Cantar, un placer y un compromiso

Actualizado
  • 06/01/2012 01:00
Creado
  • 06/01/2012 01:00
‘Buenos días Esther’, escuche del otro lado del teléfono, extrañada por la familiaridad, pregunté ‘¿Hablo con Omara Portuondo?’, la resp...

‘Buenos días Esther’, escuche del otro lado del teléfono, extrañada por la familiaridad, pregunté ‘¿Hablo con Omara Portuondo?’, la respuesta fue afirmativa.

Me tomó algunos segundos ajustar mi oído y reconocer, a pesar de la distorsión creada por la comunicación telefónica, esa voz singular que he escuchado en algunas entrevistas por televisión, y claro, en sus discos, reproducciones que son más fácil de obtener a partir de las producciones de Buena Vista Social Club.

‘Estoy muy feliz de poder conocer por fin Panamá... después de tantos años esperando’, dijo la diva, en tono muy sincero.

Y, ¿le han contado algo de Panamá?, le preguntamos.

‘Yo nunca he estado allá, pero Pacho Alonso, un cantante cubano santiaguero, mulato bello, y un bolerista muy bueno, Fernando Álvarez iban mucho a cantar a Panamá y regresaban felices’, comenta, y agrega, ‘él siempre me cantaba, ‘panameña, panameña, panameña vida mía...’.

Me sentí privilegiada de tener una especie de concierto privado.

Faltan ya pocos días para que dé inicio el Panama Jazz Festival de este año, en el que Portuondo, junto con el pianista Chucho Valdés son invitados especiales.

¿Con qué repertorio nos obsequiará este dúo?

‘A Chucho no lo veo hace rato porque hemos estado trabajando en nuestros propios proyectos. Él ha estado en el exterior después del último concierto que tuvimos, pero nos pondremos de acuerdo, ahora cuando nos veamos y estoy segura que el repertorio que vamos a preparar les va a satisfacer muchísimo. De todas formas, si hay alguna cosa que usted considere significativa para poderla incorporar, yo encantada’, dice Portuondo y nuevamente escucho ‘Panameña panameña, panameña vida mía...’, eso aquí todo el mundo lo cantaba’.

Paso a comentarle, ‘es un tamborito muy emblemático nuestro’ y ella me responde, ‘Ah es como la Guantanamera nuestra...’.

Portuondo reitera lo complacida que está por su visita a Panamá , ‘aunque sea por unos dos o tres días’, ya que para ella, reperesenta ‘algo muy importante’, y agradece a Chucho Valdés y a Danilo Pérez por la invitación.

DESDE LOS 8 AÑOS

La música a llegó a al vida de Portuondo desde muy temprano. ‘Mi padre era jugador de béisbol, pero le gustaba mucho cantar’, recuerda. El apoyo fue tal que a esa edad ella ya sabía que se dedicaría a cantar.

Acompañada con un piano, en un cuarteto, y luego como solista, Portuondo se fue dando a conocer en diversos géneros, la mayoría de ellos tropicales y el llamado fili’n, una mezcla de música cubana con jazz.

Luego de la revolución de Castro, cuando muchos otros artistas partieron de la isla, Portuondo dijo ‘me quedo’.

‘Yo nací aquí, me gusta mi país, me encanta, es un problema de encanto. Me encanta haber nacido en Cuba. Mi corazón, mi alma y todo está aquí, yo respeto las opiniones y la sensibilidad de otra gente y ya, más nada. Yo quisiera que eso lo entendiera la gente, estoy tranquila en mi casita, con mi colchoncito, con mi canario que me está cantando aquí al fondo (y que podemos escuchar a través del teléfono)’.

Además, ella disfruta de la sencillez de su vida. ‘En mi casa vivo como me da la gana, ando en chancletas, yo soy una ‘mulata chancletera’. Yo soy de barrio, barrio, pero a quienes no les gusta ser así, las admiro y las respeto’.

Han pasad o los años, pero para Portuondo siempre en el escenario es como la primera vez.

‘Debo decirle que cada vez que se para uno en un escenario uno se pone tan nervioso... yo me pongo pero completamente nerviosa, increíble, pero es cierto, es muy emocionante’.

Comento a la cantante, ‘con como unas cosquillitas que le dan a uno antes de empezar...’, y ella me responde, ‘¡usted sabe cómo es la cosa!, un temblequeo de piernas y muchas cosas más, pero después que ves que el público te acepta y disfruta con lo que tú haces...’

Portuondo considera el oficio de cantar, algo muy importante, ‘tan importante como el de trabajar la tierra; empiezas a sembrar y vas viendo cómo la tierra te está dando, de acuerdo con tu espíritu, con tus ganas de dar cosas, esa es una satisfacción muy grande, son sensaciones muy especiales’.

Según la cantante, es allí en ese momento en que uno se da cuenta de la responsabilidad que tiene de que a la gente le satisfaga lo que uno está haciendo’.

La diva de Buena Vista Social Club se siente embajadora de la música cubana, ‘una música que ha tenido éxito en el mundo entero , canciones que están allí, a pesar de todo el tiempo, que son lindas, que tiene lindas melodías que la gente la disfruta’.

Por eso es que no piensa ni remotamente en el retiro. ‘No, hasta el final, como dice la canción’,

Y todo esto es por una sencilla razón.

‘Si usted me dice ‘Omara ven, y yo voy y canto, y usted disfruta y yo disfruto también, eso es todo. No es el hecho económico, el dinero le hace falta a todo el mundo para las cosas necesarias de la vida, pero lo más gustoso es que estás haciendo algo que te gusta y que le gusta a la gente que aplaude y se sienten felices. ¿Qué mejor que eso para el ser humano? ¿la felicidad, verdad?’.

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