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- 22/08/2018 02:00
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Nuevos actores. El mismo modus operandi. Las actuales autoridades del Municipio de Changuinola, encabezadas por la alcaldesa Estella Anita Stephenson, aplicaron al pie de la letra la fórmula que instauró la administración alcaldicia de Virgina Ábrego para vender tierras arrendadas a la empresa bananera Chiquita.
El Consejo Municipal aprobó dos acuerdos municipales en el 2016: uno en el 2017 y dos en el 2018, que tienen como eje común la segregación y venta de terrenos de la finca 3765, que forma parte del contrato de arrendamiento que mantiene la empresa con el Estado desde 1976.
El globo de terreno está ubicado entre Finca 8 y Finca 12, en Changuinola. En Changuinola las zonas no son zonas, son fincas, nombre heredado de la división territorial que hizo la empresa al instalarse en la zona en 1896.
En Finca 8, la empresa tiene casas para sus trabajadores y en Finca 12 una planta empacadora, un depósito de fertilizantes, materiales y un centro de mantenimiento de equipo pesado.
Las residencias son de dos pisos pintadas de blanco y rodeadas de frondosos árboles. El patio de algunas es de un verde inmenso, con tamaño suficiente para albergar dos casas. Un equipo de seguridad montaba guardia el martes 10 de julio sobre una residencia colindante con la calle principal. Al otro lado hay negocios. Chiquita es un pueblo dentro de Changuinola.
En el otro lado de la calle, reside el empresario asiático Guinping Pan, dueño de un restaurante en el centro de Changuinola. Guinping es el comprador final de las tres ventas que hizo el Municipio de Changuinola en la Finca 8, en el 2016. Ese año, específicamente el 24 de febrero, el Consejo Municipal aprobó el Acuerdo No. 7, mediante el cual segrega y vende parte de la finca 3765. En total fueron tres segregaciones y ventas que fueron aprobadas a favor de Abdiel Diaz Chavez, Emilia Espinoza y Vielka Muñoz.
En total, el Consejo Municipal segregó 1433.83 metros cuadrados y los vendió por la suma de $5,730.50.
El 26 de diciembre de 2017, las tres ventas fueron elevadas a escrituras públicas. Entre enero y febrero de este año, las tierras fueron vendidas por el mismo precio al empresario asiático Guinping, quien intentó tomar posesión del terreno, pero la empresa no se lo permitió, por lo que tuvo que aumentar la cantidad de guardias de seguridad que custodian las residencias.
El empresario asiático incluso taló un árbol, rompiendo la cerca de ciclón que encierra las residencias construidas por Chiquitas.
‘Las autoridades municipales violan el contrato que mantiene la empresa Chiquita con el Estado, que es ley de la República. Esas tierras no pueden ser vendidas, a menos que la empresa las desafecte y solo para uso de interés social',
MOISÉS BARTLETT QUIEL
ABOGADO DE CHIQUITA
Guinping no quiso hablar con ‘La Estrella de Panamá' sobre la compra del terreno. Solo se limitó a decir que su abogado lo haría y que él llamaría, cosa que no ocurrió. Sin embargo, en la breve charla dijo que ‘desconocía' que el terreno era de Chiquita.
El Consejo Municipal también aprobó el Acuerdo No. 22 del 26 de abril de 2017, mediante el cual segrega y vende parte de la finca 3765 a favor de la sociedad Mehdy International, representada por Masoud Tariveh. El terreno forma parte de una servidumbre que dejó la empresa para el desagüe de aguas pluviales, pero que colinda con una propiedad del comprador.
Los concejales de Changuinola continuaron el festejo de año nuevo durante su primera reunión en el palacio Municipal. El 3 de enero de 2018, los concejales aprobaron la segregación y venta de una parte de la finca 3765 en Finca 12, a favor de Alexis Candanedo, Jadier Quintero y Leonel Arauz.
Siete días después, el 10 de enero, aprobaron otro venta a favor de Noriel Stanziola. El festín siguió el 1 de febrero cuando se aprobó otra a favor de Johanny Chavez. Estas ventas ya fueron elevadas a escrituras públicas, pero hasta el momento siguen en manos de estos compradores.
Sin embargo, el abogado de la empresa Chiquita, Moisés Bartlett Quiel, duda que sean los compradores finales de los terrenos.
El abogado Bartlett presentó dos querellas penales por estas ventas en contra de la alcaldesa Stephenson, Abel Beker y Dola Serrano, quienes fueron presidentes del Consejo Municipal, en el periodo 2017-2018 y 2016 y 2017, respectivamente. También contra los compradores de la venta y los funcionarios de la Autoridad Nacional de Tierras (Anati) Ursus Ureña y Placidos Santos.
PLANOS Y PROCESOS
En esta madeja de compra y venta de tierras los funcionarios del Municipio de Changuinola pasaban de ser servidores público a ofrecer servicios como particulares. En la Anati se aprobaban documentos sin el debido proceso.
Máximo Sánchez es un topógrafo de ingeniería municipal. Es quien realiza la labor de verificación de planos que se presentan a ese departamento para su aprobación.
Sánchez fue el responsable de hacer el levantamiento de los planos de algunas de las ventas que luego eran aprobado por su jefe en Ingeniería Municipal, Enrique Sandoya. Es decir, el topógrafo Sánchez hacía labores de particular que luego tenía que revisar como funcionario. Luego se los pasaba a su jefe para su aprobación.
Los planos luego eran enviados a la Anati, donde los funcionarios Plácido Santos y Ursus Ureña aprobaban en un día un proceso que puede tardar tiempo, tomando en cuenta que los funcionarios de la Anati estaban en la obligación de realizar la verificación en campo.
Los funcionarios de Anati, entidad que por ley está obligada a hacer valer los derechos a la propiedad y posesión de buena fe sobre la tierra, también realizaban levantamiento de planos de ventas que luego tenían que aprobar.
Los funcionarios del Consejo Municipal, además, pasaron por alto una opinión de la Procuraduría de la Administración, que en el 2002 consideró que si bien es cierto que esas tierras forman parte del ejido municipal, se debe respectar el contrato entre el Estado y la empresa; es decir, que para que el Municipio de Changuinola pueda hacer uso de las tierras, Chiquita debe desafectarlas.
La empresa, incluso, adelantaba un proceso de desafectación de los terrenos vendidos en Finca 12, para que fueran traspasados al Ministerio de Educación y destinados a la construcción de escuelas.
La alcaldesa Stephenson evitó hablar con ‘La Estrella de Panamá' y, a través de sus asistente, solicitó que se hablara con Reynaldo Lewis, asesor legal del Consejo Municipal. Sin embargo, nunca se encontró en su oficina.
Las dos veces que ‘La Estrella de Panamá' visitó la oficina de la Anati para hablar con los funcionarios se informó que no se encontraban. A pesar de que se les dejó mensaje para llamaran nunca lo hicieron.
La empresa Chiquita, aunque sigue siendo la principal fuente de empleo en Changuinola, pierde poder económico en la región. Las autoridades locales han empezado a coquetear con nuevos actores económicos: árabes y asiáticos. Así lo analizan algunos bocatoreños .