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- 14/08/2021 00:00
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La palabra fotografía deriva de dos raíces griegas: foto significa luz y grafía escritura. El fotógrafo escribe con luz. Así como en la escritura con códigos lingüísticos, la escritura con luz puede ser artística, al retratar un paisaje, un desnudo o unas flores, condicionando el resultado para que refleje una visión subjetiva del autor. La escritura técnica de informes y registros es comparable con la fotografía que se hace buscando reflejar objetivamente aquello que está delante de la cámara, así entonces, las fotografías aéreas se capturan con equipos y técnicas especiales para representar con fidelidad el terreno sobrevolado. Así registran con precisión la extensión, superficie y estructura de la ciudad. Las fotografías se toman en fracciones de segundo y reflejan solo ese momento, a diferencia de los mapas, que toman tiempo para elaborarse. También a diferencia de los mapas de urbanismo, las fotos muestran siempre toda la cobertura del suelo, es decir, se puede diferenciar si un terreno está cubierto de grama, árboles, concreto, o interpretar otras coberturas del suelo; se observan autos y personas circulando, y muestran lo que hay, sin restricción.
El año de 1950 representa un momento importante en nuestra historia: la mitad del siglo XX, donde diversas fuentes aseguran haber visto el mayor crecimiento de nuestra ciudad. En mis últimos tres artículos analicé principalmente detalles de esta fotografía (la que ven como principal), enfocando los barrios de El Cangrejo y Betania. Antes hice lo propio con una de 1937 que mostraba el desarrollo temprano del barrio de La Exposición. Aunque normalmente he analizado las fotografías en detalle puntual a la escala de barrios, esta, por lo amplio del espacio que muestra, se presta para un análisis más general.
La imagen compuesta presenta, para comparar, la fotografía aérea blanco y negro de 1950 y una imagen satelital del presente año 2021, 71 años después. A ambas se les ha añadido un delineado amarillo que muestra la división actual en corregimientos, con sus nombres.
Es fácil olvidar lo que se aprecia al analizar un poco la primera foto: que en 1950 la avenida Balboa llegaba solo hasta el parque Urracá y desde allí hacia Paitilla se extendía una playa ancha donde se bañaba la gente; que no había puente de las Américas; la avenida Ricardo J. Alfaro (Tumbamuerto) solo llegaba unos 500 metros al norte tras cruzar la Transístmica; la vía Transístmica era de dos carriles y tenía solo ocho años de existir.
Llama la atención el límite de la antigua Zona del Canal, que se aprecia en un tramo vertical de la imagen desde el límite suroeste (abajo y a la izquierda) de El Chorrillo, cerca del centro de la imagen, y continúa su recorrido por el contorno norte de Santa Ana y Curundú; y luego delimita lo que ahora es Betania y Ancón. Una de las principales diferencias entre la imagen en blanco y negro y la de color, es que en la primera se hallaba cobertura boscosa a ambos lados de la línea del antiguo límite de la Zona del Canal en la mitad superior de la imagen; sin embargo, en la actualidad, casi todo el espacio del corregimiento de Betania se ha llenado de edificios y desarrollado, sin mayores extensiones de espacio abierto o parques naturales. En cambio, del lado de Ancón esos espacios o parques se han conservado por ser parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Otra diferencia entre 1950 y ahora es que, en aquel año, una fotografía como esta no era nada fácil de obtener. Más allá de que se imprimían pocas copias, había que solicitarlas en una institución y no había mucha apertura de fuentes documentales. Habría que pagar sus costos y sería un material sujeto a restricciones de seguridad, al contener gran parte de las instalaciones estadounidenses militares y del Canal del lado del Pacífico.
Hoy, en cambio, cualquier persona con un teléfono celular en la mano tiene acceso gratis a imágenes satelitales de alta resolución, que se actualizan frecuentemente, identifican su ubicación en tiempo real y le permiten realizar mediciones con aplicaciones gratuitas que hubieran requerido costosos equipos especializados hace apenas algunas décadas.
En 1950 faltaban tres años para el cincuentenario de la República, para el cual se construyó una vía conmemorativa de la fecha, que permitía a los conductores ir a mirar la torre de la antigua Catedral de Panamá Viejo, que había vuelto a llamar la atención tras un largo periodo de olvido.
Es decir, el aniversario 50 de la República se conmemoró realzando una edificación antigua y simbólica. Analizar las huellas de la historia, a través de fotografías, mapas, crónicas, registros y más, nos permite viajar al pasado de alguna manera y conocer lo que otros supieron; extendernos más allá de nuestra propia vivencia, para no depender solo de lo que vemos y recordamos. En investigación, al consultar trabajos anteriores y partir de allí nuestros aportes, se dice que nos 'paramos sobre los hombros de gigantes'; los que no lo hacen, parten de un plano más bajo. Mantener el contacto con documentos del pasado nos ayuda a comprender y valorar mejor nuestra ciudad y su patrimonio.
Mañana se cumplirán 502 años desde la fundación de Panamá. Los aniversarios invitan a la reflexión. Desde hace más de un mes hemos desarrollado en Proyecto Ciudad una serie de entradas, buscando analizar la historia, y revelar hechos y significados sobre nuestra ciudad.
Nuestro enfoque en esta serie ha sido analizar la historia y evolución urbana, particularmente a través de fotografías y mapas históricos. Esto no hubiera sido posible sin aportes de fuentes documentales por diversas personas, incluyendo a Álvaro Uribe, entre otros; o sin la iniciativa de Carlos Gordón de sumar esfuerzos y alternar en un hilo temático, además de sus esfuerzos por sistematizar y compartir los materiales de referencia.