Venta inmediata o liquidación forzosa para Balboa Bank

Sin la licencia general de operación emitida por la Oficina de Control de Activos en el Extranjero (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos se complica el funcionamiento de Balboa Bank & Trust, en proceso de reorganización tras su inclusión en la ‘Lista Clinton' por un proceso contra uno de los miembros de su junta directiva por blanqueo de capitales.

‘LA INTERVENCIÓN DE LA SUPERINTENDENCIA DE BANCOS DE PANAMÁ NO ES CUESTIONABLE. LA SBP HUBIERA SIDO IRRESPONSABLE SI NO HUBIERA INTERVENIDO EL BANCO POR EL DAÑO REPUTACIONAL',

ELOY ALFARO

REPRESENTANTE DE LOS DIRECTIVOS DEL BANCO

El permiso emitido por EE.UU. expiró el pasado 7 de abril.

Este revés presiona a una venta inmediata o, como última alternativa, una liquidación forzosa que solo garantizaría el pago de los depósitos menores de $10 mil y a largo plazo.

El 5 de mayo de 2016, OFAC identificó a Nidal Waked -tesorero del banco-, como parte de una red denominada ‘Waked Money Laundering Organization', supuestamente vinculada al lavado de dinero, y los sometió a un bloqueo comercial, impidiendo a ciudadanos y empresas estadounidenses hacer negocios con los señalados, bajo amenaza de graves sanciones económicas y cárcel, a menos que OFAC emitiese licencias que permitiera a personas estadounidenses proveer bienes y servicios a los listados.

ESTRUCTURA SOCIETARIA

El Balboa Bank & Trust es una entidad subsidiaria de Strategic Investors Group, que en 2010 se hizo por $ 15.5 millones como consecuencia de la intervención de la filial en Panamá de Stanford Bank, cuyo dueño fue acusado de fraude por Estados Unidos.

Stanford International Bank era un banco con sede en el Caribe , que operó desde 1986 hasta 2009, cuando entró en suspensión de pagos. Era una filial del Stanford Financial Group y fracasó cuando las autoridades de los Estados Unidos a principios de 2009 tomaron control de las empresas de Allen Stanford como resultado de una investigación por fraude y conspiración.

La filial panameña, sin embargo, no estaba contaminada ni con los fraudes ni con los desfalcos por los que era señalado su propietario en distintas partes del mundo. Los depósitos de Stanford Bank fueron traspasados a Balboa Bank & Trust. Así nació Balboa Bank & Trust.

El holding Strategic Investors Group (SGI) es el único accionista del Balboa Bank & Trust. Esa compañía tiene veintinueve accionistas: un 21.3% pertenece a Ahmad Waked -padre de Nidal-, quien recibe los beneficios finales. Otras tres sociedades anónimas concentran el 20.4%, 12.4% y 6.1% de las acciones del banco. El restante 40% se lo dividen 25 accionistas más.

Nidal era el representante de su familia en la junta directiva del banco que está compuesta por trece miembros, entre ellos, Ramón Fernández Quijano (presidente), Arturo del Valle Cueto (vicepresidente), Julianne Canavaggio (secretaria), Carlos Fernández (director), Dennis T. Lindo (director), Guillermo Romagosa (director), Ricardo Fábrega (director), Roberto Roy Ortega (director), Alberto Villageliu (director externo), Jaie Gamboa (director externo), Antonio Del

Valle Velásquez (director suplente), Ramón Fernández Velásquez (director suplente) y Ramón Fernández Morales (director suplente), según consta en el Registro Público.

El mismo 5 de mayo en que la OFAC anunció la sanción contra la entidad financiera, la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) anunció la intervención de Balboa Bank, por sus nexos con Nidal Waked.

‘Esto pone en peligro los intereses de los depositantes toda vez que el prestigio del Grupo Bancario está en entredicho y una parte sustancial de los activos líquidos están colocados en jurisdicciones extranjeras sujetas a aprehensión por parte de las autoridades estadounidenses', dijo entonces el regulador bancario.

El banco tenía cinco sucursales y 172 empleados, y tiene un capital de $50 millones, según datos del sitio web del fiscalizador bancario. Al cierre de 2015, el banco reportaba activos por $567 millones, según reportes de la SBP.

‘Nadie puede cuestionar la acción de la SBP. Con el daño reputacional que se iba a producir, la SBP hubiera sido irresponsable si no interviene el banco', señaló Eloy Alfaro, que representa a los directivos del banco.

Tras la inclusión del banco en la Lista Clinton, por operación de la Ley bancaria, todos los ejecutivos y los miembros de la junta directiva del banco fueron excluidos de la administración del banco, aun cuando solo uno de ellos era sujeto de investigación por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.

La directiva del banco, por su parte, solicitó a la SBP una auditoría forense de las personas que estaban enlistadas y sus cuentas con el banco para determinar si hubo lavado de dinero. La SBP realizó una auditoría general.

La auditoría verificó las declaraciones de efectivo firmadas por los clientes que el banco recibía y nunca se determinó blanqueo de capitales.

Esas declaraciones de efectivos fueron comparadas con los informes que el banco enviaba a la SBP y a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) y ‘coincidieron perfectamente. El banco no estaba escondiendo nada', señaló Alfaro.

Posteriormente, en julio de 2016, el regulador bancario ordenó la reorganización de Balboa Bank & Trust.

La acción implica entregar de nuevo el banco a sus accionistas y a su directiva o vender el banco.

OFAC, sin embargo, ha impuesto como condicionante que ninguno de los accionistas o miembros de la junta directiva siga formando parte del banco por la acusación de lavado de dinero. Aunque, once meses después, la oficina del Tesoro de los Estados Unidos no ha presentado las pruebas que demuestren actividad ilícita alguna en el banco.

VENTA CONTRARRELOJ

La alternativa más sensata sería la venta, pero no deja de ser un proceso complicado por las condiciones impuestas por la OFAC. Trece grupos bancarios —once locales y dos extranjeros— mostraron interés inicialmente , pero los requisitos que pide la OFAC pusieron en riesgo la operación.

La oficina del Tesoro de los Estados Unidos solicita que todos los dividendos de la venta de las acciones sean puestos en un fideicomiso hasta tanto los accionistas y los directivos sean retirados de la ‘Lista Clinton' o hasta que OFAC decida liberarlos. Los 29 accionistas accedieron a la solicitud de OFAC para proteger los intereses de los depositantes.

Otra de las exigencias es que la familia de Nidal Waked aceptara poner sus depósitos en un fideicomiso hasta que OFAC decida liberarlos.

La OFAC también deberá aprobar al banco comprador. Un solo banco de capital costarricense (BCT, S.A.) terminó interesándose en la venta; sin embargo, el precio que se ofrece no cubre depósitos del banco ($80 millones de un total de $447.5 millones) ni de la inversión de los accionistas ($50 millones), conoció de una fuente muy cercana al proceso, este medio de comunicación.

La venta también implicaría la exclusión de la ‘Lista Clinton' y la liberación de los bienes incautados, cuando así lo decida el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Mientras que la liquidación forzosa tomaría años. Los únicos depósitos que estarían garantizados en ambos casos son los menores a $10 mil.

La no renovación de la licencia implica dificultades prácticas para las operaciones del banco, lo que pone presión para una venta inmediata o una liquidación forzosa de forma que exista sustento para solicitar una licencia especial para cerrar una de las dos transacciones, explicó Alfaro.

La SBP, por su parte, se limitó a indicar a este diario que ofrecerá información sobre el caso en el momento oportuno.

La OFAC mantiene retenidos $80 millones de los depositantes más $20 millones de valores en custodia.

Según ese Departamento del Tesoro de EE.UU., el banco facilitaba las actividades de blanqueo de capitales. Así mismo argumentó que su tesorero mantenía control de las actividades del banco.

Nidal Waked, sin embargo, no tenía acciones en el banco, aunque era miembro de su junta directiva, en representación de su padre.

Mañana: ‘Depósitos en riesgo'.