Santa Librada, tradición y vivencia de fe

  • 19/07/2014 02:01
Una fiesta esperada. Fervor que se percibe cada año con la fiesta de ‘La Moñona’, la milagrosa patrona de los santeños

La tradición folclórica panameña es rica y abundante en manifestaciones y los pueblos interioranos se preocupan por conservar las festividades religiosas.

Una de las más esperadas es la de Santa Librada, la patrona del pueblo de Las Tablas.

Miles de devotos, nacionales y extranjeros, asisten todos los años, especialmente los días 19 y 20 de julio, para participar del conjunto de eventos que se realizan en honor a ‘La Moñona’ o ‘La Chola’, como la llaman.

La historia relata que a principios del siglo XVIII, un grupo de hombres formaban parte de una expedición contra piratas ingleses, comandada por el almirante Gil Jacinto Barahona. Estos hombres arribaron a las playas de Mensabé, por los lados hoy conocidos como ‘Boca de La Laja’.

Dos pescadores guiaron a estos hombres tierra adentro hasta una aldea llamada La Ermita de la Santa Cruz, donde habitaban varias familias dependientes de la ciudad de Natá de Los Caballeros y de La Villa de Los Santos. Dicha aldea estaba situada en el popular barrio de Punta Fogón, como se le conoce en la actualidad en Las Tablas.

Los nuevos pobladores, que construyeron sus casas con los restos de sus desmantelados navíos, trajeron a ‘Santa Librada’, como cumplimiento de una promesa solemne hecha en alta mar cuando, derrotados y a la deriva, trataban de llegar a puerto seguro. En cumplimiento de la promesa, llevaron la imagen de la santa hasta La Villa de Los Santos para cumplir así la ‘manda prometida’ de que sería colocada en el altar de la primera iglesia que encontraran.

Cuentan que la imagen ‘regresó’ y fue encontrada entre unas rocas y pitahayas (plantas) en el lugar donde se levantaba una iglesia.

Alrededor de 1692, una modesta capilla fue construida por ‘la gente de Las Tablas’ y se dedicó a ‘Santa Liberata’. Así surgió esta comunidad, a la que se le dio el nombre de ‘Pueblo de Santa Librada de Las Tablas’.

Estos datos pueden aproximarnos a los comienzos de la devoción a Santa Librada en Panamá. Fray Diego Ladrón de Guevara de Orozco, natural de Cifuentes, diócesis de Sigüenza, canónigo de aquella catedral, y después obispo de Panamá entre 1689 y 1698, fue el primero que trajo reliquias de Santa Librada a estas tierras.

El tesorero de la catedral de Panamá en el año 1693 pidió una reliquia de Santa Librada a la catedral de Sigüenza. Se le concedió y el obispo de Panamá escribió manifestando haberla recibido y diciendo que su devoción estaba muy extendida por toda su diócesis.

El 8 de febrero de 2006, el obispo de Sigüenza, en España, monseñor José Sánchez González, hace entrega, en la ciudad de Las Tablas, de una nueva reliquia solicitada por el obispo de Chitré el 5 de diciembre de 2003. El recibimiento apoteósico renovó y fortaleció los compromisos de fe de los pueblos santeño y herrerano.

Azuero es un pueblo de características particulares dentro de la nacionalidad panameña. Orgulloso de sus valores y tradiciones católicas. Es un pueblo que respeta sus raíces en la vivencia de la religiosidad popular y se destaca en el país por su folclor.

En estos días, miles de seguidores de Santa Librada le ofrecen joyas y pertenencias valiosas, pero más que lo económico, es el aspecto sentimental y el agradecimiento de esos devotos para con la ‘santa’.

La procesión recorre esta noche las principales calles del pueblo, la imagen de Santa Librada sale a las 9:00 de la noche ataviada con sus joyas y hermosas flores naturales.

Después del recorrido, se ofrecerá un espectáculo de fuegos artificiales para dar paso a la tradicional serenata, donde cientos de artistas típicos de la región le rinden homenaje a ‘La Moñona’, milagrosa intercesora.

Lo Nuevo