos o atajos mentales que decido transformar. Al evaluar nuestros juicios nos abrimos a posibilidades y a una mentalidad de crecimiento, abierta y positiva.
“Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho; todo lo que vemos, es una perspectiva, no la verdad.” Marco Aurelio
La autora es Coach de vida, Psicóloga, Coach Profesional Certificada, ACC (Associate Certified Coach por ICF), Líder del Comité de Membresía y Educación Continua de ICF Panamá.