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- 16/03/2023 00:00
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No es un secreto que Hollywood, en especial la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, ha reducido su apoyo a la reputación e imagen del cine de animación en la última década, dejando a cientos de producciones fuera de la lista de reconocimiento en las diversas premiaciones.
Tras la 95 ceremonia de los Óscar realizada este domingo, la animación recibió un nuevo hito: Guillermo Del Toro obtuvo su tercera estatuilla por la cinta de stop-motion Pinocho, marcando un logro para el director mexicano tras numerosas películas y series animadas bajo su dirección. Junto a Pinocho fueron nominadas cintas como Marcel the Shell with Shoes On (A24), El gato con botas: El deseo final (Dreamworks), Turning Red (Disney/Pixar) y The Sea Beast (Netflix).
Para muchos, la cinta de Marcel the Shell with Shoes On era una competidora fuerte contra Pinocho de Del Toro, dado que ambas cintas apostaron al stop-motion como su técnica principal y por la temática herculana de sus personajes que se adentran en los aspectos emocionales y complejos de relaciones familiares, la pérdida, el sufrimiento y la superación de los obstáculos.
La creciente popularidad por la animación en la industria continúa dando saltos hacia un mayor reconocimiento mundial, tras décadas de ser dejada en el cajón olvidado de las premiaciones. En la última década, las cintas animadas han obtenido menos de tres nominaciones fuera de sus respectivas categorías predeterminadas en los Óscar (Mejor película de animación y Mejor cortometraje animado), siendo la premiación de 2022 el mejor año para este medio en cuanto a nominaciones variadas, con el documental danés Flee (dirigido por Jonas Poher Rasmussen) que obtuvo tres nominaciones: Mejor película internacional, Mejor película de animación y Mejor documental.
Más allá de las categorías clásicas, la cinta de Disney Encanto estuvo nominada a Mejor banda sonora y Mejor canción original ('Dos oruguitas'), la única película animada en estar en estas categorías. En 2021, la cinta de Disney/Pixar Soul fue la única animación nominada a Mejor banda sonora y Mejor sonido, mientras que en 2020 Pixar obtuvo una nominación a Mejor canción original por Toy Story 4.
En 2019, la cinta de animación stop-motion de Wes Anderson, Isla de Perros fue la única nominada a Mejor banda sonora; y en 2017 Disney y Dreamworks estuvieron representados por Moana y Trolls, respectivamente, en la categoría de Mejor canción original, mientras que Laika Studios fue representada en la categoría de Mejores efectos visuales por Kubo y la búsqueda del samurái.
La última vez que una cinta de animación fue nominada a Mejor guion original fue en 2016, con Intensa-Mente la representante de Disney y Pixar en la ceremonia. Esto deja un sabor agridulce en la trayectoria de la animación en una de las premiaciones más prestigiosas de la industria cinematográfica, la cual ya ha sido criticada por años por su falta de consideración a las cintas de este medio. Además, pese a que la categoría de Mejor película ha aumentado su cantidad de nominaciones a 10 películas, la última vez que una cinta de animación fue nominada en esta categoría fue en 2011 con Toy Story 3 y la última vez que una ganó fue en 1992 con La Bella y la Bestia.
El ejemplo reciente de Pinocho de Guillermo Del Toro hace resonar la constante esquivación de la Academia ante la animación. El recuento de la historia de Pinocho bajo la dirección de Del Toro tomó la delantera en las producciones de animación este año dada su visión madura y emotiva que apela más allá de una versión “infantil” o “familiar”, sino como un trabajo de introspección y experimentación con la técnica de animación y la versatilidad narrativa de su guion. Su Pinocho se destaca porque trata temas existenciales como la mortalidad, la moralidad y lo que definimos como conciencia, junto con catástrofes históricas del mundo real como el surgimiento del fascismo y los niños que han sufrido bajo esta dictadura. Aún así, no recibió nominación a Mejor película ni a Mejor director.
En su discurso de aceptación en los BAFTA, donde la cinta también obtuvo una victoria a Mejor película animada, Del Toro comentó: “La animación no es un género para niños. Es un medio para el arte, es un medio para el cine y creo que la animación debería permanecer en la conversación”. Así mismo, Dwayne 'La Roca' Johnson comentó en la presentación de los Óscar: “La animación es la definición misma de la cinematografía, que cuenta ingeniosamente narrativas sofisticadas cuadro por cuadro, y que está ligada al origen del cine en sí mismo y abarca una gran variedad de estilos y técnicas visuales”.
Esto se refuerza con la victoria de The Boy, The Mole, The Fox and The Horse como Mejor cortometraje animado en los Óscar y sus cuatro premios Annie, incluido el de Mejor producción especial. Aunque la película ofrece poca historia de fondo, el viaje emocional del niño nos mantiene embelesados. Hay cuatro personajes, pero solo dos voces principales: el niño que lucha por encontrar significado y conexión, y las palabras de sabiduría expresadas por los animales. Por ejemplo: “Recuerda siempre, eres suficiente tal como eres”.
En su técnica que asemeja el uso de acuarelas, el movimiento de los personajes y su entorno crea un ambiente de calma y confort que hace posible la profundización en el diálogo entre los animales y el niño. Sobrepasando toda expectativa, la historia dirigida por Peter Baynton y escrita por Charlie Mackesy (cuyo libro homónimo es la base del filme) demanda nuestra atención y confronta nuestros sentidos, lo que impulsa la historia a un nivel elevado de trabajo artístico en diversas aristas.
Al ver las estatuillas y discursos es fácil olvidar por un momento a los miles de animadores, actores de doblaje, productores, artistas y expertos en arte visual que trabajan en las múltiples producciones de animación que salen cada año. Muchos de los cuales pasan desapercibidos, sin pena ni gloria, fuera de su propio renglón.
Destacar en los Óscar no es simplemente un hito para los directores o guionistas, sino que representa un reconocimiento de la animación como cine en su totalidad, sin encasillarse en una burbuja de clasificación infantil. Si bien es cierto que la animación tiene sus propias plataformas como los premios Annie o los premios Annecy, además de múltiples festivales dedicados a levantar a los títulos de mayor creatividad y maestría del año, la importancia de los Óscar como plataforma de difusión mundial mantiene su propio prestigio y da honor al trabajo de los animadores y equipos enteros detrás de las películas.
Pero esta plataforma carece de un interés genuino por el medio que defiende Del Toro, puesto que diversas cintas han obtenido nominaciones pese a sus historias sencillas en comparación con otras obras como Belle (2021), Bubble (2022) y Your Name (2018) que han sido ignoradas a favor de producciones de Hollywood como Ferdinand (2017), Mi villano favorito 2 (2013), Trolls (2016) y El bebé jefe (2017).
No es un secreto que los Óscar prefieren las producciones locales, entendibles para su propia audiencia de votantes, pero esta preferencia empaña lo que realmente debería de clasificar como la Mejor película de animación del año, dejando a la vista una apreciación a lo familiar, conocido, o usual, en vez de explorar el medio y los múltiples resultados que se pueden obtener de una narrativa única y excepcional, sin importar de dónde proviene.
Esto hace que reflexione en aquellas palabras de sabiduría logradas en la cinta ganadora del Óscar (Mejor película de animación), Ratatouille: “No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede provenir de cualquier lado”. Lo que trae consigo un sentido irónico en el que muchas películas cuyos mensajes buscaban expresar la importancia de las diferencias en las expresiones humanas y artísticas, han sido reducidas a cintas para niños y preadolescentes por provenir de culturas distintas a las occidentales.
Más allá de la música y canciones, el cine de animación provee una plataforma especial para transmitir ideas, sueños y diálogos sociales que serían difíciles o imposibles de hacer entender en una película live-action, porque la animación desafía la vida real y los límites de la imaginación. También desafía los formatos de visualización, un reto aún mayor en una época en la que la cultura de ir al cine se encuentra desestabilizada con la ascensión de amplios catálogos de consumo en plataformas de streaming y películas con estrenos directamente digitales.
Con la victoria de Pinocho en un cóctel de cintas que no se verían juntas en ninguna otra plataforma, los animadores y amantes del medio podrían esperar un vistazo de la luz al final del túnel donde quizás, en un futuro cercano, la Academia se dé cuenta del valor que se encuentra claramente enfrascado en la animación. Este año esperamos la llegada de Spider-Man: Across the Spiderverse (Part One), Mario Bros., Elemental, Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem, Wish, Migration, Escape from Hat, The Magician's Elephant, Nimona y otras cintas que se estrenarán en cines y plataformas de streaming, con esperanzas de que sus historias puedan alcanzar a una audiencia madura y en camino para reconocer su trascendencia de la pantalla a nuestra realidad.
Aún así, la animación solo logrará obtener el reconocimiento y apoyo que necesita –y que muchas veces merece– en los espacios dedicados a honrar a lo mejor del cine cuando aquellos que se sientan en los lugares de toma de decisiones cambien sus perspectivas perezosas sobre lo que hace “un buen cine”. Esto sin mencionar lo perjudicial que resulta inducir a nuevas generaciones a este pensamiento y afectar la potencial creatividad que pueda surgir de ellas.
En medio de lo que parece ser una trampa de arena, también reconocemos la valentía de aquellos artistas que buscan la animación como su canal preferido para contar historias y hacen de la industria un espacio competitivo y en constante crecimiento. Con los años el cine ha dado mayores pasos para romper estigmas y contar orígenes que se mantienen en la conversación social, por lo que destacamos el empuje de Del Toro: “La animación está lista para dar el siguiente paso... Todos estamos listos para ello”.