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- 10/03/2024 00:00
- 09/03/2024 17:00
La autoconsciencia es la base del aprendizaje, del desarrollo, del cambio. Es un fundamento de la inteligencia emocional, y lo que nos permite construir mejores relaciones, lograr mejores resultados, con un nivel superior de bienestar.
En su libro Insight, Tasha Eurich nos dice que 95% de las personas creen que son autoconscientes, pero que en realidad este numero es mucho más bajo, en el orden del 12% al 15%. La autora entiende autoconsciencia como “la voluntad o habilidad de entender quién somos, incluyendo aspectos como nuestros valores y patrones (autoconsciencia interna), y como los otros nos perciben (autoconsciencia externa)”.
El proceso de desarrollo de la autoconsciencia implica espacios de reflexión, apertura a la introspección, pero también disposición a observar y a escuchar las percepciones de otros, a solicitar feedback.
En los procesos de coaching verificamos que cuando empezamos a explorar con nuestros clientes sus valores, talentos, pasiones, fortalezas, patrones, detonantes, entre otros, estos identifican no ser tan sencillo e incluso ser más retador de que al inicio considerarían. Que no es tan evidente como podríamos pensar, identificar lo que nos mueve, nos hace únicos y nos diferencia, ni identificar nuestros patrones de comportamiento.
Es necesario dedicar tiempo y reflexión a tomar consciencia de lo que nos distingue, de nuestros patrones de reacción, de las creencias y suposiciones que habitan detrás de nuestras acciones. Todos tenemos puntos ciegos, a nivel de conocimientos, emociones y reacciones de los cuáles no somos conscientes, y a los cuáles se nos dificulta acceder sin retroalimentación de otros.
El proceso de coaching proporciona el espacio reflexivo y creativo, que muchas veces no tenemos en el día a día, de momentos dedicados a conectar con quién somos, que queremos, para que lo queremos y a explorar opciones de acción que potencien mejores resultados y bienestar.
Cuando conectamos con nuestro propósito, con nuestros valores, con la esencia de quién somos y de lo que valoramos, acedemos a una fuente de energía y motivación que enfoca nuestras acciones y nos apoya a desarrollar la flexibilidad y resiliencia necesarias para lograr nuestros objetivos y bienestar.
En el proceso de toma de consciencia accedemos y podemos apalancarnos en nuestros recursos internos, y desde ahí identificar también los recursos externos que necesitamos.
Los autores Travis Bradberry & Jean Greaves, en su libro Inteligencia Emocional 2.0, exploran algunas estrategias para desarrollar la autoconciencia personal, entre ellas el aprender a identificar las emociones cognitiva y físicamente, a no clasificarlas en buenas o malas, a no ignorarlas, mismo cuando incomodas, y si a reconocerlas y a dejarlas ir.
Otras estrategias identificadas son la práctica periódica del journaling y de la obtención de retroalimentación como forma de observarnos desde la distancia, identificando patrones de comportamientos y detonantes en situaciones de estrés.
La práctica de reflexión periódica o de la meditación son estrategias para conectar con nuestra esencia, con nuestros valores, y de hacernos un regular chequeo mental y físico, para mantener nuestra salud mental y prevenir situaciones de burnout.
En nuestras interacciones con otros podemos también desarrollar nuestra autoconsciencia social, a través de la práctica de la atención plena, de la presencia, de la escucha activa, de la empatía.
Desde la curiosidad podemos observar al otro, o los otros desde su mundo, preguntar y tratar de entender a otros desde su experiencia de vida, creencias, suposiciones o su cultura.
Un coach profesional reconoce que la autoconsciencia es la base para que su cliente logre sus objetivos, y trabaja con el desde esa base en la definición de estrategias especificas a cada caso.
La autoconsciencia es también importante en el trabajo con equipos y en el desarrollo organizacional, en la identificación de dinámicas de interacción y patrones de comportamiento.
La autoconsciencia personal y social es un proceso de aprendizaje, una búsqueda de la maestría personal.
Mis estrategias preferidas son el chequeo emocional y el journaling, colocando mis reflexiones en el papel o grabarlas, para poder regresar a ellas y obsérvalas desde la distancia.
Estimado lector, ¿cómo te aseguras de desarrollar tu autoconsciencia? ¿cuáles son tus estrategias preferidas?
La autora es PCC (ICF Professional Certified Coach), Coach en procesos de desarrollo profesional, liderazgo y equipos, y miembro de ICF Panamá.