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- 16/03/2025 00:00
- 15/03/2025 14:11
A pesar del triunfo panameño durante la Guerra de Coto (1921) en el aspecto bélico, el istmo tuvo que realizar varios sacrificios para poder llegar a este resultado.
No solo nos costó la pérdida de Coto y margen oeste de la cuenca del río Sixaola por presiones de Estados Unidos, sino que vidas humanas que lucharon por el país en este conflicto también fueron cobradas.
La última tragedia que sucedió durante el contexto de la Guerra de Coto fue a finales del enfrentamiento con la tragedia ferroviaria cerca del puerto de Pedregal, en Chiriquí, en donde murieron ahogados cuatro combatientes que regresaban a sus hogares.
Un vagón del ferrocarril de Chiriquí, en el que viajaban otros seis oficiales, se desprendió y cayó en un estero. Solo dos de los ocupantes lograron sobrevivir.
Cuando los soldados panameños que sobrevivieron a la Guerra de Coto, liderados por el general Manuel Quintero Villareal, llegaron a David, fueron recibidos como héroes por la población y de la misma manera fueron homenajeados en la capital del país por el presidente Belisario Porras.
Mientras que las vidas de Benjamín Zurita, Arcadio Porto, Francisco Durán y el coronel Tomás Armuelles eran veladas por sus familiares tras ser víctimas de lo ocurrido en el puerto de Pedregal. No fue hasta el 24 de agosto que el presidente Porras decreta duelo nacional por un mes debido a las muertes panameñas ocasionadas por la Guerra de Coto.
Tomás Armuelles nació en el seno de una familia conformada por Fidel Armuelles y María de los Santos Pérez. En 1900, durante la Guerra de los Mil Días, se unió a las fuerzas liberales lideradas por Belisario Porras, que desembarcaron en Punta Burica procedentes de Nicaragua. Como integrante del batallón “Líderes de Chiriquí”, combatió bajo las órdenes del general Manuel Quintero Villarreal en enfrentamientos clave como la batalla de la Negra Vieja, la batalla de Corozal y la batalla del Puente de Calidonia, donde las fuerzas liberales fueron derrotadas el 26 de julio de 1900.
Tras la derrota, Armuelles se retiró de la vida militar, pero en 1902 se reincorporó a las filas liberales bajo el mando del general Quintero Villarreal, estableciéndose en la bahía de Charco Azul hasta el final del conflicto.
Años más tarde, en febrero de 1921, cuando Panamá ya se había consolidado como nación independiente, Armuelles asumió el rol de jefe de la policía de Chiriquí y lideró la avanzada panameña en la Guerra de Coto, un conflicto territorial contra Costa Rica por la región de Pueblo Nuevo de Coto. Junto al coronel Laureano Gasca, logró la rendición pacífica de las fuerzas costarricenses en el poblado y resistió con éxito las emboscadas posteriores.
Finalizado el conflicto en marzo de 1921, las tropas panameñas emprendieron el regreso a la capital para recibir honores. Sin embargo, el 18 de marzo, falleció en el trágico accidente ferroviario en el puerto de Pedregal.
A raíz de esto, la Policía Nacional de Chiriquí declaró nueve días de luto, y en su honor, se decidió renombrar el puerto de Rabo de Puerco como Puerto Armuelles, reconociendo su papel en la historia militar panameña.
Tras la guerra, Panamá intentó apelar el diferendo fronterizo ante Estados Unidos, pero este país mantuvo su postura en favor del fallo White, dejando a Panamá sin más opción que acatarlo.
Ante la inminente ocupación definitiva de la zona de Coto por parte de Costa Rica el 5 de septiembre, información que fue confirmada por el embajador estadounidense en Panamá, William Jennings Price, el gobierno panameño ordenó el cierre de oficinas gubernamentales y comercios privados ese día.
Se propuso realizar una procesión popular, pero la idea fue descartada debido a presiones de Estados Unidos, que temía que la manifestación pudiera fomentar un sentimiento antiestadounidense. Como respuesta, los panameños optaron por reunirse en los parques en silencio, mientras que en Costa Rica la ocasión fue celebrada con júbilo.
A pesar del fallo White, los problemas limítrofes entre ambos países se resolvieron definitivamente con la firma del Tratado Arias-Calderón Guardia en 1941.
El 31 de enero de 1962, el gobierno panameño reconoció oficialmente a los combatientes de la Guerra de Coto como veteranos, otorgándoles beneficios sociales. El último soldado panameño sobreviviente, José María Peralta, falleció el 26 de junio de 1996.
Por su parte, Costa Rica erigió en 1961 dos monumentos en honor a los caídos en la guerra, ubicados en el Parque Morazán en San José, así como un tercero en Pueblo Nuevo de Coto. Durante años, el conflicto permaneció en gran medida invisibilizado, hasta que en 2008 se inició su conmemoración a nivel local, y en 2015 fue oficialmente incluido en el calendario escolar costarricense a nivel nacional.