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- 08/08/2011 02:00
- 08/08/2011 02:00
PANAMÁ. Mientras que por estos días en la Caja de Seguro Social (CSS) sólo se habla de las profundas fallas que dieron con la infección masiva de la bacteria KPC —que arrojó 20 muertos—, alrededor de esta cruenta historia no deja de hilarse la desidia financiera a la que dos gobiernos han arrinconado a la entidad.
Aún carente de recursos y con una proyección financiera en picada, hay recursos que, según ley deben ingresar a las arcas de la CSS, y contrario a eso, le han danzado al frente. Y durante seis años.
Los números apuntan a la comercialización de 22 de las 24 hebras estatales de fibra óptica, clave para la difusión de datos digitales.
Se trata de un negocio que —según plantearon los trabajadores del sector eléctrico en las reformas a la Ley 51 de la Caja de Seguro Social, en 2005—, sacaría del hoyo negro al fondo de jubilaciones: cada hebra podría generar hasta 250 millones de dólares anuales. Y 22 hebras generarían 5 mil 500 millones de dólares por año, con 18% de rentabilidad.
De ese, o cualquier otro total, la CSS tiene que recibir 10% de los ingresos netos.
LA REALIDAD FINANCIERA
Sin embargo, la prebenda quedó sólo en el tintero de la moción. Hasta hoy, el fondo de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) —que a diciembre pasado registró un déficit de 147 millones de dólares— no ha percibido siquiera un centavo por la fibra óptica. En los estados financieros de la CSS no hay pistas de la fibra óptica.
José Alba, representante de los trabajadores ante la Junta Directiva de la CSS, y miembro de la Comisión de Inversión y Riesgo, confirmó la situación, y sostuvo que sobre el tema ya se ha cuestionado a la actual administración, sin recibir una respuesta en firme.
En marzo pasado, durante una reunión con los directores del Seguro, la comisión, responsable de analizar y recomendar las políticas de inversión de la entidad, sólo supo que ‘en el Ministerio de Economía y Finanzas no han dicho nada’.
‘Actualmente tienen un secreto con ese tema’, enfatiza Alba.
Pero el secretismo al que alude Alba dibuja detrás una millonaria preocupación. Tomando como base los cálculos hechos en 2005 para las reformas a la ley de la CSS, a 2011 la entidad debió recibir unos 150 millones de dólares por cada una de las hebras de fibra que se estuviesen comercializando. Entonces, sería más fácil pensar en superávit que en déficit.
Empero, fuera de las líneas internacionales que pasan por Panamá, y las dos líneas administradas por la estatal Empresa de Transmisión Eléctrica (Etesa), no hay registros de movimientos con las de propiedad estatal.
DE 2009 A 2011
El ex director de la CSS René Luciani (en cuyo período se aprobó la Ley 51) se limpia de dudas. Asegura que a su salida, en octubre de 2009, ‘al Seguro no había entrado nada’.
‘Esa es una inversión privada que la Caja de Seguro Social no puede promover’, explica Luciani.
De todos modos, amplía el exfuncionario, ‘la CSS debería estar al tanto. La Unidad de Inversiones’.
—¿Y en su período se estuvo?, pregunta este diario.
—Presumo que sí, responde Luciani.
Sin embargo, el gerente de Etesa, Fernando Marciscano, asegura que en cuanto a la comercialización aún no hay nada en concreto. ‘Estamos viendo cómo trabajaremos la fibra, viendo cuál es la mejor metodología’.
Otras fuentes aseguran que pese a que han pasado seis años de la Ley 51, todavía está pendiente la reforma a la Ley 9 de Etesa, que le permitiría comercializar la fibra óptica.
‘ES UNA NEGLIGENCIA’
Para el ex director de la CSS Rolando Villalaz, el hecho de que los fondos todavía no lleguen a la CSS es ‘una actitud negligente’.
‘Hay que revisar qué pasa. Por qué no hay constancia, eso es una omisión’, sostiene.
Con él coincide el también ex regente de la CSS Juan Jované, quien, incluso, plantea pagar a la entidad intereses por el lucro cesante, que ocurre cuando hay una pérdida de una perspectiva en firme de beneficio.
LAS POSIBILIDADES
Si la Caja de Seguro Social hubiese estado percibiendo los ingresos por la fibra óptica, no habría que pensar en el déficit del IVM ni mucho menos habría dolor de cabeza por la exigencia de los jubilados de un aumento en sus pensiones, que costará cerca de 60 millones de dólares anuales.
De hecho, sin el apoyo económico del Ejecutivo, y con apenas dos de las hebras de fibra óptica comercializándose, la CSS podría afrontar ambas responsabilidades, y hasta le sobrarían otros 95 millones de dólares. Sin embargo, en seis años no ha recibido nada.
‘Si recibiéramos esos ingresos, no tuviéramos problemas’, agrega José Alba.
Pero la realidad dista mucho, y sin devengos por la fibra óptica, el Seguro se enrumba a un 2019 con 400 millones de dólares en déficit.
Incluso, contrasta con el discurso presidencial de la toma de posesión del actual director Guillermo Sáez- Llorenz. ‘La independencia política del nuevo director de la CSS será un factor determinante para resolver los problemas de la entidad de seguro social’, aseguró el presidente Martinelli.