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- 18/12/2019 00:00
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Desesperación, impotencia y llanto son sentimientos desgarradores que no se olvidan a casi 30 años de la Invasión de Estados Unidos a Panamá. Este viernes 20 de diciembre se conmemora este hecho que marcó un antes y un después en la historia del Istmo.
El colectivo de periodistas Concolón ha realizado un arduo trabajo en el rescate de las memorias de aquellos que vivieron este acontecimiento. Tal labor les hizo merecedores del Premio Nacional de Periodismo 2019. Por más de un año recaudaron testimonios de los afectados. Y en una narrativa llevada a la crónica y a diversos formatos relatan estas experiencias.
Recientemente presentaron la novela gráfica de la Invasión llamada Duelo, que fue elaborada por la ilustradora Meera Sachani y su autora Sol Lauría. Durante un conversatorio ambas explicaron el origen del proyecto y cómo fue el proceso de reinterpretación de las historias para convertirlas en gráficos.
“Nunca había hecho un formato de novela gráfica, tuve que buscar mucha información. Cuando comencé a recaudar ideas, ahí me recomendaron a Meera. Para darle contexto incluimos varios relatos y mostramos a Noriega y a Bush para que se entendiera por qué ocurrió la invasión”, detalla Lauría.
En las páginas de la novela se plasman algunos de los casos durante los ataques al Istmo. “Una de las vivencias que añadimos fue la de Chila Hernández, Carlos Barahona, Juantxu Rodríguez (fotorreportero español asesinado durante la incursión armada). Aquí ponemos como una operación gigante que un tipo decidió en la Casa Blanca de Estados Unidos destruyó la vida de muchas personas en Panamá. Una página va dedicada a varias de las víctimas”, manifiesta.
“El año pasado, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos hizo un informe diciendo que Estados Unidos había violentado los derechos a la vida, a la integridad y a la propiedad. La comisión solicitó que estos sucesos debían ser resarcidos por parte del país norteamericano. Lastimosamente no cumplió Estados Unidos ni Panamá. Hay archivos de todas las causas de invasión. Nosotros leímos 151 expedientes, no hubo justicia en ninguno, no se dictaminó que la persona había sido asesinada por alguien, cuando habían testigos de lo ocurrido. El único caso que se condenó a alguien fue por la muerte de un estadounidense”, asegura Lauría, quien agrega que el colectivo mostrará durante esta semana más testimonios, esta vez en formato de podcast.
Por su parte, la ilustradora afirma que también es su primera vez trabajando con una novela gráfica. “No fue fácil porque no viví la invasión. Nací en 1992. No tuve historias cercanas. Leí todas las crónicas de Concolón para entender más sobre el acontecimiento. Este trabajo me demoró seis meses. El cómic está hecho a mano con tinta china y tiene 50 páginas. Quise darle a las ilustraciones ese toque panameño con expresiones que utilizamos a diario. Con respecto a los colores, usé el negro y el rojo por el nombre de la novela que representan, la sangre y el duelo”.
Sachani comenta que la novela va dirigida a todo público, especialmente a los más jóvenes “ Los adolescentes son los que necesitan saber qué pasó. Ellos son los que tomarán las decisiones más importantes en nuestro país en un futuro. En estos momentos probablemente un niño de 12 años no sabe lo que ocurrió en la invasión. El objetivo de esta labor es dar a conocer los hechos del pasado para que no vuelvan a ocurrir en el presente”.
“El desafío para la nueva generación de artistas en cuanto al aporte de la construcción de la memoria histórica del país es luchar contra un sistema que se empeña en ocultarnos y maquillarnos los sucesos. Para mí, formar parte de este evento es muy importante, es un legado. No sé quién lo va a leer o a quién le va a llegar, puede ser que esta novela inspire a alguien a hacer otras cosas”, comparte.
La diputada suplente de la bancada independiente del Circuito 8-7, Walkiria Chandler D'Orcy presentó, el 19 de septiembre de este año, un anteproyecto de ley que declara la fecha del 20 de diciembre como día de duelo nacional para conmemorar la invasión de Estados Unidos a Panamá. La proposición también incluía que los gobiernos locales estuvieran obligados a realizar actos oficiales conmemorativos a la fecha en sus comunidades, de carácter público y participativo.
“ El proyecto ni siquiera entró a primer debate. El tema de la invasión y la amnesia colectiva que se tiene es por personas políticas. Han pasado años y sólo se tiene a El Chorrillo como el barrio mártir. Si se quería sacar a Noriega del país, no era necesario utilizar armamentos contra una población mayormente civil. Otras zonas siguen sufriendo las secuelas de este hecho donde se derramó mucha sangre”, dijo Chandler a La Estrella de Panamá, durante el conversatorio de la novela.
“Mi tío era reportero gráfico. La última vez que lo vieron fue la noche de la invasión caminando hacia el cuartel de El Chorrillo. A la fecha creemos que él murió porque tras muchas exhumaciones e ir a fosas comunes, mi familia jamás lo encontró. La Comisión del 20 de Diciembre nos avisó, en agosto, de este año, el permiso que le solicitó al Ministerio Público para, en enero de 2020, cuando empiece la temporada seca, poder hacer nuevas exhumaciones en el Jardín de Paz. Aún muchos tenemos la ilusión de encontrar un cuerpo para darle cristiana sepultura”, cuenta.
Lo cierto de este hecho es que las heridas no han sanado. Panameños siguen pidiendo justicia. La incertidumbre sigue latente en estas personas que guardan en sus memorias la última vez que vieron el rostro de sus seres queridos que nunca más volvieron a casa.