Mirada al pasado de la pesca y navegación en Coiba

Actualizado
  • 31/03/2023 00:00
Creado
  • 31/03/2023 00:00
Arqueomar Coiba es un proyecto que documenta, estudia y busca respuestas sobre los corrales de pesca y la navegación que se practicaba en el archipiélago de Coiba en tiempos prehispánicos
El proyecto acaba de concluir su fase de trabajo de campo.

En varias de las playas del Parque Nacional Coiba resalta la presencia de estructuras lineales de rocas que tiempo atrás fueron usadas para atrapar peces y otras especies marinas. Son corrales de pesca con mucha historia, presumiblemente prehispánicos, una teoría que busca confirmar el proyecto científico Arqueomar Coiba.

Hablamos de un estudio de arqueología subacuática que también investigará otros misterios del pasado profundo del archipiélago, como los métodos y herramientas de navegación y las interacciones de los habitantes de las islas, mucho antes de la colonización.

Arqueomar Coiba se viene desarrollando desde 2022 con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado de la Universidad de Panamá y de la Estación Científica Coiba AIP, centro que forma parte del ecosistema de investigación de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), y recientemente el equipo de investigadores detrás del proyecto (Abner Alberda, Rita Ramos, Carlos Micó Tonda, Judith Ramos y Luis Mora) regresó de 10 días de trabajo de campo, donde tomaron datos y muestras en Jicarita, Ranchería y Coiba que arrojan los primeros visos de información y respuestas.

Toma de datos en los restos de los corrales.
Los corrales

Los investigadores visitaron los remanentes de 10 corrales de pesca, la mayoría (9) en isla Coiba. Como rasgos comunes, los corrales consisten en barreras de 1,5 a 3 metros de ancho construidas con rocas, una sobre otra; dibujaban una forma circular y, al parecer, debían estar ubicados en los extremos de las playas.  Algunos registraron extensiones de unos 60 metros y otros superaron los 200 metros.

“Estamos determinando sus formas, tamaños, tipos de roca, nivel de conservación... Algunos de los corrales están totalmente bajo el agua tanto en marea alta como en marea baja, mientras que otros están en lo que hoy es tierra firme. Es decir que debido a los cambios de línea de costa, estos corrales dejaron de ser funcionales. Justamente el estudio de los cambios de línea de costa en las islas, para determinar en qué tiempo estos corrales fueron útiles para pescar, es lo que nos puede ayudar a establecer la antigüedad de estos corrales y confirmar si son prehispánicos o no”, detalla Abner Alberda, arqueólogo subacuático y líder de Arqueomar Coiba.

Búsqueda de muestras o evidencias con valor científico.

Sobre el funcionamiento de los corrales, Rita Ramos, otra de las integrantes de la investigación, explica que con la subida de la marea, los peces, crustáceos, etc. entraban al corral y terminaban atrapados por las rocas cuando el nivel del agua bajaba, facilitando su captura.

Uno de los corrales investigados, prosigue Ramos, presentó una particularidad: un canal estrecho en medio de su estructura por el que, una vez bajaba la marea, se formaba una corriente de escape de agua que atraía a los peces a un mismo punto para ser atrapados con una canasta o red.

El archipiélago de las Perlas y la costa del Pacífico de Veraguas son otros puntos en Panamá en los que, según se conoce, también se usaron corrales de pesca de rocas como técnica de pesca.

Se visitaron 10 corrales en Coiba
La navegación

Respecto al enfoque de Arqueomar Coiba sobre la navegación y las interacciones de los habitantes de las islas, Alberda comparte que durante la reciente fase de exploración de campo encontraron múltiples evidencias en tierra y agua, sobre todo muestras de cerámicas antiguas. “Estamos interesados entre los años 500 y 1000 d.C. y las muestras que hallamos son señales de que había movimiento entre las islas, lo que nos indica que, para hacerlo, debían usar algún tipo de nave, ya sea para pescar, para comerciar o solo para transportarse”, puntualiza Alberda, también exbecario de la Senacyt.

El plan es recabar los datos a partir de las muestras halladas para tratar de determinar, por ejemplo, la distribución de los sitios con valor arqueológico en el Parque Nacional Coiba y conocer las características  de las embarcaciones y la tecnología que empleaban para navegar, detalla Alberda, el primer investigador panameño en especializarse en estudios de arqueología subacuática, disciplina científica que  estudia elementos  bajo el agua o que están relacionados con los cuerpos de agua.

Concluida la fase de trabajo de campo, Arqueomar Coiba avanzará con el análisis en laboratorio de todas las muestras y la información recabada para, más adelante, publicar los resultados y ver la posibilidad de ampliar la investigación con más fondos.

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