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- 29/05/2022 00:00
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La incertidumbre sobre qué sucederá en el futuro; cómo manejaremos desde nuestro presente las consecuencias estructurales y emocionales de la crisis actual; de dónde sacaremos la motivación y la energía para aprender, desarrollarnos y ser mejores personas, que construyen juntos un mejor futuro para nosotros y nuestro entorno.
Estos son los temas que como coaches hemos estado acompañando desde hace más de dos años a nuestros clientes, con la gran responsabilidad que nos anima a prepararnos y al continuo aprendizaje.
En esa búsqueda, y también por mi pasión por entender cómo funciona el cerebro humano, encontré el Modelo SCARF, desarrollado por David Rock, neurocientífico y fundador de The Neuroleadership Institute.
El Modelo SCARF se basa en cómo reaccionamos ante la motivación social, la cual es un elemento esencial que todo líder necesita aprender a activar a través de la transformación de su mentalidad, acciones y hábitos; creando espacios seguros para la creatividad, la productividad y para un clima organizacional exitoso.
Antes de conocer el Modelo SCARF, es importante entender qué sucede en la mente humana para que podamos activarlo.
Nuestro cerebro está “cableado” para reaccionar ante el peligro. Cuando recibimos un estímulo a través de nuestros 5 sentidos (o desde nuestros pensamientos y recuerdos), el cerebro interpreta que es una recompensa o una amenaza, activando los mecanismos de aprendizaje o de defensa (huir, congelarnos o pelar) respectivamente.
Por ejemplo, huimos cuando no contestamos la llamada de una persona que nos causa estrés o ansiedad. Nos congelamos cuando discutimos con alguien y nos quedamos callados e incapaces de replicar ante sus argumentos – claro, dos horas después, “mágicamente” se nos ocurre la “genial idea” de cómo debimos contestarles. Por último, la pelea, cuando respondemos con agresividad activa o pasiva. Un ejemplo es cuando podríamos haber hecho ese reporte a tiempo para nuestro compañero, pero lo hacemos “lentamente” para “enseñarle la lección” y que lo pida “amablemente” la próxima vez.
Ahora que sabemos cuáles son nuestras posibles respuestas ante estímulos estresantes, podemos aprender a cultivar relaciones positivas con nosotros mismos y con otros. Aquí es donde entra el Modelo SCARF, que es un acrónimo que en inglés significa “bufanda” y me gusta mucho esta analogía, ya que cuando como líderes aplicamos estas conductas, mejoramos la calidad de nuestras relaciones a través de la calidez, la apertura y la confianza. Proveemos un espacio seguro para que seamos y nos reconozcamos mejor los unos a los otros.
Ahora sí, qué es el Modelo SCARF y cómo podemos aplicarlo a nuestras relaciones.
- Status (estatus) es nuestra sensación de importancia al compararnos con otras personas. Se activa cuando sentimos que progresamos y aprendemos, con el Feedback positivo y al celebrar mejoras y logros.
- Certainty (certeza), cuando tenemos la capacidad de predecir resultados futuros. Lo logramos al cocrear y comunicar el plan, generar acuerdos con metas claras, al enfocarnos, y al dividir grandes proyectos en metas alcanzables.
- Autonomy (autonomía), es la sensación de control al poder decidir, y saber percibir cómo nuestro comportamiento podría afectar el resultado de las situaciones. Lo promovemos al permitir que cada persona determine sus propios objetivos, tome sus decisiones.
- Relatedness (relacionamiento), es la seguridad y la conexión de la persona con su entorno social. Lo logramos con empatía y compasión, promoviendo la sensación de conexión segura.
- Fairness (equidad y justicia), es el equilibrio relativo, esperado y percibido del individuo en relación con otros. Cuando las mismas reglas aplican para todos, al liderar con el ejemplo y promover la colaboración intercultural.
El cerebro es un órgano de respuestas psicológicas y neurológicas profundamente moldeadas por la interacción social. Como líderes, cuando conectamos nuestras acciones y hábitos a las mejores prácticas que nos enseña este modelo, podremos generar ambientes seguros que promuevan la transformación de nuestra mentalidad hacia la creatividad, la productividad, a un clima organizacional exitoso y mejores relaciones interpersonales.
En el coaching podemos utilizar este modelo como herramienta de reflexión y acción.
La autora es consultora y Coach Ejecutiva. Miembro de ICF - International Coaching Federation.