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Nathalie Ríos apuesta por la ciencia y la impulsa desde Herrera
- 25/10/2023 00:00
- 25/10/2023 00:00
Nathalie Ríos nació en 2002 en la provincia de Herrera. Desde muy pequeña ha sido una niña curiosa, apasionada por la ciencia. Conversando con ‘La Decana’ explicó que no recuerda con exactitud en qué punto de su vida se comenzó a interesar por la ciencia pero esa curiosidad que tanto la caracteriza la ha llevado a aprender y sumergirse en un mundo lleno de conocimiento y retos que afrontar.
“Se me dificultaba hacer amigos y mostrarme como era en realidad”, expresó al diario. La joven científica explicó que siempre fue muy aplicada en la escuela y una persona curiosa quien participaba en clases, razón por la cual sufrió mucho bullying por parte de sus compañeros.
“Recuerdo cuando estaba en cuarto grado estábamos en una clase aprendiendo sobre el ciclo de la vida y la reproducción. Alcé la mano y pregunté a la profesora qué ocurría si en algún momento el ciclo se rompía. Todos en la clase, incluyendo la profesora me tiraron comentarios fuertes criticando mi pregunta”, detalló.
“En el presente, regreso a ese momento y me doy cuenta que la pregunta en sí no era incorrecta porque es decisión de cualquier humano si reproducirse o no, y en caso tal tome la segunda opción, el ciclo en efecto, se rompe”, agregó.
Pero el bullying no se frenó ahí. Ríos era una niña quien guiada por su curiosidad, pasaba sus tardes leyendo el diccionario, razón por la cual desarrolló un vocabulario mucho más avanzado que el del resto de sus compañeros quienes también la humillaban por esto.
Todo esto generó mucha presión social en la joven quien al entrar a secundaria sintió la necesidad de esconder quien era para encajar con el resto de su grupo de clases. Dejó de hacer preguntas y demostrar su amor por la ciencia.
“Los profesores se daban cuenta de mi interés porque siempre esperaba a la hora del recreo para hacer todas las preguntas que tenía”.
En quinto año de secundaria fue la profesora Karen Castrejo quien al conocer sobre el interés de la joven científica le presentó la oportunidad de participar en un concurso organizado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt). El proyecto de Ríos en aquel evento se basó en mordeduras caninas, siendo el primer estudio en Panamá sobre la prevalencia en Herrera durante un quinquenio (desde 2016 a 2019) y las prevenciones epidemiológicas que podemos tener con base en este registro de datos. El mismo ganó el primer puesto en el área de salud y medicina.
A punto de culminar sus estudios secundarios, Nathalie seguía sin saber a qué quería dedicarse y qué quería estudiar. Abrumada por la cantidad de voces que la rodeaban arrojando ideas entre estudiar medicina, leyes u otras carreras, Nathalie no se decidía en cuál iba a ser su camino.
La competencia en la que había ganado el primer puesto le ayudó a reconocer esa pasión que había escondido por un buen rato y fue la clave para entender a qué deseaba dedicarse el resto de su vida. La Dra. Virginia Núñez le compartió la idea de estudiar una licenciatura en biología o física ya que en algún momento la joven chitreana le había explicado que estas dos eran sus materias favoritas en la escuela.
Ríos se inscribió en el Centro Regional Universitario de Azuero de la Universidad de Panamá en el que actualmente lleva tres años estudiando una licenciatura en biología. Además se encuentra realizando una pasantía en el laboratorio de Ecología y Ecotoxicología Acuática del Centro de Investigación de Enfermedades Emergentes y Zoonóticas (CIEEZ) del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES). Ahí realiza investigaciones vinculadas al medio ambiente.
“Siento que voy encaminada a mi meta la cual es crear conocimiento a través de la ciencia con propósito que impacte positivamente en aspectos tecnológicos, científicos y humanitarios en el país”, señaló.
Nathalie se encuentra estudiando junto a su equipo, los múltiples factores de estrés que están asociados a actividades agrícolas con el uso de plaguicidas en la salud de los ecosistemas acuáticos. En el laboratorio realizan investigaciones necesarias para comprender el medio ambiente acuático y buscar soluciones a las problemáticas que ahí surjan.
“En cinco o diez años me gustaría dedicarme a la docencia por medio del conocimiento que he adquirido”, expresó la científica chitreana.
Apuntando como su fuente de apoyo, primero señala a su familia quienes la apoyaron en todo momento. Además “he estado rodeada de mujeres profesionales quienes han dedicado su vida a investigar y estudiar la ciencia. La mayoría son de provincias centrales lo que me llena y motiva a continuar este camino ya que si ellas lo lograron en un tiempo en el que no tenían muchas oportunidades, ¿por qué yo no?”
Señaló a la Profa. Karen Castrejo, la Dra. Yessica Saez, la Dra. Aydeé Cornejo y la Dra. Ivonne Torres como sus grandes ejemplos en el mundo de la ciencia.
Nathalie Ríos cree plenamente en el potencial de la ciencia en Panamá, sobre todo para las jóvenes ya que en la actualidad “existen muchísimas oportunidades, becas y producción científica que no se veían anteriormente”.
Aun así considera que el país debería mejorar en ciertas áreas sobre todo, en la divulgación del trabajo científico que se realiza en Panamá que en su mayoría no es conocido por el resto de la población.
“Es primordial compartir ese conocimiento que tenemos y que se divulgue a la población para que puedan conocerlo. Que sepan qué se está haciendo, qué problemas estamos atacando y cómo ellos podrían contribuir en el desarrollo positivo de Panamá”, expresó.
Por su parte, Nathalie usa sus redes sociales para contribuir con su grano de arena a este problema de falta de divulgación. Su proyecto “Compartiendo ciencia” fue iniciado con el propósito de dar a conocer “a través de redes sociales, sobre todo Instagram, información del área científica de una manera fácil y llamativa, y propagarla para que sea comprensible independientemente de la edad, el nivel de educación o el género de una persona”.
Además de “Compartiendo ciencia”, Ríos creó un programa al que llamó “Creando con colores” en el que se dedica a llevar a profesionales de diferentes áreas científicas provenientes de Azuero a los colegios de la península con el fin de que los estudiantes conozcan el potencial de la ciencia dentro de su territorio y despierte su curiosidad.
“La ciencia está centralizada en pocos lugares del país y esto [Creando con colores] les da oportunidad a los jóvenes de que aprendan sobre esta rama y conozcan el potencial que tiene”, enfatizó.
El futuro de la joven chitreana se define por su amor por la ciencia, sobre todo la metagenómica, rama que se define como “el estudio de la estructura y función de todas las secuencias de nucleótidos, aisladas y analizadas de todos los organismos (habitualmente microbios) en una muestra a granel” según el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano en Estados Unidos.
“La metagenómica se utiliza frecuentemente para estudiar una comunidad específica de microorganismos, como los que residen en la piel humana, en el suelo o en una muestra de agua”, continúa el instituto.
“Yo quisiera observar la evolución de los ecosistemas, mayormente acuáticos, y por medio de la historia buscar soluciones futuras a través de la biología molecular y la genética”, explicó Nathalie.
La joven científica reconoce que el camino no es fácil, pero vale la pena. Su consejo para las personas que les interesa la ciencia es sencillo: “deben atreverse a vocalizar sus metas, atreverse, salir de la zona de confort y vencer el miedo. No hay que dudar de nuestras aspiraciones ni de nosotros mismos y proponernos a cumplir todo lo que deseemos ya que con eso recibes el respeto que mereces”.