RESEÑA

El terror clásico se mezcla con el humor en ‘Abigail’

Actualizado
  • 16/04/2024 11:25
Creado
  • 16/04/2024 10:30
Dirigida por el dúo de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, la historia de la vampira bailarina se envuelve en elementos de terror y humor negro, así como en un arco de redención familiar que llega este jueves a los cines

Para los amantes del cine de terror y comedia, el dúo dinámico de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett —mejor conocidos como Radio Silence Productions—, junto a Universal Pictures, trae a la pantalla grande la historia de Abigail (interpretada por una multifacética Alisha Weir), una joven bailarina de ballet que esconde más secretos que los que cualquier preadolescente podría imaginar.

Con la clásica tonada del Lago de los cines de Tchaikovsky en el fondo, como para dar más misticismo a la cinta, conocemos a la dulce bailarina de 12 años llamada Abigail. Mezclando el terror de los vampiros —aunque creando su propio lore lejos del propio Bram Stoker o Crepúsculo— con el humor característico de los directores de Ready or Not (2019) y Scream VI (2023), Abigail despega mostrando la trama de un “último trabajo” de un grupo de criminales “altamente recomendados”.

Cuando el equipo de criminales es reunido por un intrigante Giancarlo Esposito para secuestrar a la joven bailarina, sin ninguna explicación más allá de ser un trabajo sencillo que les dará un gran botín al final, lo que menos esperan es estar frente a frente con un ente sacado directamente de la oscuridad y de las leyendas urbanas. Sonidos guturales comienzan a la mitad de la noche, puertas se abren solas y cuerpos comienzan a caer como moscas, siendo clásicos indicios de que hay un enemigo mortal en casa.

¿Podría este enemigo ser una pequeña bailarina que solo solloza y pide libertad? Pues sí. Todo es posible en una película de Radio Silence, y Abigail no es la excepción. La velocidad con la que las escenas de batalla llegan casi da un efecto whiplash, mientras que la música —compuesta por Brian Tyler (Super Mario Bros.: The Movie)— nos da a entender cada ataque que está por suceder.

No hay que confundirnos, Abigail no es una cinta de terror habitual, sino una mucho más sangrienta —en serio, sangrienta— y sin temor de ir más allá de los límites con tal de atraparnos en la crueldad de la vampiresa amante de la música clásica. Vestida de blanco con un vaporoso tutú y un delicado tocado en su cabello, Abigail ha tenido siglos para perfeccionar su acto de “niña indefensa”, lo que toma por sorpresa a los criminales, quienes rápidamente buscan una salida de la antigua mansión en la que se desarrolla toda la cinta.

Al frente del equipo se encuentra Joey (interpretada por Melissa Barrera), quien se hace notar por ser intrépida y poder leer a sus compañeros, quienes portan nombres claves también en pro del anonimato por si alguno resulta ser capturado por las autoridades. Barrera hace un papel cargado de emociones y, sobre todo, conciencia por la supervivencia humana, aunque es una máscara cargada de culpabilidad por su pasado.

El resto del dream team está conformado por el musculoso Peter (Kevin Durand), la hacker Sammy (Kathryn Newton), el francotirador Rickles (William Catlett), el estratega Frank (Dan Stevens) y el carismático Dean (un Angus Cloud, en su papel póstumo), quienes abrazan sus arquetipos de forma realista y entretenida, sin ser demasiado caricaturesco en el guión de Guy Busick y Stephen Shields.

Mientras que cada personaje lucha por sobrevivir, Joey se preocupa por redimir su pasado a través de salvar a tantas personas como pueda. Su preocupación por Abigail, aún cuando está en las peores situaciones, nos lleva a ver a Joey como la digna sobreviviente de la masacre, aunque Busick y Shields nos hacen un favor al no dejárselo tan fácil.

Cargada de violencia y sangre a montones, Abigail también cuenta con momentos genuinos de conversaciones serias y formación de amistades inesperadas, lo que hace que las reacciones inevitables sean orgánicas y naturales frente a cámara.

La trama que surge de momento a momento encapsula a Joey, quien se enfrenta a sus miedos de ser una verdadera madre pese a los errores que ha cometido y Abigail, quien sufre por no poder ser una “niña” y perder el amor de su padre. Se entiende que hay un arco que busca redimir ambas familias a través del juego de poner a los personajes en los moldes vacíos: una hija descuidada para una madre presente.

Si bien no hay un ambiente de miedo, sino más bien de risas y momentos icónicos donde la versatilidad de la edición se encuentra con la intensidad de la actuación de los personajes, Busick y Shields hacen un trabajo impecable al mantener el interés en cada escena, para que no tengamos ganas de levantarnos del asiento por miedo a perdernos alguna nueva frase graciosa o un ataque sorpresa.

Al momento de entrar a la sala, esperaba cualquier cosa menos lo que Abigail realmente ofrece: una hora y media de preguntarnos “¿Qué está pasando?” y al mismo tiempo soltar una carcajada ante las increíbles escenas de acción y contraste en una vampiresa bailarina que persigue a sus presas haciendo chasés y piruettes a través de los pasillos.

Quizás Abigail no es terror puro y no te hará saltar del asiento, pero tal vez esa nunca fue la intención de Radio Silence, sino disfrutar de una historia que trata de ensamblar a un reparto de actores talentosos y una trama que no se toma a sí misma seriamente hasta que la noche toma protagonismo y deja la puerta de la mansión abierta para nuevas víctimas.

Abigail llega en estreno este jueves a cines panameños.

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