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Lissy Coley, gestora de la ciencia en Panamá
- 03/11/2023 00:00
- 03/11/2023 00:00
No se puede hacer una retrospectiva del avance de la ciencia en Panamá, sin detenerse en la gestión de la Dra. Lissy Coley para traer al país, 25 años atrás, financiamiento millonario del programa estadounidense ICBG (International Cooperative Biodiversity Groups) que hizo posible múltiples proyectos de investigación, permitió crear infraestructura en los centros científicos y brindar formación especializada a la comunidad científica local.
Hablamos de una importante inyección económica para la ciencia que se mantuvo durante 15 años, beneficiando a decenas de científicos y también a centros de investigación que daban sus primeros pasos entonces. Un aporte clave que fue recordado y celebrado hace poco, durante el XIX Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología organizado por la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (Apanac) y la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), con el homenaje “En el principio fueron los bosques, luego las medicinas y, al final, se hizo la investigación en Panamá”.
Una emocionada Dra. Coley evocó los logros y experiencias acumuladas en Panamá, arropada por decenas de científicos que consolidaron sus carreras durante las investigaciones que se derivaron del programa ICBG, entre ellos la Dra. Carmenza Spadafora, la Dra. Luz Romero, el Dr. Luis Cubilla o el Dr. Eduardo Ortega Barría, secretario nacional de la Senacyt.
Esta historia empieza con la llegada de la Dra. Coley al país en 1978 como estudiante de doctorado, para realizar trabajo de campo en el bosque de Barro Colorado en las instalaciones del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI). La investigadora estadounidense iba a estudiar las defensas de las plantas contra los herbívoros. Allí, en Barro Colorado, conoció a su colega y esposo Tom Kursar.
Años después, en 1990, Coley y Kursar tuvieron la idea de usar su conocimiento ecológico sobre la química en las defensas de las plantas, para desarrollar un proyecto de bioprospección como herramienta para promover la conservación en Panamá. Bioprospección es el estudio de la naturaleza con el propósito de hallar organismos y sustancias con potenciales aplicaciones en sectores como el farmacéutico, que era el objetivo del trabajo de Coley y Kursar.
“La meta era hacer todas las etapas del descubrimiento de medicamentos en Panamá, en vez de mandar muestras afuera, a países desarrollados. Comenzamos discusiones con muchas personas y poco a poco fuimos contactando con científicos que estaban interesados en el concepto de bioprospección: Mahabir Gupta y Pablo Solís (química), Eduardo Ortega Barría y Luz Romero (bioensayos), Daniel Emmen, Dora Quirós y Donald Windsor (entomología), entre otros. Por cinco años Tom y yo escribimos propuestas a fondos de organizaciones no gubernamentales y del Gobierno de Estados Unidos, sin éxito. Pero, por fin, recibimos una pequeña beca de la National Science Foundation de Estados Unidos ($50.000) y otra de la Fundación Natura de Panamá ($35.000). Este apoyo nos dio la esperanza para seguir adelante y nos permitió comenzar, haciendo recolecciones de muestras de hojas, bioensayos y caracterización de químicos activos”, narra la investigadora.
Coley y Kursar siguieron tocando puertas aquí y allá hasta que en 1997 captaron la atención del programa ICBG del National Institutes of Health de Estados Unidos, usando como gancho los resultados preliminares de sus estudios.
Coley amplía: “Escribimos una propuesta de 250 páginas pidiendo $3 millones por cinco años. ¡Dieron cinco premios financieros, incluyendo uno para nuestra propuesta! Y después de dos años, todos los grupos tuvieron que ir a Washington para justificar el progreso. Yo pensé que sería un desastre, porque los otros grupos mandaron muestras de países con alta biodiversidad y hablaron de sus patentes. Mientras tanto, nosotros todavía estábamos comprando el equipo de laboratorio más básico para trabajar en Panamá y estábamos aprendiendo cómo hacer bioensayos. Pero, luego de unos días, los evaluadores decidieron que nuestra propuesta era la mejor porque iba a desarrollar un proyecto de largo plazo en Panamá”.
En 2003 y 2008 a los doctores Coley y Kursar les concedieron extensiones de fondos, convirtiéndose en el único grupo en recibir financiamiento por 15 años con unos $15 millones en total.
Durante este periodo, Panamá se benefició con el desarrollo de investigaciones científicas de bioprospección, se crearon puestos de trabajo asociados a la conservación de los bosques y la conservación de la biodiversidad, y se fortalecieron entidades científicas que daban sus primeros pasos, como el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat AIP), una de las asociaciones de interés público que funcionan bajo el paraguas de la Senacyt.
No obstante, para la Dra. Coley el principal aporte del programa del ICBG fue la capacitación de los científicos en el país. “Durante los primeros ocho años, nuestro programa proporcionó experiencia en investigación a más de 70 jóvenes científicos. De ellos, 22 continuaron sus estudios fuera del país a nivel de maestría, doctorado o posdoctorado. Y muchos han regresado a Panamá para ayudar a mejorar la ciencia”.
La Dra. Coley permaneció en Panamá hasta el final del programa ICBG en 2013, desarrollando proyectos de investigación con el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, la Universidad de Panamá, University of Florida, Fundación Natura, Indicasat AIP y el STRI.
También hizo estudios científicos en Brasil, Perú y Ecuador hasta su jubilación en 2020, además de desempeñarse como profesora distinguida de la Facultad de Ciencias Biológicas en la Universidad de Utah, Estados Unidos, y como visitante académica en el Instituto Oceanográfico Scripps, también en Estados Unidos.
Con 71 años, la Dra. Coley sigue publicando artículos de trabajos desarrollados a lo largo de su trayectoria, sumando, de momento, más de 130 publicaciones, muchas de ellas vinculadas con Panamá, un lugar que “siempre será especial”.
La doctora se despide: “Estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de estudiar los bosques de Panamá, pero mi mayor satisfacción es ver el 'árbol' de profesionales que creció en Panamá con la semilla que sembramos hace 25 años”.