La pelea de turno entre David y Goliat

Actualizado
  • 21/12/2016 01:00
Creado
  • 21/12/2016 01:00
La construcción de un edificio de 20 pisos en una pequeña calle de San Francisco mantiene enfrentados a los moradores con la constructora

La historia de David y Goliat se repite como una espiral, a pesar de los muchos siglos transcurridos desde aquella bíblica batalla.

Ahora los que batallan son los dueños de unas quince antiguas residencias ubicadas en la calle El Bambú, en el corazón del corregimiento capitalino de San Francisco de un país llamado Panamá.

Los moradores de la calle El Bambú son ciudadanos que ya han alcanzado la jubilación de la seguridad social. Sin embargo, conservan la energía suficiente para dar pelea y, así, echar mano de todas las armas que disponen, tanto las leyes como el derecho social, para la legítima defensa ante el paso arrollador de rascacielos, centros comerciales y torres para apartamentos.

Aunque descartan, por razones obvias, el uso de la honda que tanta fama le dio al recordado rey hebreo, esos panameños de la tercera edad no manifiestan ningún temor por enfrentar (y, si es posible, ganar) al contemporáneo gigante filisteo que hoy les agobia sus vidas: Wilson Ruiz y su promotora de bienes raíces Quality Investment.

Durante la pasada administración de gobierno (2009-2014), el mencionado proyecto recibió, de manera más que sorpresiva, todos los permisos oficiales para levantar un edificio que ya ha sido bautizado como ‘Buona Vista Tower', de más de veinte pisos para apartamentos. La empresa logró, ipso facto , el aval de las autoridades del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot); recibió el visto bueno del Municipio de Panamá y obtuvo en un santiamén la resolución que aprueba un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) por parte del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente).

Debido a la manera inconsulta e irregular como se obtuvieron tales permisos, los vecinos de El Bambú batallaron con todas sus fuerzas y lograron detener el proyecto.

Para sorpresa de los moradores, el pasado mes de marzo y con la obra detenida, reapareció Wilson Ruiz y su empresa Quality Investment para retomar la obra, junto a los antiguos propietarios (la familia Vecchio).

El préstamo para la construcción del edificio ha sido facilitado por Multibank, el tercer banco de capital panameño por total de activos. Multibank ha sido mencionado en una pluralidad de casos irregulares que se cometieron durante el gobierno de Ricardo Martinelli.

Aparte de Wilson Ruiz y los Vecchio, los vecinos de la calle El Bambú aún no han dado con la identificación de los verdaderos ‘cocotudos' (empresarios e inversionistas) que están ocultos detrás del telón. ‘Por lo que han conseguido y cómo lo han conseguido, se trata de personas con buenas conexiones políticas y gubernamentales', aseveran.

POLÉMICA EDIFICACIÓN

Residentes de San Francisco se quejan por la nueva obra

La obra está a cargo de Wilson Ruiz y su promotora de bienes raíces Quality Investmen.

La empresa está por construir un edificio de veinte pisos en una calle de viviendas unifamiliares.

Y es que El Bambú no es una calle típica de la capital panameña. Es más: no es una calle, sino una servidumbre por la que apenas pueden circular vehículos sedanes.

El tema se torna más peliagudo cuando se conocen los siguientes detalles: El camino no tiene salida y es tan estrecho como si fuera un solo carril de una vía normal. Además, el terreno de la servidumbre descrita fue pagado por los moradores; o sea, el sendero no es público.

Los dueños de las quince casas que se acomodan en la calle El Bambú no solo pagaron la vía con su propio pecunio, sino que la servidumbre se registró como una fundación social creada por ellos, a manera de propiedad colectiva.

Si bien es privado el terreno sobre el cual se pretende erigir la Buona Vista Tower, resulta que el único camino disponible, para que entren los camiones y otros vehículos de la Constructora Mercosur, es la calle El Bambú. Mercosur no cuenta, desde un punto de vista físico y geográfico, con otra manera para levantar la torre.

Los quejosos argumentan que el citado EIA fue aprobado de manera apócrifa, pues jamás, entre otros aspectos, cumplieron con la legislación actual en el sentido de consultar a los verdaderamente afectados: los quince moradores originales.

‘La resolución de MiAmbiente indica que sesenta personas aprobaron que se construyera el edificio y solamente seis lo rechazaron', acotaron los afectados, con un dejo de sorna.

Lo cierto es que el permiso original era de 2012 y se certificó, dos años después, que no se había iniciado la construcción, por lo cual el EIA quedó anulado, según lo indica la ley.

El pasado mes de marzo, de repente, cual zombis de The Walking Dead, aparecieron otra vez los camiones de Constructora Mercosur. Los querellantes emprendieron acciones de fuerza, como levantar barricadas para impedir el paso del equipo pesado. Los habitantes quedaron atónitos cuando el ingeniero jefe de la constructora les mostró una carta (no una resolución, como se exige para aprobar un EIA) firmada por el jefe de la Dirección de Protección de la Calidad Ambiental, Yamil Sánchez, mediante la cual se ‘rehabilita' el derecho de Quality Investment para concluir la Buona Vista Tower.

Sin embargo, en una nota fechada el 29 de agosto de 2016, dirigida a la directora de la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información), Angélica Maytín, la propia titular de MiAmbiente, Mirei Endara, confirmó que la solicitud para un nuevo EIA para levantar la Buona Vista Tower ‘no ha sido resuelta' por la Dirección Regional de Panamá Metro de MiAmbiente, como corresponde.

Los vecinos de la calle El Bambú están desorientados porque sienten que una fuerza poderosa blinda a Quality Investment de cualquier acción administrativa o legal.

Dado que en Panamá es una tradición que los edificios para apartamentos no cuentan con los estacionamientos suficientes para los inquilinos y, mucho menos, para los visitantes, los históricos residentes de la calle El Bambú pronostican, sin requerir de ninguna mágica bola de cristal, que la hasta hace poco tranquila y serena servidumbre se convertirá, de la noche a la mañana, en la madre de todos los tranques de la metrópoli panameña.

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