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Un homenaje de 'La Decana' a la historia desde el Teatro Nacional
- 06/10/2021 00:00
- 06/10/2021 00:00
El conversatorio 'Publicando Historia: Bicentenario de la independencia de Panamá de España' efectuado este lunes en el Teatro Nacional y organizado por La Estrella de Panamá, permitió homenajear con éxito la historia patria en sus 200 años de independencia colonial y recoger aportes significativos de los invitados que compartieron de manera presencial y virtual, con las audiencias.
La noche de gala fue ambientada por la Orquesta de Cámara del Istmo, que armonizó el interior de la casa de las artes escénicas con melodías del folclore panameño en su versión clásica. El panel de expositores estuvo integrado por personalidades como: Marixa Lasso (historiadora y docente), Bernal Castillo (antropólogo e historiador), Carlos Gómez (arqueólogo), y Omar Jaén Suárez (historiador y diplomático), quienes llevaron al público a un recorrido por la historia de Panamá, sus retos y el panorama actual.
El evento fue el broche de oro que culminó un proyecto de ocho suplementos especiales, distribuidos durante dos meses en la edición impresa de 'La Decana', en los cuales se destacaron diversas áreas sociales del país y su evolución desde la era colonial: teatro, cine, danza, literatura, ciencia, medicina, tecnología, economía, infraestructura y gastronomía, entre otras aristas.
“Este es un homenaje a aquellos que en actos de cívica grandeza proclamaron la independencia con anhelos de libertad. Hoy, 200 años después, sin miedos y sin reproches, seguimos cimentados en la promesa de ser libres para ser mejores”, expresó el presidente del Grupo Editorial El Siglo y La Estrella de Panamá (GESE) , Eduardo Quirós, durante la ceremonia.
La historiadora Marixa Lasso presentó su discurso sobre 'La importancia de la memoria', detallando aquellas áreas de la historia panameña que se han “perdido en el tiempo”; un llamado claro a la urgencia de fomentar y preservar un archivo nacional robusto que compile las vivencias de las épocas pasadas.
“Para un país pequeño y estratégico como el nuestro es fundamental preservar nuestra memoria, y dejar de pensar en lo antiguo como un estorbo o un obstáculo para el futuro, sino como la clave para crear ese futuro que anhelamos”, apuntó.
Por su parte, el antropólogo guna Bernal Castillo señaló en su discurso, 'El aporte de los pueblos indígenas', que la riqueza histórica de Panamá se remonta a aquellos días antes de la colonia española, donde los pueblos originarios ya se habían asentado en el istmo. La representación de estas comarcas indígenas se ha convertido en foco de un amplio estudio, con el objetivo de reforzar su rol en el desarrollo sociopolítico y cultural del país actual.
“Los indígenas no somos centenarios, somos milenarios, porque Panamá goza de diversas estructuras sociales que derivan de las jerarquías indígenas, además de tener presentes más de siete idiomas originarios [y el castellano], así como 12 territorios ancestrales que destacan la presencia de nuestros pueblos desde antes de la llegada de los españoles”, anotó el magíster.
En cuanto a la multiplicidad de identidades en el país, el historiador y escritor Omar Jaén Suárez desarrolló su intervención bajo el tema 'Definición de la identidad panameña', puntualizando la amplia gama de genes y culturas que se han arraigado al suelo panameño. “Es necesario conocer a los historiadores de hace 50 años, en cuyas obras se dibuja la realidad de la mezcla de identidades que conforman el crisol panameño; pero también debemos recordar que para reforzar nuestra identidad se requiere de una sociedad más diversa, rica e influyente, que esté a la altura de países vecinos que mantienen con orgullo su pasado”, explicó.
Durante el evento se contó con la presencia del ministro de Cultura, Carlos Aguilar Navarro, quien destacó el esfuerzo del organismo por celebrar el bicentenario en todo el país, realizando diversas actividades en sus tres etapas de conmemoración, con más de 170 iniciativas llevadas a cabo hasta la fecha.
“Esperamos que cada institución, empresa e individuo se sume a este sentimiento de orgullo, que debe embargarnos a todos durante este bicentenario”, indicó.
Tras 200 años de trayectoria social y cultural, las sombras de la colonia española se han disipado del mosaico nacional, dando paso a un pueblo formado por diversas piezas de culturas, vivencias y batallas ganadas. “200 años más tarde somos capaces de identificar que un mismo impulso ideológico condujo ambos fenómenos en las dos caras del Atlántico; somos capaces de reconocernos mutuamente cada uno, como una parte sustancial de la personalidad de todos los demás, una personalidad forjada a lo largo de un denso periodo de convivencia compleja, fortalecida en torno a lazos familiares compartidos que construyen el espacio cultural y simbólico de una misma lengua, cuya extensión internacional prueba inequívocamente su vitalidad”, enfatizó el ministro consejero de Cultura de la Embajada de España en Panamá, Gabriel Alou Forner.
“Esos lazos forjados a lo largo de los siglos se han ido enriqueciendo, y los valores que siempre nos han unido acompañan hoy a una intensa relación económica y comercial; unos profundos vínculos sociales y personales, una simbiosis cultural creciente y una cercanía basada en el conocimiento mutuo, la comprensión, y la cooperación”, agregó el también historiador.
Al determinar la importancia de la identidad panameña se levantan retos para seguir formando y moldeando su entrada al currículo educativo-cultural con el objetivo de forjar el conocimiento histórico en las nuevas generaciones. “Hay muchos mitos que se han traspasado de generación en generación, y uno de los más dañinos es decir que Panamá no tiene historia, o que no se conoce lo suficiente”, puntualizó Jaén, “estamos cegados por los 'pioneros' de la historia, aquellos que fueron historiadores pero por experiencia, no por capacitación; sin embargo, en las escuelas se necesita presentar a aquellos historiadores cercanos, que en sus obras [más de 50] destacan la realidad de los eventos que marcaron a nuestra sociedad”.
También señaló que uno de los mayores obstáculos en la preservación de la memoria histórica de Panamá es la “falta de un archivo nacional en buen estado”. “Tenemos que rescatar el archivo nacional, no solo en su infraestructura, sino en su gente; quienes lo dirijan deben ser entendidos de la magna importancia de esa compilación, solo así será comparable con nuestros países vecinos y tendremos algo que dejar para el futuro”, apuntó Jaén.
Mientras que Lasso destacó la urgencia de aprender de los últimos 200 años “el arduo trabajo de los investigadores” y su rol para el impacto de la memoria histórica. Posición que compartió con Castillo, quien desde su perspectiva indígena apuntó que “el Estado debe dar mayor apoyo a quienes se esfuerzan por rescatar los pedazos olvidados de nuestra identidad”.
“Si un investigador no tiene tiempo, independencia y recursos, no podrá revelar los secretos que yacen olvidados en la riqueza atemporal de nuestra historia patria”, subrayó Lasso.
“La nación que desconoce su historia, no tiene futuro”, declamaba el primer ministro inglés Winston Churchill, palabras que hacen eco en la lucha actual por conservar y mantener a flote la atracción de la sociedad hacia sus orígenes; un tanto más en el istmo, que “ha sido peruano, colombiano, español e indígena”, según indicó Jaén.
Es en esta cornucopia de riqueza genética, que el ADN panameño se atañe al de millones de ancestros que los esfuerzos de miles de historiadores, arqueólogos, escritores y artistas aún no han podido recuperar por completo, pero que los expertos afirmaron es el camino para conocer quiénes somos y de dónde venimos.
“Cada panameño es un 40% indígena, un 27% europeo y un 33% afroantillano, con lo que reclama su mestizaje, y con ello la vasta herencia de culturas, cantos, conocimientos y luchas raciales que se deben enfrentar para erradicar el racismo, la xenofobia y los males sociales que se adaptaron desde el nacimiento de la panameñidad rural que hacía frente a la invasión estadounidense con la creación de la Zona del Canal, e incluso en la construcción del Canal mismo”, enfatizó Jaén.
“¿Cómo nos ven desde el exterior?”, es la pregunta que resuena tras las observaciones de los expertos, dejando una incógnita reflexiva en cuanto a lo que realmente significa “aprender del pasado”, a través de la valorización de los patrimonios escritos, materiales, y culturales que, según acotó Lasso: “Nos enseñan mil formas para vivir como una sociedad más tolerante y resiliente”.