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A 101 años del nacimiento de Ramón H. Jurado
- 28/05/2023 00:00
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Mañana lunes 29 de mayo se conmemora el 101 aniversario del natalicio de Ramón H. Jurado, destacado escritor, filósofo, economista y diplomático, considerado “protagonista del siglo XX panameño”. Dejó plasmado en su obra y quehacer su permanente preocupación por la identidad y destino de la patria.
Jurado nació el 29 de mayo de 1922 en Pocrí, Aguadulce. Era hijo del insigne poeta Ricardo Miró y de la señora Bertilda Jurado. De acuerdo con su biógrafo Juan Bosco Bernal (Ver Protagonistas del Siglo XX Panameño, tomo 5), su padre no le negó el apellido Miró, pero su hijo prefirió tomar el de su madre, con quien se crió.
Jurado vivió su juventud y alcanzó la edad adulta en un momento en que Panamá contaba ya con una masa crítica de hombres educados, conscientes de la situación de colonia en la que vivía el país tanto como de la necesidad de independizarlo de los norteamericanos. A esta toma de conciencia habían contribuido la creación de la Universidad Nacional en 1935, la llegada de cientos de inmigrantes españoles que huían de la Guerra Civil, así como la formación de grupos como el Movimiento Acción Comunal y los partidos socialista y comunista, que “aportaron marcos doctrinarios y matices estratégicos a las protestas y demandas de la sociedad”, señala Bernal.
Como miembro de la Unión de Estudiantes Universitarios de Panamá, Jurado perteneció a la llamada “Generación del 44” responsable de la fundación, en febrero del año 1944, de la Federación Nacional de Estudiantes de Panamá, una agrupación que tendría destacada participación en la vida nacional en las décadas del 40 y 50, sobre todo a través del grupo estudiantil Frente Patriótico de la Juventud, del cual Jurado fue ideólogo y dirigente. Posteriormente, llegaría a ser miembro del directorio del Partido Frente Patriótico, además de secretario y candidato a diputado en 1948 y 1952.
De acuerdo con su compañero de luchas Jorge Illueca, “Monchi” vio siempre con desconfianza la llamada “aventura canalera” y la supuesta vocación de “servicio universal” representada en el lema “promundi beneficio”, colocada en el escudo nacional. Consideraba este planteamiento como una falsedad de carácter propagandístico que había alejado al país de su identidad, más ligada al campesinado y a la tierra. A través de su obra literaria y de sus actuaciones políticas intentó rescatar esa “patria olvidada, rendir “culto al ruralismo” y presentarlo como la base verdadera de la nacionalidad. También combatió lo que consideraba una rampante corrupción en el desempeño de la administración pública durante su época.
Como su padre Ricardo y su hermano Rodrigo, Jurado manifestó su inquietud por la literatura desde sus tiempos de estudio en el Instituto Nacional. Tras obtener su título de Bachiller en Letras, se inscribió en la Universidad de Panamá donde obtuvo una licenciatura en Filosofía e Historia. El resto de su vida seguiría escribiendo y participando en el periodismo escrito y radial, llegando a ser creador del periódico Voz Universitaria, director del suplemento dominical de El Panamá América (1945-1949 y 1950-1952) y publicando novelas, cuentos, ensayos y un par de obras de teatro.
Sus obras más destacadas fueron las novela San Cristobal, Desertores y El Desván, que la Biblioteca Nacional tiene a disposición de sus lectores en línea.
Con San Cristobal, Jurado obtuvo el primer premio del Ministerio de Educación en 1943, con motivo de la celebración de la Semana del Libro. Esta novela se sirve de una atmósfera lúgubre para ir develando las injusticias del sistema de explotación laboral en un ingenio azucarero así como el pensamiento supersticioso de la gente del campo panameño.
Con Desertores logra el segundo premio del Concurso Ricardo Miró en 1948. Al ser decretada “de lectura obligatoria” en todas las escuelas del país, esta obra considerada una de las grandes biografías noveladas de Victoriano Lorenzo contribuyó a dar a conocer al público juvenil panameño la heroica y trágica vida del “Cholo”, desde la infancia hasta el momento de su fusilamiento.
En 1949 ganó otra vez un tercer puesto en el Concurso Miró con En La Mira, pero tal vez su obra más conocida fue El Desván, descrita por Renato Ozores como un relato aterrador y frío que presenta la infinita tragedia de un hombre llamado Federico Calvo, que contempla en vida cómo las ratas devoran su carne y su osamenta.
Un tiempo y todos los tiempos, compilación de cuentos escritos en distintas épocas, entre los que destaca “Piedra”, publicado en 1944, un anticipo a su novela El Desván, pieza clave de la novela contemporánea panameña.
En 1970 escribió “El Lucro” donde plantea algunas reflexiones laborales como economista y literato. En 1972 publicó “El lucro, la escasez y la violencia”.
Ramón H. Jurado tuvo grandes amigos, que dejaron testimonio de su personalidad, en apariencia alegre y cordial, pero esencialmente romántica y melancólica. Carlos Iván Zuñiga dijo de él que también fue un magnifico retratista y compositor, pero que no se desarrolló en estas artes pues su pasión estaba en la literatura y la política.
Ocupó, entre otros cargos para el estado panameño: Director General de Cultura y Publicaciones del Frente Patriótico de la Juventud; Director del departamento de Bellas Artes del Ministerio de Educación; empleado del Instituto de Vivienda y Urbanismo y gerente del Banco de Crédito Popular.
Los últimos tres años de su vida fueron de servicio público como embajador de Panamá ante el gobierno venezolano. “Su amistad entrañable con el presidente Carlos Andrés Pérez y su diálogo americanista con los dirigentes más caracterizados de Venezuela, en los anchos campos de la cultura, constituyeron magnífica ayuda para la causa de la defensa de los intereses panameños en la cuestión del Canal de Panamá, a la cual tanto han contribuido, con generoso desprendimiento, el Gobierno y el Pueblo de Venezuela”, señaló Jorge Illueca, designado por el presidente Arìstides Royo como representante del gobierno en su funeral. Había muerto de forma repentina el 3 de noviembre de 1978, mientras viajaba a Caracas para notificar el término de su misión diplomática allá.
De él diría el periodista Mario Velásquez: “Monchi Jurado formó parte de ese reducido y escaso grupo de personas que viven con plena autenticidad…. Vivió como él quiso; a veces impronosticable, inconstante, alegre, vivencial y romántico, pero siempre con una radiante exposición de su talento, de su inteligencia y de su don de gentes. En un mundo donde se disimulan y presumen tantas falsas virtudes y huecos talentos; donde la petulancia y la osadía de muchos los llevan a pensar que con dinero, rango social o efímero poder se pueden adquirir los atributos superiores de la cultura y de la inteligencia, Monchi Jurado reunió generosamente esos atributos y los llevó como un gran señor, como parte integrante y natural de su personalidad”.
La obra de Ramón H. Jurado ha sido puesta a la disposición del lector panameño a través del esfuerzo de digitalización de la Biblioteca Nacional de Panamá. Se puede acceder a ellas a través del catálogo en línea de la página web y en la revista Lotería, que le dedicó el volumen No. 279, de enero de 1979.