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- 18/04/2019 02:00
- 18/04/2019 02:00
En medio de la campaña política, resulta que de lo que más se habla en el momento es de lo ocurrido en Invernalia (Winterfell), el primer capítulo del final de temporada de Juego de Tronos , serie que rebasó su récord de televidentes a 17.4 millones.
Así, la verdadera identidad de Targaryen y la posibilidad de que el mismo John Snow sea quien unifique los siete reinos en el trono de hierro dejó en vilo a los seguidores quienes, desde sus cuentas de Twitter comentaban el desarrollo de un capítulo que logra iniciar el cierre de una de las series que más premios de la industria televisiva, unos 47 en los Prime Time Emmy Awards, se ha ganado en la historia de la televisión estadounidense.
En términos de fantasía épica, Juego de Tronos se coloca en las preferencias de una legión de seguidores como un producto tan importante como la trilogía de ‘El Señor de los Anillos' de J.R.R. Tolkein y toda la colección de Harry Potter de J.K. Rowling, como fenómeno literario, acontecimiento cinematográfico llevado a la tele y un demoledor vehículo cultural para generaciones enteras.
‘Lo que inició como una serie de televisión que combinaba drama, violencia y fantasía con el tiempo se convirtió en un fenómeno cultural'.
Lo que inició como una serie de televisión que combinaba drama, violencia y fantasía, creada por David Benioff y D.B. Weiss para HBO, basada en las novelas de George R.R. Martin sobre las casas nobiliarias en el continente de Poniente y el control del deseado trono de hierro, con el tiempo se convirtió en un fenómeno cultural cuya producción sentó un paradigma de calidad en la producción televisiva, que incluía tener hasta cuatro unidades de producción, presupuesto de 10 millones de dólares por capítulo, efectos visuales extraordinarios para el formato acostumbrado en la televisión y una licencia para agregar material inédito del autor para describir eventos futuros, lo que siempre le aportaba un valor agregado a la trama.
Como dato curioso de su factura técnica, Joe Bauer, supervisor de efectos visuales de Juego de Tronos, una vez explicó que para garantizar la calidad de la serie, habían dos elementos que sentía que era necesario desarrollarlos bien: la estética visual y el arco dramático que permita al espectador sentir que los efectos acompañen a las actuaciones y el trabajo en la dirección de forma orgánica.
‘Necesitamos que nuestras escenas se vean como si fueran capturadas con fotografía tradicional', explicaba Bauer, cuya labor se ve reflejada en veintidós semanas promedio del itinerario de producción de una temporada de esta serie.
El resultado es que los principales medios de información y crítica de productos de entretenimiento catalogan a Juego de Tronos como una de las series más importantes en la televisión de los últimos 50 años, incluso con episodios de calificación perfecta, como fue el caso del capítulo inicial en el año 2011.
Asimismo, el elenco que lo conforman, entre otros actores, Lena Headey, Charles Dance, Emilia Clarke, Sean Bean, Peter Dinklage, Alfie Allen, Nikolaj Coster-Waldau y por supuesto Kit Harrington como Jon Snow.
En relación a su mercadeo, entre Juego de Tronos y The Walking Dead, han lanzado una serie de productos y activaciones en el mundo que las sitúan como dos de los referentes obligados de mercadotecnia en la televisión que cuentan con una horda de seguidores y coleccionistas de cada pieza relacionada a este serial.
Trono de Hierro
DATOS
El Trono de Hierro es la sede del poder del Rey de los Siete Reinos. Es frecuentemente utilizado como un concepto metonímico para referirse a la autoridad del rey. Solo la Mano del Rey puede sentarse en él durante la ausencia del rey. El trono mismo es frío y duro, con muchos bordes afilados.
Según relatan, el paquete mercadológico de la serie incluye juegos de mesa, aplicaciones, juguetes de figuritas, videojuegos, libros, tableros de Monopolio y Clue, rompecabezas, sujetadores de libros, shows de análisis de capítulos en la televisión y redes sociales, desarrollo de podcast en distintas plataformas, ropa, disfraces, y la mismísima cerveza Iron Throne Blonde, que son distribuidos en todo el mundo y se consiguen en ediciones para coleccionistas a través de los servicios online para comprar estos artículos, así como actividades para turistas en locaciones en Marruecos, Irlanda, Islandia, España, Croacia, Escocia y Malta, sitios en donde se ha desarrollado Juego de Tronos.
Es posible que el impacto cultural más sobresaliente de la serie es que provoque que en los servicios de televisión por cable y streaming , la calidad en la producción sea la norma que lleva al espectador a tener en su parrilla de contenidos otras series con calidad similar o clones de Juego de Tronos que logren captar audiencias que requieran seguir disfrutando de este tipo de experiencias de producción audiovisual.
Para ejemplo, algunos casos como el de Black Sails, que es una precuela de la Isla del Tesoro de R.L. Stevenson, que tiene a Michael Bay (Transformers) como uno de sus productores ejecutivos; la serie Taboo como Tom Hardy, ambientada en 1814 que cuenta la historia de James Delaney que regresa a su natal Inglaterra con 14 diamantes robados de África en los momentos históricos de una disputa por la isla de Nutka, en tramo central de la costa sur occidental de la isla de Vancouver en la Columbia Británica de Canadá.
Lo cierto es que se acerca el final y se espera que el siguiente capítulo dure 58 minutos y de allí, el resto se acercará a los 80 minutos, que sería como ver una película que supere la expectativa de los más de 18 millones de televidentes que esperan con ansias quien ocupará el trono de hierro.