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- 16/09/2014 02:00
- 16/09/2014 02:00
Los diputados sentaron ayer en ‘el banquillo de los acusados’ al ministro de Seguridad Pública, Rodolfo Aguilera, y a los directores Javier Carrillo y Omar Pinzón, de Migración y la Policía Nacional, respectivamente.
El plato fuerte fue las ferias migratorias Crisol de Razas y su vinculación con los delitos y crímenes en el país.
Una vez más, el ministro Aguilera defendió las ferias migratorias y las desvinculó del crimen organizado, que empieza a tener un modus operandi al estilo de la región.
Aguilera reiteró que de los 48 mil regularizados en cuatro años, solo nueve han estado vinculados a delitos.
Entre los controles, mencionó que al implementar las citas vía Internet, pueden verificar a los ciudadanos que intentan regularizarse y constatar su estatus legal con sus países de origen.
Aguilera explicó el fin de semana en un programa de televisión que al suprimir estas ferias, usadas por Migración como un mecanismo de control de extranjeros, se tendrá que aumentar el número de funcionarios en aeropuertos y puntos de entrada y salida el país, además de coordinar trabajos con la Policía Comunitaria.
El diputado Javier Ortega denunció, a modeo de ejemplo, que recientemente acudió a un restaurante de la ciudad de Panamá en el que encontró cuatro panameños trabajando y el resto eran extranjeros que tenían en Panamá solo dos meses.