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Un Óscar a la desigualdad de Hollywood
- 11/02/2020 06:00
- 11/02/2020 06:00
“Érase una vez en Hollywood, ¿cierto?” fue la frase con la que Brad Pitt, uno de los actores más queridos de Estado Unidos, cerró su discurso de ganador el pasado 9 de febrero en la 92° ceremonia de los Premios Óscar, tras obtener el galardón de Mejor actor de reparto. El actor de Fight Club, expresó, con esa frase, la gran sorpresa que se llevaron los asistentes aquella noche en Los Ángeles: que los sueños se hacen realidad en Hollywood.
Pitt es una muestra de que la perseverancia logra resultados, tarde o temprano, cuando se trata de ser una celebridad en Norteamérica. Sin embargo, pese a que la gala tuvo gran cantidad de nominados y favoritos, la carrera acabó en un corto tiempo para algunos; entre ellos, la directora de Mujercitas (2019), Greta Gerwig, quien ha sido la cara de quienes protestan contra la notoria falta de igualdad en las premiaciones de la Academia, causa que se comprobó este año con la ausencia de otras féminas en las categorías de producción, edición de sonido y dirección. Únicame Gerwig fue incluida en una categoría distinta a las que —comúnmente— se encuentran repletas de mujeres: vestuario, maquillaje y peinado, diseño escénico, entre otras.
Pese a que la directora de Ladybird (2017) no obtuvo una estatuilla, fue reconocida en la vestimenta y palabras de Natalie Portman, quien llevó un vestido que destacaba nombres de otras mujeres cineastas que, como Gerwig, no habían sido nominadas a otras categorías de los Óscar, tales como Lulu Wang y Lorene Scafaria.
La desigualdad que se refleja en cada emisión de los ansiados premios cinematográficos es una ola que crece con cada año que pasa, aun cuando innumerables actores y actrices lo han denunciado y han declamado discursos en pro de una gama de reconocimientos más diversificada.
En las secciones de actrices las opciones eran un tanto obvias, por lo que la victoria de Laura Dern—representando a Netflix y Noah Bauchman— en la categoría de Mejor actriz secundaria con el filme Historia de un matrimonio resultó esperada y grata a la vez. Mientras que Renée Zellweger cautivó a la audiencia con su interpretación de la actriz clásica de Hollywood, Judy Garland, en su biografía llamada Judy, lo que le valió el Óscar a Mejor actriz de reparto. Ambas fueron coronadas con la aprobación del público, pese a que era una categoría especialmente para mujeres.
El caso de la desigualdad de género en la nonagenaria celebración ha sido estudiado por especialistas como Daniel Levitt, Catherine Shoard y Seán Clarke, quienes llevaron a cabo un estudio para el medio inglés The Guardian, acerca de ese caótico tema. En el documento se registró que, desde la primera edición en 1929, sólo un 14% de los nominados (que han sido más de 10.000) fueron mujeres. Y en el caso de la categoría de dirección (uno de los más críticos) solo ha habido 449 nominados, de los cuales solamente cinco fueron mujeres y una sola ganadora: Kathryn Bigelow por la cinta En tierra hostil, hace poco más de una década.
En cuanto al galardón de Fotografía, sólo una mujer ha sido nominada en toda la historia de los Óscar: Rachel Morrison en 2018, por su trabajo en Mundbound (2017).
Para bandas sonoras y canción original sólo el 1.6% de mujeres han sido nominadas y en la edición del pasado domingo la islandesa Hildur Guðnadóttir se alzó como la primera mujer compositora— y extranjera— en obtener tal premio en el siglo XXI, por su trabajo en musicalizar Joker de Todd Phillips. Una triple victoria que no pasó desapercibida y en su discurso de aceptación exhortó “a las chicas, a las madres, a las hijas quienes escuchan la música desde adentro, por favor hablen, necesitamos escuchar sus voces”.
Otra de las recurrentes causas de incomodidad en los premios es el 'favoritismo' a las cintas estadounidenses o de habla inglesa, por lo que cuando la actriz y activista Jane Fonda (de 82 años) abrió el sobre blanco, hizo una pausa con un rostro afablemente sorprendido y pronunció el título de Parásitos (Parasite, en su definición original), casi todo el teatro se puso en pie celebrando al equipo de Bong Joon-Ho que se unió al libro de la historia de los Óscar siendo la primera cinta de habla no inglesa en recibir tal reconocimiento.
Bong Joon-Ho ya había reconocido el 'parásito' que vive en las selecciones de la Academia, y en el mundo entero. Su película se centra en las desigualdades socio-económicas que se pueden identificar en todo tipo de sociedad, pero él no participa de ellas, ejemplo es su traductora e intérprete surcoreana Sharon Choi. “Es perfecta y todos dependemos de ella”, comentó Joon-Ho en una entrevista con el medio The Hollywood Reporter, “además, es una gran cineasta”.
Las cuatro estatuillas que obtuvo el equipo de Joon-Ho (Mejor director, Mejor guión original, Mejor película internacional y Mejor película) parecieron solo dedicarse a él y han surgido comentarios sobre el desplazamiento del elenco de la película, donde ninguno obtuvo reconocimiento individual. Algo parecido sucedió con la película Harriet de Kasi Lemmons, donde la actriz Cynthia Erivo fue la única intérprete de color que recibió nominación al Óscar como Mejor actriz de reparto.
Joaquín Phoenix, a quien le fue entregado el premio a Mejor actor de reparto por su interpretación del 'payaso príncipe del mal' de DC Comics, el Joker, aprovechó su oportunidad en el podio para dirigirse a temas políticos y de importancia global como la crisis climática, los derechos humanos, animales y de género.
“Estoy tan lleno de gratitud en este momento y no me siento por encima de ninguno de mis compañeros nominados o de nadie en esta sala, porque compartimos el mismo amor, el amor por el cine y esta forma de expresión me ha dado la vida más extraordinaria, no sé qué sería de mí sin ella ” , dijo al recibir la estatuilla. Phoenix destacó que cuando se habla de la lucha contra la "desigualdad de género o racismo, derechos queer o derechos indígenas o derechos de los animales, estamos hablando de la lucha contra la injusticia. Estamos hablando de la lucha contra la creencia de que una nación, un pueblo, una raza, un género o una especie tienen el derecho de dominar, controlar y usar y explotar a otro con impunidad”.
Sin embargo, Phoenix dio un emotivo discurso lleno de optimismo y esperanza para la industria del entretenimiento. “Pero los seres humanos, en nuestro mejor momento, somos tan inventivos, creativos e ingeniosos, y creo que cuando usamos el amor y la compasión como nuestros principios que nos guían, podemos crear, desarrollar e implementar sistemas de cambio que sean beneficiosos para todos los seres sintientes y para el ambiente”, señaló para luego concluir citando a su hermano, el fallecido actor River Phoenix (1970-1993), “Cuando tenía 17 años, mi hermano escribió estas palabras. Decía: Corre al rescate con amor, y la paz seguirá”.
Las luces se apagaron por última vez tras casi tres horas y media de discursos, lágrimas, risas, presentaciones artísticas y una serie de diversos presentadores que desfilaron hacia un mismo micrófono. Con las últimas palabras de la productora de Parásitos, Kwak Sin-ae, se queda una reflexión para que los 'grandes' del cine tomen en cuenta y es que “un momento muy oportuno en la historia ha sucedido justo ahora”.