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Silvina Moschini: 'Queremos convertir a Latinoamérica en hub de exportación de talento'
- 30/05/2020 00:00
- 30/05/2020 00:00
Silvina Moschini, presidenta de TransparentBusiness, además de CEO y fundadora de SheWorks! nos atendió recientemente desde Miami para platicar sobre tecnología, emprendimiento, democratización del acceso a la información, transparencia y proyectos de innovación. Como precursora de un ecosistema de compañías que capitaliza en la nube para conectar negocios y capital humano con modelos bajo demanda, está convencida de que “digitalizar el trabajo permite crear y gestionar nubes de talento con personas de todas partes” porque la tecnología es un trampolín y “el gran igualador de oportunidades”. Conferencista y ganadora del 'Equals in Tech', otorgado por Naciones Unidas, la empresaria argentina reafirma que la mujer cumple un rol protagónico como gestora de cambio en las compañías, y que el gran reto de hoy es derribar las barreras de la desigualdad de género, que afectan incluso las inversiones con capital de riesgo.
El premio que recibimos de Equals in Tech fue por SheWorks!, una solución integral que conecta los puntos entre educación digital, mujeres talentosas y oportunidades de empleo en la nube. Creamos un mercado de trabajo con profesionales calificadas para que las empresas puedan encontrarlas y no tengan excusas de que no hay mujeres para puestos directivos ni equipos diversos porque no hay mujeres en el mercado laboral. También les brindamos las herramientas para que el trabajo remoto sea mucho más productivo y eficiente que el trabajo en la oficina. Entrenamos mujeres en las habilidades más requeridas por las compañías, para luego conectarlas con oportunidades laborales para empresas locales e internacionales. Queremos convertir a Latinoamérica en 'hub' de exportación de talento para que miles de mujeres puedan desarrollar sus carreras sin límites geográficos. Digitalizar el trabajo permite crear y gestionar nubes de talento con personas de todas partes, porque la tecnología es el gran igualador de oportunidades y democratiza el acceso al trabajo, ya que las personas pueden mostrarse al mundo por cómo trabajan y no por quiénes son.
En América Latina, la brecha de participación laboral entre mujeres y hombres es de más de 26 puntos porcentuales. Y nuestra región es una de las que tiene un mayor potencial para insertar a mujeres en el mercado laboral. Una de las causas por las que las mujeres enfrentan la falta de acceso a puestos gerenciales es la pérdida de talento. Una encuesta realizada por OIT a empresas de América Latina y el Caribe demostró que la contratación y retención de talentos es uno de los mayores desafíos de las compañías. Entre los 25 y los 35 años suceden dos cosas en la vida de una mujer: el primer hijo o el primer ascenso. Por los paradigmas actuales de las compañías –analógicos y rígidos–, las mujeres quedan en desventaja y en muchos casos abandonan sus puestos de trabajo y se les complica reinsertarse al mercado laboral. Hay una mala distribución del trabajo no remunerado. Se puede revertir este problema para que haya mujeres con puestos de liderazgo, en las juntas directivas, formando parte de manera productiva de la arquitectura del mundo digital y del mundo de negocios y decisiones del mañana.
En un mundo en el que el teletrabajo es parte de la nueva normalidad, trabajamos en extender nuestros programas de capacitación a toda la región para seguir formando a nuevos líderes en la coordinación de equipos a la distancia. El trabajo remoto puede aumentar la productividad de las personas, además de que optimiza temas de rendimiento e inversión y crea entornos más flexibles y eficientes. Sin duda, vamos a ampliar nuestras capacitaciones para llegar a miles de mujeres y apostar a su inclusión en el mercado laboral.
Absolutamente. La OIT reporta que más de la mitad de las compañías afirma que las iniciativas implementadas con perspectiva de género aumentan sus resultados comerciales. Las mujeres tomamos el 80% de las decisiones de compra. Y, cuando las compañías tienen mujeres en el directorio, logran un 16% más de ganancias que las lideradas por hombres. Cuando los equipos son diversos, el rendimiento es mayor. Las mujeres por nuestra naturaleza tenemos la habilidad de lograr hacer más, con menos. Con el mismo capital, las mujeres generamos el doble de ventas; somos naturalmente mejores administradoras y tenemos más formación académica. Se convierte en un efecto de onda evidente cuando más mujeres se unen a la fuerza laboral.
La revista Fortune me puso ese apodo en una nota a fines de los años 90 cuando las mujeres en tecnología éramos muy pocas y aún lo seguimos siendo... Después de eso, Miss Internet me acompañó por siempre cuando CNN lo tomó como mi sobrenombre de colaboradora en temas tecnología. En ese tiempo, era parte del equipo de liderazgo de Patagon.com, la empresa de internet que proponía a finales de los 90 evangelizar sobre la banca online y las transacciones en la red, algo totalmente desconocido para esa época. Hoy mi vida como emprendedora me llevó a estar cien por ciento ligada a la tecnología y al cloudworking, ¡así que supongo que me gané ese apodo!
Un área de especial importancia para mí y en la que vengo trabajando intensamente es en aplicar la tecnología para disminuir la brecha de género para las mujeres. Con SheWorks! hicimos foco en el desarrollo económico de las mujeres, creando una plataforma que genera oportunidades laborales que permiten su desarrollo profesional y económico. Al mismo tiempo, para las empresas es un mercado que les permite beneficiarse de la amplia distribución del costo del talento a escala global, facilitando en una sola solución el abastecimiento global de mujeres profesionales examinadas, y la gestión y supervisión de equipos remotos. Con nuestra herramienta la ubicación geográfica ya no es una limitante a la hora de conseguir talento: una persona puede trabajar desde Panamá para empresas basadas en cualquier parte del mundo, y viceversa.
Obviamente hay más dificultades para las mujeres que para los hombres, porque las mujeres somos consideradas en base a prueba y no en potencial, por lo cual tenemos que trabajar mucho más duro para que a fuerza de demostrar, se nos tengan mejores y mayores consideraciones para acceder a puestos de liderazgo en las distintas organizaciones. Siendo mujer, el desafío más grande que uno tiene como emprendedora es que inviertan en tu compañía. Partimos de una base donde existe una enorme desigualdad de género en capitales de inversiones de riesgo. Mi consejo es que se atrevan a ser asertivas para captar la atención que necesitan para llevar su negocio al siguiente nivel. Deben aprender a buscarle la vuelta a las reglas. No digo romperlas, sino ser creativas, encontrar la forma de resolver los desafíos uno a uno. Que piensen en grande. Mentes fuertes, tacos firmes, y el foco puesto en superar condicionamientos vetustos, como el de que no sabemos negociar o liderar empresas.
El mundo del emprendimiento sigue siendo mayoritariamente masculino y, por supuesto, conseguir financiación para los proyectos también les cuesta mucho más a las mujeres. Es primordial que las emprendedoras piensen en grande si quieren conseguir financiación y que confíen en su proyecto. Respecto a la financiación, las mujeres optan por pedir menos dinero del necesario y eso es un error. Deben decidirse por buscar inversión real cuando se trata de emprender. No lo vas a hacer con el crédito del banco o creciendo orgánicamente, necesitas cientos de millones de dólares de inversión para dominar el mercado y para eso te tienes que sacar la vergüenza de pedir dinero.
El BID estima que del 10% al 25% de los fondos de contratación pública se pierden por fraude y corrupción. Uno de los objetivos que tenemos es ayudar a reducir estas pérdidas, permitiendo la auditoría de la compra de servicios profesionales del Estado. En nuestra compañía hemos detectado tres desafíos a los que se enfrentan instituciones: la falta de confianza, la dificultad para coordinar el trabajo distribuido y la rendición de cuentas.
El crecimiento de la tecnología y de las redes sociales nos llevó a que contáramos con una infinidad de espacios digitales en los que es posible consumir y replicar información. El acceso a esta y la libertad de expresión son valores que debemos defender y que nos definen como sociedad.
El coronavirus llevó a que 3,900 millones de personas debieran permanecer en sus casas. El teletrabajo es una tendencia que seguirá creciendo en el mundo y definitivamente las organizaciones deberán ir adaptándose a este cambio de paradigmas. Creo que no será fácil “el día después”, pero creemos que esta pandemia nos enseña que lo que fue por mucho tiempo el plan B de las compañías, puede instaurarse como la modalidad de trabajo principal. Twitter ya anunció que todos sus empleados pueden trabajar de manera remota indefinidamente.