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Otto Wolfschoon Jr: 'Al sector bancario le va bien si a la economía le va bien; tenemos que ser realísticamente optimistas'
- 13/09/2021 00:00
- 13/09/2021 00:00
Otto Wolfschoon Jr. es el nuevo presidente de la Junta Directiva de la Asociación Bancaria de Panamá (ABP) para el periodo 2021-2023, elegido en Asamblea General el pasado 12 de agosto.
Es licenciado en Economía, egresado de la Universidad de Panamá, donde se graduó con altos honores en 1982. Tiene un Máster en Administración de Negocios con especialización en Finanzas y Negocios Internacionales en la Universidad de Nueva York en 1984.
Comenzó a trabajar en 1984 en el Chase Manhattan Bank en Panamá, Puerto Rico y Nueva York, en diferentes áreas de crédito y mercadeo, donde estuvo durante siete años; y, posteriormente, estuvo tres años en el Banco de Boston como gerente de crédito.
Desde 1994 es vicepresidente Ejecutivo de Global Bank en Panamá; además ha sido director de la Asociación Bancaria de Panamá y de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap).
Wolfschoon Jr. ocupa este importante cargo en un momento crucial para el sector y la economía del país y conversó sin tapujos sobre el rol de la Asociación Bancaria, su visión, perspectivas, listas, flexibilización bancaria, proyecto de ley de tope de los intereses bancarios, el reciente inconveniente que envolvió al Banco General, entre otros importantes temas
“Nos toca mucho ver los temas que atañen al sector y estar pendientes de las tendencias económicas”, afirmó Wolfschoon Jr., quien a su vez considera que si la economía y el país están bien a los bancos también les va bien.
La Asociación Bancaria de Panamá es el gremio que reúne a los principales bancos del país. Lo que nos toca mucho es ver los temas que atañen al sector y estar pendientes de las tendencias económicas. Mirar el tema regulatorio con el regulador principal, la Superintendencia de Bancos, el entorno político y lo que afecta al sector. También los temas tecnológicos, ver cómo usamos la tecnología, y eso creo va a tener un papel importantísimo; ya lo tiene, pero lo va a tener mucho más a futuro. El papel principal es ese y dentro de una concepción y un marco de fortalecer al sector bancario y hacerlo cada día más eficiente y más productivo, para que siga siendo lo que ha sido por muchísimo tiempo, una herramienta importante para el desarrollo económico y social del país. De hecho, en todas las empresas o todas las entidades que hacen análisis de competitividad y eficiencia, siempre el sector financiero, pero en general el sector bancario, sale muy bien calificado y muy bien librado, y se le considera una importantísima ventaja comparativa para el país.
Pienso que el sector bancario es un sector que le va bien si a la economía le va bien. Si el país está bien, no hay ninguna razón por la cual los bancos no vayan a estar bien. También hay un tema de retroalimentación. En la medida en que los bancos están mejor, también pueden contribuir a que ese crecimiento, ese desarrollo y ese bienestar del país aumente. En ese sentido, creo que es una relación de ganar-ganar. Tenemos que ser “realísticamente optimistas”. Pero sí, estamos en una situación muy difícil producto de la pandemia y todos los efectos que ha tenido han sido terribles en todos los aspectos y tenemos que hacer las cosas bien para que el país pueda salir de esos efectos negativos. Eso requiere recoger las mejores ideas y recoger a la gente para que puedan implementar esas mejores ideas; y creo que en eso casi todos estaríamos de acuerdo. El otro tema es que las grandes oportunidades que tiene Panamá son indudables, y los panameños tenemos que saber aprovecharlas y aprovechar en el potencial que tienen. Ahí hay, siendo un poco redundante, grandes oportunidades que tenemos que aprovechar en los sectores que ya conocemos y tenemos muy identificados.
Son: inversión, turismo, transporte, logística, comunicación, agricultura, alta tecnología, y ahora también el tema minero con todas las particularidades que puede tener. El país tiene todo para reanudar en una senda de crecimiento importante y equilibrado. No hay que olvidarse de que al final del día todo ese crecimiento es para que la gente viva mejor y especialmente los que necesitan mejorar su nivel de vida; y en todo eso el sector bancario tiene un papel importantísimo que jugar.
Cuando estuvimos la vez anterior, con la nota anterior, se perdieron muchísimas corresponsalías. La Superintendencia llevó una bitácora del número de corresponsalías que se perdieron. Cuando pudimos salir de esas listas, se recuperaron algunas parcialmente. De manera que sí, eso sigue siendo una amenaza que tenemos; y no solamente por eso, y entre otras razones, es importante que el país pueda salir de las listas.
Definitivamente, que el país tiene que hacer un esfuerzo por mejorar el aspecto de las listas. El objetivo, bastante compartido, es que el país debería salir de todas las listas negativas y estar en las listas buenas. Esa es la lista que debería estar todo el mundo, en verdad. Ahí hay un trabajo que hacer, y no solo desde el punto de vista del marco legal sino también de la efectividad del marco legal en la práctica. Hacia eso es a lo que el país debe apuntar porque de otra manera las consecuencias son y van a seguir siendo negativas para el país, y vamos a perder oportunidades de inversión y de desarrollo, y eso no lo queremos. Como dije, lo que se tiene que hacer es aprovechar las oportunidades, no perderlas.
En realidad, el sector bancario siempre ha sido un sector con muchísima inversión tecnológica. Por ejemplo, usted va a un banco y detrás del mostrador ahí hay una inversión en tecnología extraordinaria, que es la que permite que se puedan manejar cientos de millones de transacciones todos los días en el sistema; y eso, obviamente, tiene que continuar. La tecnología cada banco la maneja, pero sí tenemos algún interés en desarrollar aplicaciones tecnológicas que permitan que la interacción de los clientes con los bancos sea más fácil. Con herramientas tecnológicas seguramente vamos a poder hacer de esto una experiencia más rápida y más amigable. Esa es la clave: hacer de la tecnología un proceso amigable. Esa va a ser una iniciativa que vamos a tratar de empujar, por su puesto, de una manera totalmente voluntaria, porque habrá personas que querrán hacer las cosas a la antigua, inclusive algunos bancos. Pero sí, vamos a meterle mucho esfuerzo en cómo aplicamos más tecnología para hacerle la vida más fácil al cliente.
Estamos en favor de las Fintech. Es más, somos en cierta forma Fintech. Lo que pasa es que en cada uno de los bancos tienen Fintech internas que desarrollan nuestra tecnología o contratan gente para que desarrollen tecnología, etc. Estamos a favor de que haya una buena regulación del tema de las Fintech que permita que Panamá se convierta en un centro para este tipo de actividades e inclusive no solo para empresas financieras o bancarias que operan en Panamá, sino para otros países. Así que esta es otra oportunidad que está ahí. Los panameños históricamente hemos sido buenos en aprovechar las oportunidades.
¡Mire! Hay tanto desde el punto de vista teórico. Hay miles de estudios que comprueban lo negativo de imponer este tipo de tasas. Pero olvidémonos por un momento de la teoría económica, y vamos a hablar de la experiencia que se ha visto en otros países. Países muy cercanos y no tan cercanos, cuando digo países cercanos, me refiero a países como Costa Rica, y la Asociación Bancaria ha explicado lo que pasó en ese país; y lo que pasó allá es lo que nos pasaría a nosotros si pusiéramos un tope de tasas. ¿Qué pasaría? Habría muchísimas personas, posiblemente las que más necesitan acceso al crédito, que simplemente los bancos no podrían darle el crédito porque su perfil de riesgo retorno no puede ser atendido por arriba de una cierta tasa o por debajo de cierta tasa. No quiero ser muy técnico, pero la realidad es que si pasamos una cosa como ésta a los que más vamos a perjudicar es a los que supuestamente queremos favorecer; y lo que va a pasar es que mucha de esta demanda de crédito se va a quedar sin satisfacerse, o sea las personas no van a poder acceder a una línea de crédito y otras van a buscar otras fuentes de crédito sustitutas, que suelen ser mucho más costosas y no tienen ningún tipo de regulación ni de protección institucional, que sí lo tiene un consumidor bancario. Esto además del impacto que tiene sobre los comercios. Así es que esto tiene un impacto negativo tanto para las personas como para las empresas. Al final espero y confío en que a las personas que les toca tomar la decisión, vean los ejemplos de otros países; y le repito, lo que la Asociación ha estado publicando con lo que pasó en Costa Rica, de verdad que el impacto ha sido terrorífico. Hay un montón de gente que se les ha terminado cancelando su acceso al crédito, los bancos han recortado toda esa sección de su portafolio e inclusive han cerrado sucursales y oficinas de atención a los clientes, simple y llanamente esto lo que hace es excluir a la gente del acceso al crédito.
No lo veo así. El mayor impacto es sobre los deudores y los que piden créditos a los bancos. Los ahorristas no veo porqué tendría un impacto directo. Ahora, todo lo que frena el crecimiento de las carteras de los bancos también hace que los bancos requieran menos fondos; así que sí tendría algún impacto, pero no es directo.
Lo que los bancos hemos estado diciendo y lo que le voy a repetir es muy importante: que los clientes mantengan una comunicación franca y abierta con sus bancos para explicarles cuál es la situación en la que están, de una manera los más completa y verás posible, cuál es su perspectiva. Pero no solo es importante que le digan cuál es la situación en que están sino también de dónde vienen, donde estaban antes, dónde están ahora, cuáles son sus planes, porque los bancos cuando le van a dar un crédito a usted, a mí o a cualquiera, no se fijan nada más en cómo está la persona en ese momento, sino también en cómo va a estar en el futuro. Sabemos que hay mucha gente que está ahora mismo con niveles de ingresos reducidos, pero seguramente habrán hecho recortes y tendrán algún plan. Al final del día, el banco ya confió en ti, y algo vio en ti como cliente para darte el crédito, entonces, lo que tienes que hacer es reiterarle al banco. Y si no puedes hacer el plan siéntate con el banquero y a lo mejor pueden armarlo conjuntamente. Esa es mi recomendación. Y mi recomendación a todos mis colegas es, siguiendo esa misma línea, que traten a los clientes con humanidad y respeto, y entendiendo sus situaciones como debe ser porque al final del día la relación entre un banco y un cliente siempre debe ser de ganar-ganar. El banco quiere que al cliente le vaya bien. Así que eso es lo que tenemos que hacer. Todavía tenemos tiempo...
Ya estamos viendo cierta recuperación en las carteras. El crédito se está activando de una manera paulatina. No es lo mismo que fue antes de la pandemia, pero por lo menos, creo que estamos moviéndonos en ese tema. Nos estamos moviendo en la dirección correcta.
Creo que este año y el próximo van a ser de recuperación y de reorganización de muchas cosas, por eso digo que hay que ser realísticamente optimistas. Los analistas dicen que va a crecer, obviamente después de haber caído el año pasado, pero es muy bueno recuperarse y es mucho mejor que quedarse en la caída. Así que veo que en lo que queda de este año y el próximo 2022, son los años en donde nos vamos a recuperar; y esa recuperación tiene buenas oportunidades también, hay muchas personas y empresas que están aprovechando para ver hacia adentro en esos aspectos financieros, en qué cosas realmente puedo yo hacer de forma más óptima, estoy realmente invirtiendo, estoy gastando en lo que debo hacer, cuáles son mis prioridades, entonces, es un buen momento para que aprovechemos esa recuperación para que lo que construyamos sea mejor y más sólido.
Considero que el banco ha reconocido su error, ha ofrecido disculpas a sus clientes y corregido el mismo. Errores cometemos todos, pero la calidad del servicio de los bancos de nuestro sistema se compara de forma muy favorable a la de otras plazas similares.