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Asamblea busca facilitar la importación de medicamentos solo con registros del EMA y FDA
- 14/02/2022 00:00
- 14/02/2022 00:00
Los altos precios de los medicamentos están poniendo en riesgo la vida de los pacientes quienes se preguntan cómo es posible que en países vecinos y hasta del primer mundo, los fármacos se compren hasta 500% por debajo de lo que se consigue en el mercado local.
Una muestra de que en el país se paga mucho más que en otros es el medicamento Prolia de 60 mg, para tratar la osteoporosis. En Colombia, la caja cuesta $184, en Panamá $507. El Eliquis de 2.5 mg, un anticoagulante, cuesta $33 en Colombia y $108 en Panamá, la caja de 100 mg. Plavix de 75 mg, para prevenir la formación de coágulos sanguíneos, cuesta $10 en Colombia y $44 en Panamá, la caja de 28 tabletas.
Una iniciativa legislativa del diputado Leandro Ávila propone importar “sin intermediarios” la compra de medicamentos e insumos médicos para abastecer las farmacias y hospitales del sector público y reducir los precios.
El principal problema del mercado farmacéutico panameño es que no existen muchas empresas que distribuyen los medicamentos. Los mismos se encuentran en manos de unos tres conglomerados que son quienes tienen el monopolio de los medicamentos, explicó el diputado.
A esto se le suma que el mercado local de suministros y venta de medicamentos depende en un 95% de productos importados. En la actualidad, el país solo tiene un índice de producción del 6% de los medicamentos que consume la población. Y, aproximadamente desde 2009, se ha generado un deterioro en el abastecimiento de las medicinas, que ha sido generado por las prestaciones de los servicios de salud (citas y cirugías atrasadas) y, especialmente por el sistema de licitaciones para las compras públicas, apuntó el diputado.
Para suplir la demanda, Panamá adquiere medicamentos de fabricantes internacionales, lo cual es inconveniente para la salud pública, porque la burocracia del registro sanitario eleva los costos de introducción dilatando el acceso a los pacientes.
Y, por ello, se hace necesario una política de compras internacionales directa con las farmacéuticas, sugirió el diputado Ávila.
El proyecto de ley que presentó tiene tres componentes. El primero de ellos, autoriza al Ministerio de Salud, como regente del sector, y a la Caja de Seguro Social (CSS) para que puedan importar medicinas para abastecer a los centros públicos.
“Entiendo que si el Minsa y la CSS tienen medicinas, la inmensa mayoría del pueblo panameño se va a beneficiar y (el sector privado) ellos se van a ver obligados a bajar los precios a una realidad nacional”, explicó Ávila.
La iniciativa legislativa también plantea que ambas instituciones públicas (CSS y Minsa) pueden introducir medicamentos con los registros sanitarios de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), de los Estados Unidos, y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
“Obviaría, el Minsa y la CSS la necesidad de pasar por los registros sanitarios nacionales...”, apuntó el proponente.
La Ley 1 de 2001 permitía la importación paralela de medicamentos que tengan registro sanitario vigente, pero la reglamentación lo hizo imposible.
Consultado por La Estrella de Panamá, el Minsa aseguró que el actual sistema de registro sanitario garantiza la eficiencia, eficacia y calidad del producto. Agregó que además, al tener registro sanitario se evita el contrabando y las demandas. Según el ente rector de la salud, nadie puede garantizar que un producto sea de calidad, si no tiene registro sanitario.
Rosa Buitrago, decana de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Panamá, reconoce que existe un problema con el acceso a medicamentos que podría estar relacionada al alto precio y el desabastecimiento.
Pero, en su criterio, suprimir el proceso de registro sanitario afecta la calidad de los medicamentos con serias consecuencias para la seguridad y eficacia.
A juicio de la académica, es mejor propiciar la fabricación local de medicamentos otorgando incentivos que hagan atractiva la actividad y establecer convenios con casas farmacéuticas que garanticen un precio estable por tres a cinco años. Pero, en todos los casos, "conservar el registro sanitario, la farmacovigilancia y la educación a pacientes", advirtió Buitrago.
Por último, la decana de la Facultad de Farmacia dijo que “ninguna agencia de alto estándar ni país desarrollado permite el ingreso de medicamentos a sus países sin que sean sometidos al proceso de revisión que otorga el registro sanitario, también llamado autorización para comercialización, hacerlo expondría a nuestros pacientes a graves riesgos".
El proyecto de ley del diputado Ávila también propone que cualquier farmacéutica que quiera venir a establecerse al país podrá hacerlo en las zonas francas para que en un tiempo, los impuestos sean lo más mínimo posible.
Desde la fabricación hasta la venta del medicamento al consumidor, el precio se incrementa exponencialmente.
El proceso implica que el laboratorio fabricante lo suministre al distribuidor, que puede incrementar el precio hasta un 25%.
En la cadena de comercialización, el último eslabón es la farmacia, que podría subir el precio del medicamento hasta un 30%. “Y como no hay control sobre ese porcentaje, podría ser mucho mayor”, agregó la farmacéutica, que pidió reservar su nombre
Sin embargo, la Cámara de Comercio Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) está convencida de que la regulación de los precios de los medicamentos terminan perjudicando directamente al consumidor, al empleo y a la inversión.
En todo caso, el gremio de empresarios e industriales propone que se realice un estudio de costos a la largo de la cadena de abastecimiento en la región centroamericana y el Caribe, que incluya incluso a países sudamericanos con condiciones similares a Panamá, para poder evaluar la realidad del mercado local y los factores determinantes en el precio y en base a esto analizar alternativas que conlleven a una mejora en los costos de los medicamentos.